La semilla que cura los trastornos del hígado y conducto biliar
CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 6 (EL UNIVERSAL).- En gran parte del mundo las infusiones son muy comunes para el cuidado de la salud, principalmente apuntadas al funcionamiento del sistema digestivo. Además, son muy utilizadas para aliviar diversas dolencias, aumentar la energía, relajarse o, en algunos casos, incluso para perder peso, según la Clínica Las Condes (Chile).
"Las infusiones son una bebida obtenida de las hojas secas, flores, raíces o cortezas de las plantas en agua caliente o hirviendo como es el caso de la menta, el jengibre o la manzanilla, entre otras", remarca la nutricionista Margarita del Favero. Lo cierto es que los beneficios varían de acuerdo con la especie que se utilice y siempre se aconseja la consulta previa con un médico antes de realizar cualquier cambio en nuestra alimentación.
En torno a las infusiones y el cuidado de la salud, hoy queremos poner el foco sobre la protección del hígado y el conducto biliar. Este órgano tiene un trabajo muy importante en nuestro cuerpo ya que ayuda a combatir las infecciones y limpia la sangre, eliminando los residuos naturales del cuerpo y otras sustancias nocivas, como el alcohol y las drogas, informa el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Una alimentación saludable, realizar ejercicio físico, mantener un peso corporal adecuado y beber la suficiente agua puede ser útil para cuidar la salud de este órgano, señala el Instituto Mayo Clínic. Además, es aconsejable someterse a controles médicos de forma periódica para llevar un control del funcionamiento del cuerpo.
Con base en lo señalado y volviendo a lo anunciado anteriormente sobre el consumo de infusiones para proteger la salud, te contamos que el té de semilla de cardo mariano es el más recomendado para curar los trastornos del hígado y del conducto biliar.
La semilla del cardo mariano aporta propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, protege la mucosa gástrica y el funcionamiento del hígado, de acuerdo con la nutricionista Blanca García-Orea. Esto se debe a su contenido de silimarina, un fármaco que bloquea la captación de sustancias tóxicas por las células del hígado, consiguiendo la reducción de la concentración de sustancias tóxicas en las células hepáticas y, por tanto, su toxicidad, según un informe de la Clínica Universidad de Navarra (España).