Las señales que indican que has dejado de tolerar la carne roja

Cada vez es más habitual tener algún tipo de alergia alimentaria, pero entre estas no se suele incluir la la carne roja. Sin embargo, algunas personas pueden desarrollar el síndrome de alfa-gal (AGS), una reacción de hipersensibilidad a la carne de mamíferos derivada de la picadura de garrapata. (Foto: Getty)

Algunas personas pueden sentir náuseas, picazón u otros efectos adversos después de comer carne roja (o subproductos de carne roja como hamburguesas o perritos calientes), debido a una extraña condición desencadenada tras una mordedura de garrapata. Sí, es posible que un evento de este tipo acabe produciendo una alergia a la carne.

Como muchos otros insectos, las garrapatas son recipientes de enfermedades y virus que pueden propagarse a los humanos. No es algo nuevo y, a medida que los patrones climáticos continúan cambiando, la probabilidad de encontrarse con estos pequeños parásitos chupadores de sangre aumenta. Esto podría resultar en más casos de enfermedad de Lyme, fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (RMSF, por sus siglas en inglés) y otras enfermedades, además de saberse que aumenta el riesgo de desarrollar alergia a la carne.

Con la 'picadura' se puede desencadenar una respuesta inmunitaria. Esta reacción de hipersensibilidad hacia la carne de mamífero derivada de la mordedura de una garrapata todavía se está estudiando, pero se sabe que está causada por una alergia al oligosacárido galactosa-alfa-1,3-galactosa (también conocida como alfa-gal). Alfa-gal es una molécula presente en la saliva de la garrapata 'estrella solitaria' y otros artrópodos, que normalmente se alimentan con sangre de mamíferos.

De ahí que las reacción alérgica producida por la ingesta de carne roja reciba el nombre de 'síndrome alfa-gal (AGS)'. Dicho de otro modo, AGS hace que algunas personas desarrollen una reacción alérgica a la molécula de azúcar galactosa-α-1,3-galactosa, que a menudo se encuentra en los mamíferos.

Quienes han sido mordidos por la garrapata, en especial, quienes han sido mordidos repetidas veces, corren el riesgo de ser sensibilizados y producir la inmunoglobulina E o IgE, un tipo de anticuerpo presente únicamente en mamíferos que luego puede provocar dichas reacciones alérgicas

Una vez infectado, es común experimentar síntomas como picazón, náuseas, dificultad para respirar, hinchazón, dolor de estómago o mareos, sobre todo después de comer carnes rojas o productos que contienen la molécula alfa-gal, un carbohidrato presente en los mamíferos, excepto los humanos y los monos.

Otros síntomas derivados del síndrome de alfa-Gal son:

  • Inflamación de varias partes del cuerpo, como los labios, la cara, la garganta y la lengua.

  • Habones y picor, piel escamosa.

  • Sibilancias o falta de aliento.

  • Secreción nasal y estornudos.

  • Dolor de estómago, diarrea, vómitos y náuseas.

  • Dolores de cabeza.

Estas reacciones adversas a la carne suceden tras consumir res, cerdo, conejo o casquería (por ejemplo, intestinos, corazones, hígados o riñones). Pero también pueden ocurrir después de haber tomado leche y productos lácteos, e incluso algunos alimentos que simplemente contienen elementos cárnicos como gelatina, malvaviscos o los populares ositos de goma, según apuntan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de salud pública de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

De hecho, la mayoría de personas alérgicas a la carne roja también son sensibles a la gelatina, que es el ingrediente principal de chucherías infantiles como gominolas y nubes.

El tipo y la manera de preparar la carne también influye en la aparición de los síntomas, según recoge en un documento el inmunólogo Juan José Badiola. Así, "en EE UU se asocia sobre todo a hamburguesas cocinadas a la brasa y en España, a riñones de cerdo".

Es interesante destacar que "las reacciones alérgicas pueden producirse a la carne roja tras posteriores mordeduras de garrapata e incluso a medicamentos que contengan alfa-gal. Por ejemplo, 'Cetuximab' es un medicamento oncológico que contiene alfa-gal, y las personas que han tenido reacciones alérgicas a este medicamento (por lo general, se trata de reacciones inmediatas porque se administra por vía intravenosa) tienen mayor riesgo de alergia a la carne roja y son mayores las probabilidades de que hayan sido mordidas por garrapatas en algún momento de su vida", tal y como explican desde la la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI).

Otros alimentos que pueden suponer un riesgo para las personas con síndrome de alfa-Gal son las pastillas para caldo, salsas de carne, saborizantes en productos envasados, extractos de carne utilizados en aromatizantes, productos lácteos (por ejemplo, leche, queso, yogur o mantequilla), atún enlatado (que puede contaminarse con delfín o ballena), pollo o pescado cocinado en una parrilla o plancha donde se haya cocinado previamente carne roja, tripas de cerdo para salchichas, manteca de cerdo (usada para cocinar y en bollería y hamburguesas de venado) y sebo.

En general, el síndrome AGS es más frecuente en hombres y en el medio rural, el hábitat tradicional de la garrapata. Sin embargo, cada vez hay más casos y es un fenómeno que se ha observado en todo el mundo: diferentes garrapatas son responsables de casos similares de alergia a la carne roja en muchos otros países como Estados Unidos, Suecia, Sudáfrica y Australia.

Si bien los casos son numerosos en EE.UU., en nuestro país también se han registrado casos de esta enfermedad que se conoce desde hace menos de 20 años.

"Hay casos descritos de anafilaxia retardada por carnes sobre todo en Galicia y toda la cornisa cantábrica y atlántica", afirmó a El País Moisés Labrador, presidente del comité de inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

De hecho, las cosas están más claras desde que se han dado a conocer casos como el de un trabajador agrícola de 56 años de Missouri, (EE. UU), publicado en la revista médica BMJ Case Studies y recogido por The Business Insider, a quien le salió un sarpullido en la cintura y los brazos a las pocas horas de haber comido una hamburguesa. Nada hacía pensar que podría ser síndrome de alfa-gal (AGS), pero cuando experimentó problemas respiratorios la incógnita se despejó. Las alergias generalmente son causadas por la respuesta del cuerpo a una proteína que no reconoce. De ahí que que resultase costoso dar con ella.

El descubrimiento de este peculiar tipo de alergia ha permitido a los investigadores relacionar las picaduras de garrapatas con muchos casos de anafilaxia que habían sido clasificadas como 'idiopáticos' o de causa desconocida. Además, si bien se pensaba que la garrapata 'estrella solitaria' debía alimentarse de sangre de mamíferos para la molécula alfa-gal, investigaciones más recientes han demostrado que puede transportar esta molécula y ser capaz de sensibilizar a los seres humanos de forma independiente.

A diferencia de otras alergias alimentarias, que se presentan minutos después de la ingestión, los síntomas del consumo de carnes rojas, como cerdo, cordero o carne de res pueden tardar en aparecer entre 3 y 8 horas luego de su consumo. Por eso, puede resultar difícil asociar los síntomas con el hecho de haber consumido carne roja muchas horas antes.

Además, la mayoría de las alergias alimentarias apuntan a una molécula proteica, pero alfa-gal es inusual porque es un carbohidrato, y como es de absorción lenta esto puede explicar el retraso en la aparición de los síntomas. Tanto es así que algunas personas llegan a despertarse en medio de la noche debido a los efectos de lo que han tomado en la cena.

Los síntomas inmediatos como las ronchas y el picazón o la falta de aire se tratan del mismo modo que cualquier otra alergia alimentaria; en urgencias con antihistamínicos, epinefrina y otros medicamentos.

Es posible que el médico recomiende llevar un inyector de epinefrina para poder usar en caso de exposiciones o reacciones accidentales. También es posible que las personas con mayor sensibilidad tengan que evitar la carne roja. Pero no significa que haya que pasarse a una dieta totalmente vegetariana, ya que sí es posible consumir pescado y aves sin que se produzcan reacciones similares.

Los síntomas varían desde la aparición de ronchas y picazón, pasando por la inflamación de los labios, la cara o los párpados, hasta falta de aire, tos o sibilancia, y dolor abdominal, náuseas, diarrea o vómitos.

Al igual que con otras alergias alimentarias, existe la posibilidad de que con el tiempo disminuya la sensibilidad, si bien estos cambios pueden requerir muchos años para que sean notorios.

Prevenir este síndrome es relativamente sencillo; hay que extremar las precauciones si pasas mucho tiempo en entornos rurales o sales al campo, especialmente si lo haces con tus mascotas, ya que es frecuente que sean estos quienes las pasen a sus dueños. Por eso, es importante protegerse de posibles picaduras y morderuras durante estas salidas o excursiones; no olvides ir con pantalón largo si te vas a adentrar mucho en la maleza y usa repelente.

Al volver a casa, revisa tu ropa en busca de garrapatas que puedan haberse enganchado, y aprovecha la ducha para revisar minuciosamente la piel. en busca de bultos inesperados, lunares o incluso pequeñas manchas oscuras. Algunas garrapatas son tan pequeñas que parecen una mota de polvo o suciedad a primera vista. Es importante no saltarse este paso ya que es improbable que una garrapata transmita la bacteria a una persona si estuvo adherida menos de 20 horas. No olvides revisar a tu mascota y ten en cuenta que las bacterias también pueden infectar a las personas que las aplastan o retiran sin guantes.

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