Las infecciones por una bacteria presente en ciertos alimentos puede dejar secuelas

Ciertos alimentos como la carne picada o las verduras de hoja verde pueden causar infecciones repetitivas, y mientras que algunas personas las superan sin problemas, en otros casos se complican y derivan en una enfermedad que puede dejar secuelas. (Foto: Getty)
Ciertos alimentos como la carne picada o las verduras de hoja verde pueden causar infecciones repetitivas, y mientras que algunas personas las superan sin problemas, en otros casos se complican y derivan en una enfermedad que puede dejar secuelas. (Foto: Getty)

Hay momentos en la vida en los que estamos decaídos o faltos de energía. No acabamos de encontrarnos bien, pero no identificamos la causa ni le damos mayor importancia. A veces, ese malestar se 'agarra' al estómago, que se resiente. Y cuando se desarrollan síntomas estomacales sin motivo aparente, no sospechamos que pueden ser consecuencia de infecciones reiteradas que han pasado desapercibidas.

Me voy a centrar en una, la Escherichia coli (E. coli), que afecta a las bacterias que viven en en intestino y pueden trasmitirse por la comida. En su mayoría, este tipo de infecciones son inofensivas, pero ciertas cepas como E. coli O157:H7 pueden causar infecciones y enfermedades en las personas.

Normalmente los adultos sanos se suelen recuperar de una infección de E. coli en una semana (la infección remite espontáneamente), pero como decía, algunas cepas pueden causar enfermedades más graves, sobre todo en niños pequeños y adultos mayores.

Precisamente en estos grupos más sensibles -niños menores de 5 años, personas mayores de 65 años y especialmente aquellos que tengan su sistema inmunológico deprimido- la infección puede provocar un enfermedad conocida como 'síndrome hemolítico-urémico' (SUH o HUS, por sus siglas en inglés), causando lesiones crónicas en los riñones.

Hay muchos tipos diferentes de E. coli, la mayoría son inofensivos o causan diarrea breve; y, en realidad, representan una parte importante del contenido intestinal del hombre sano. Sin embargo, “algunos son capaces de producir dolores relacionados con el tracto gastrointestinal”, explica José María Marimón, experto de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Los síntomas más comunes incluyen diarrea sanguinolenta severa, calambres abdominales y fiebre. Suelen tardar de dos a cinco días en aparecer después de consumir alimentos contaminados con la bacteria. Una de los alimentos que más riesgo tienen es la lechuga romana, y otras verduras de hoja verde, que pueden contaminarse en el campo con la tierra, el agua, los animales o el abono incorrectamente compostado.

Esta enfermedad se manifiesta con una diarrea, a veces con sangre, fiebre y/o vómitos, decaimiento y deshidratación, luego evoluciona hacia una colitis hemorrágica con una duración de 4 a 6 días.

Además, es frecuente que quien la sufre tenga un aspecto pálido y anémico. A medida que la infección avanza, se suelen presentar otras complicaciones que hacen que vaya evolucionando hacia el SUH y causando fallos en la función de los riñones. La enfermedad puede ser muy grave si no se detecta y se controla.

A decir verdad, este síndrome es la primera causa de insuficiencia renal aguda, hipertensión arterial (HTA) y la segunda de insuficiencia renal crónica en niños. Generalmente, la disfunción renal se prolonga varios años con serias limitaciones en la dieta de la persona afectada.

No obstante, aunque este síndrome caracterizado por daño agudo de los riñones, a menudo ocurre después de una infección gastrointestinal con la bacteria E coli, también está asociado a alteraciones en las células de la sangre: trombocitopenia (reducción de plaquetas, necesarias para formar los coágulos) y anemia (causada por ruptura anormal de glóbulos rojos).

Además, hay evidencias de que las infecciones por E. coli conllevan un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta y problemas renales más adelante en la vida.

La principal forma de contagio de E. coli es mediante el consumo de los siguientes alimentos:

  • Carne picada mal cocinada.

  • Carne de pollo al por menor y en los animales de alimentación. Pero, hasta ahora, el alcance de la transmisión de estas fuentes a los humanos ha sido incierto, con el papel de la cadena alimentaria debatido.

  • Leche no pasteurizada.

  • Frutas y verduras lavadas con aguas contaminadas u otros alimentos contaminados.

  • También se puede contagiar de persona a persona por la falta de higiene en las manos.

Esta enfermedad, al igual que la mayoría de las enfermedades de transmisión alimentaria, se puede prevenir. Para reducir el riesgo, los expertos mantienen que hay que continuar cocinando bien el pollo y nunca manipular alternativamente carne cruda y ensalada. Además se deben evitar los lácteos no pasteurizados como la leche cruda.

Hay otras medidas que puedes tomar. Por ejemplo, si congelas la carne, evita que entre en contacto con el hielo o la escarcha que se forma en las paredes, ya que podría contaminarse y enfermarnos al utilizarlo.

Por otro lado, según recoge la Clínica Mayo, el 'síndrome urémico hemolítico' también puede ser una consecuencia de otras infecciones, así como de la toma de ciertos medicamentos o condiciones, como el embarazo, el cáncer o una enfermedad autoinmunitaria. En otros casos, el síndrome urémico hemolítico es el resultado de ciertas mutaciones genéticas. Pero estas formas de síndrome urémico hemolítico usualmente no causan diarrea ni otros de los síntomas provocados por la bacteria E. coli.

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