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Quito, 3 ene (EFE).- La reducción de la contaminación de plásticos en el mar y su consecuente llegada a santuarios marinos como las Islas Galápagos es el objetivo de una iniciativa que pretende recoger y reciclar los residuos en los ríos de la parte continental de Ecuador antes de que terminen convertidos en microplásticos en el océano. El proyecto 'Galápagos Guardians' se ha propuesto de esta forma reducir en un 30 % para 2030 la presencia de plásticos en las Galápagos, el archipiélago situado a unos 1.000 kilómetros de las costas continentales de Ecuador, que está considerado como una de las reservas marinas mejor conservadas en el mundo y declarada desde 1978 como patrimonio natural de la humanidad por la Uneso "Ecuador es uno de los cinco países (del mundo) más biodiversos por kilómetro cuadrado, y ahora estamos viendo una afectación directa en un paraíso marino que son las Islas Galápagos. Más de 57 especies afectadas, debido al plástico que sale del continente y llega hacia allá", afirmó a EFE Yessica Benavides, vicepresidenta del grupo Ichtion, que ha puesto en marcha esta iniciativa. Si bien los plásticos que llegan a las Galápagos están controlados dentro de una serie de políticas estatales, este proyecto busca incidir en aquellos que llegan con las corrientes marinas desde el continente y también de otras partes del planeta. Tecnología y educación Para intervenir los ríos, prevén hacerlo con soluciones tecnológicas como barreras y cintas extractoras capaces de retirar hasta 80 toneladas de residuos al día, también con aplicaciones de inteligencia artificial que identifican y escanean el tipo de desperdicio, entre ellas, la marca a través de sus etiquetas. Con ello se buscan identificar los factores o agentes que han generado esta contaminación y elaborar programas o políticas que permitan cambiar los hábitos de producción o consumo, mientras que los residuos recogidos son donados posteriormente a recicladores que pueden mejorar sus ingresos. "Los productores tienen que generar una producción mucho más amigable y sostenible con el medio ambiente y el consumidor tiene que tener una gestión de residuos amigable con el medio ambiente", indicó Benavides, quien aclaró que la iniciativa no busca "industrializar los ríos" para generar un negocio a través de recoger cuanta más basura sea posible. Cultura de consumo y políticas públicas "Para nosotros lo más importante es que esas cuencas hídricas puedan recuperarse y trabajamos mucho con el consumidor porque es necesario crear una cultura de consumo y una política pública que apalanque lo anterior", anotó Benavides. También se pretende incidir en las instituciones públicas para evitar asentamientos ilegales en las riberas de los ríos o advertir sobre gestiones ineficientes de los residuos. "Lo importante es identificar la causa raíz y resolver ese problema", continuó. Según 'Galápagos Guardians' estos sistemas ya han sido probados con éxito en diversas cuencas de Ecuador como el río San Pedro. Ahora se han propuesto de cara a 2025 y 2026 intervenir dos de los ríos más contaminados de Ecuador: el Guayllabamba, que recibe residuos de la capital Quito, y el caudaloso Guayas, en cuya ribera se asienta Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador. Las aguas de ambos desembocan en el océano Pacífico. Escalable a Colombia y Perú El objetivo es que en los siguientes años la iniciativa también pueda escalar a Colombia y Perú, de donde también proceden parte de los plásticos que afectan al Pacífico Este Tropical y que, potencialmente, puede afectar a las Islas Galápagos. El proyecto está en busca de socios e inversores. "Nuestra propuesta es que por cada dólar de inversión, nos comprometemos a que una libra de residuo no ingrese a los océanos", destacó Benavides. Así, remarcó que "es un proyecto que no solo beneficia Ecuador", porque muchos alimentos como atún en conserva son exportados a otras partes del mundo, y citó un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de 2019, que estimaba que una persona consume a la semana unos 5 gramos de microplásticos, lo que equivale a una tarjeta de crédito. "Ya hay microplásticos en el agua de riego y todo eso llega a nosotros. Afectamos al río, y eso en circularidad llega a nosotros. Por eso es importante que no sólo trabajemos en limpieza, porque con cada lluvia o crecida vamos a volver a tener el río polucionado", incidió Benavides. "Para nosotros es muy importante ser un ejemplo a nivel regional y mundial, con un trabajo articulado con el sector público, el sector privado, la academia y la sociedad civil para que cambie esta problemática tan grande", concluyó. (c) Agencia EFE