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La sencillez universal de Joan Miró inunda el Centro Paul Klee de Berna

Berna, 26 ene (EFE).- El Centro Paul Klee de Berna, la capital suiza, acoge desde este sábado 28 de enero la exposición “Nuevos horizontes”, dedicada a la última etapa de la obra del pintor catalán Joan Miró y con obras cedidas por las dos fundaciones que atesoran su obra en Barcelona y Palma de Mallorca.

La muestra reúne más de setenta cuadros, esculturas y otros trabajos realizados por el artista en las últimas décadas de su vida.

Las formas más características del imaginario de Miró, como las estrellas, los círculos o las líneas, ocuparán hasta el próximo 7 de mayo las paredes de varias salas en el sinuoso museo bernés, diseñado por el célebre arquitecto italiano Renzo Piano.

La cita será única porque reunirá, por primera vez en una gran exposición, piezas de las dos fundaciones creadas para preservar la obra del artista barcelonés, tanto la Fundació Joan Miró de la ciudad condal como la Fundació Pilar i Joan Miró de Mallorca.

UNA COLABORACIÓN ÚNICA

El director de la institución catalana, Marko Daniel, declaró a EFE sentirse “orgulloso” de esta colaboración y manifestó su esperanza de poder colaborar en el futuro en proyectos tan “especiales” como el de Berna.

En el mismo sentido se pronunció el director de la Fundació de Palma, Francisco Copado, que destacó las raíces mallorquinas del pintor, quien se trasladó en 1956 a la localidad balear de Son Abrines, donde permaneció hasta su muerte, el día de Navidad de 1983.

Junto a su esposa Pilar, Miró gozó de su madurez en aquella Mallorca ideal y alejada del turismo, en la que el barcelonés estableció dos estudios de creación y un taller de grabado y litografía, donde creó la mayoría de los cuadros que ahora forman parte de la muestra “Nuevos horizontes”.

KLEE Y MIRÓ, "SUPERESTRELLAS DEL ARTE"

El artista pintó el grueso de las 73 obras de la exposición en la década de los setenta, muchos años después de sus primeros años barceloneses y de su época en París, donde permaneció exiliado durante la Guerra Civil y donde descubrió una nueva manera de pintar, cercana al surrealismo, junto a su amigo André Masson.

Fue precisamente el francés quien le mostró por primera vez a Miró los trabajos del suizo Paul Klee.

Su arte maravilló al catalán, y aunque no pudo conocerlo en vida, se sabe que realizó al menos un viaje a Berna para visitar la colección del artista, que antes de albergarse en el actual centro que lleva su nombre (inaugurado en 2005) se podía ver en el Museo de Bellas Artes de la capital suiza.

Esta exposición y la muestra "Paul Klee y los secretos de la naturaleza", que se podrá visitar en la Fundació Miró de Barcelona hasta el próximo 12 de febrero, mantienen el diálogo entre los dos pintores.

“Paul Klee fue una influencia de gran importancia en la obra de Miró”, reconoció la directora del Centro Paul Klee, Nina Zimmer, que destacó la popularidad de la que goza el pintor español en Suiza, donde "es considerado una superestrella del arte”.

EL MIRÓ MÁS UNIVERSAL

“Con esta muestra, los suizos podemos conocer un periodo tardío de la vida del pintor, uno no tan célebre para nosotros, en el que vemos a un Miró que está constantemente investigándose y reinventándose”, puntualizó Zimmer.

Según los organizadores de la muestra, la técnica de Joan Miró alcanzó la perfección formal en las últimas décadas de su vida, cuando simplificó sus formas hasta límites insospechados sin renunciar nunca a la figuración ni a sus imágenes más célebres: los pájaros, las cabezas, el Sol o la Luna.

Este es el caso de “Cabeza, pájaro”, “Mujer frente al Sol I” o “Mujer y pájaros”, que forman parte de la selección mostrada en Berna, junto a otras creaciones más audaces en las que el genio catalán emplea modos artísticos propios del informalismo, como el rasgado, la quema de lienzos o la pintura con las manos.

“Son precisamente la sencillez y la concentración de su pintura lo que convierten a Joan Miró en un artista universal”, sostiene Daniel, quien destaca que el español supo concentrarse en los pequeños detalles de su entorno y en sus raíces para alcanzar un lenguaje total que consigue apelar a espectadores de todo el mundo, desde Barcelona hasta Berna, pasando por Mallorca.

Juan González Verano

(c) Agencia EFE