‘Secretos de familia' y por qué las telenovelas turcas no son sota, caballo y rey

Por Miguel Ángel Pizarro.- Antena 3 ha acertado de pleno con la sustituta de Infiel. La telenovela turca se enfrenta a su etapa final y, por supuesto, el canal de Atresmedia ha aprovechado estos últimos episodios para presentar a su sucesora, Secretos de familia. Una ficción completamente distinta y que es la ideal para desarmar a los escépticos de las producciones otomanas, al ser una serie cuya trama principal es una investigación criminal.

El público ha sabido responder a este cambio, pues el episodio de estreno obtuvo un robusto 15,5% de share en el prime time y una media de 1.974.000 espectadores, rozando los dos millones y convirtiéndose en una de las ficciones internacionales con mejor debut del canal de Atresmedia. Provocando, además, un estupendo efecto arrastre en Infiel, que promedió un magnífico 21,6% de share y tuvo 1.607.000 televidentes.

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Pero más allá de que el público siga respondiendo positivamente a las telenovelas turcas, creo que Secretos de familia me está demostrando cómo esa brecha abierta por Infiel, que pasó de ser un melodrama a más una serie de suspense, está marcando una senda. Es decir, un nuevo camino que nos demuestra que las ficciones del país euroasiático no son sota, caballo y rey, y que una de sus claves de éxito está en saber ofrecer historias que rompan los códigos habituales del género, como es este caso.

Secretos de familia, cuyo título original es mucho más explícito en sus intenciones -Yargı, cuya traducción sería El juicio o La sentencia-, narra cómo la aparición de un cadáver une los destinos de Ceylin Erguvan (Pinar Deniz), una abogada recién licenciada con una increíble ambición, e Ilgaz Kaya (Kaan Urgancıoğlu), un reputado fiscal. A pesar de que ambos entienden el sistema judicial desde polos completamente opuestos, tendrán que trabajar juntos para resolver el caso, especialmente, porque el hermano del procurador es uno de los principales sospechosos.

Su premisa se queda muy lejos de la vista en otras telenovelas recientes como Inocentes, Mi hija o las otras ficciones que Antena 3 tiene en su parrilla, Tierra amarga y Hermanos. Es ahí precisamente donde Secretos de familia nos demuestra que las series turcas no son solo melodramas románticos. Sí, es evidente que tarde o temprano Ceyline Ilgaz terminarán viviendo una historia de amor, pero hasta en eso se nos antoja diferente, pues la premisa principal no son ellos, sino el crimen que investigan. De hecho, parece que su química se acerca más al ‘shippeo’ de protagonistas de series como Castle, Candice Renoir o Bones que de una ficción turca.

Se trata de una entrada a otro género, el thriller, que no habíamos visto anteriormente (sí, Infiel lo tiene, pero no deja de estar relacionado con un enredo amoroso) y no podemos más que aplaudir porque nos lleguen propuestas diferentes que nos rompan los esquemas y derriben los prejuicios que tenemos con las ficciones turcas. Que también nos dan esperanzas de que nos lleguen más propuestas que se alejen de un patrón establecido en una industria que continúa dependiendo en exceso de los melodramas.

El éxito de Secretos de familia a nivel internacional es también un toque de atención para las propias telenovelas turcas, que deben salirse de ciertos patrones que, la verdad, nos parecen propios de otra época. Ya su protagonista femenina nos parece más cercana a las heroínas de producciones europeas o latinoamericanas, una abogada que prioriza su carrera profesional y realización personal; pero también está su protagonista masculino, que cuando su padre pone en duda la profesionalidad de Ceylin como letrada, el fiscal le recuerda que hay excelentes mujeres fiscales, jueces y abogadas, dejando en evidencia que su comentario es un mero prejuicio machista.

Toca esperar para ver cómo se desarrollará Secretos de familia. Aunque sea una telenovela que se sale de los patrones de otras series turcas, eso no quita que tenga elementos con sello otomano como su excesiva duración (dos horas por episodio), subtramas que no aportan nada o personajes que huelen a mero relleno. Dado que su premisa es un caso criminal, tocará ver cómo Sema Ergenekon, su guionista y showrunner, lleva la trama e investigación. De momento, parece que va por buen camino.

En definitiva, Secretos de familia es esa telenovela que nos ha roto todos los esquemas. Da gusto ver apuestas diferentes que, además, saben enganchar con una historia que controla bien los tiempos, pues solo un thriller puede tener mejores giros que un melodrama. Sin duda, nos ha conquistado de pleno y ya estamos impacientes para saber quién es el asesino.

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