Ser altamente sensible tiene múltiples beneficios

Aproximadamente el 20% de la población estadounidense es altamente sensible (HSP, por sus siglas en inglés). No se trata de un trastorno, aunque suele asociarse con ciertos rasgos del autismo.

Las personas HSP simplemente son más permeables a los estímulos y a las sensaciones de su alrededor. Ellos sienten y perciben con más profundidad que el resto.

Foto: martin-dm/iStock
Foto: martin-dm/iStock

Características de las HSP

El sitio Highly Sensitive Refuge recopila algunas signos que caracterizan a las personas altamente sensibles:

· Profundidad del procesamiento. Captan incluso pequeños estímulos y procesan la información muy profundamente.

· Sobrestimulación. Ocurre porque las HSP están procesando mucha información todo el tiempo, por lo que tienden a sentirse abrumadas y, por lo general, necesitan tiempo para estar solas en un entorno de bajo estímulo para recuperarse de la sobrestimulación.

· Empatía o fuertes reacciones emocionales. Una persona HSP capta no solo los estímulos físicos, sino también las señales sociales y emocionales, y tienen neuronas espejo más activas, lo que les permite sentir una profunda empatía y comprensión hacia los demás.

· Sensación de lo sutil. Captan incluso cosas muy pequeñas que otros no detectan, y hacen conexiones que los demás no logran.

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La psicóloga Amy Morin destaca más características:

· Se sienten abrumados cuando tienen mucho que hacer. Batallan por mantenerse concentradas cuando tienen varias cosas que hacer. Se vuelven visiblemente ansiosas y, a medida que aumenta su nivel de estrés, tienen más dificultades para ser productivas.

· Encuentran los ambientes ruidosos, caóticos. Las personas altamente sensibles no trabajan bien en oficinas abiertas porque sus sentidos se ponen en alerta por las imágenes, los sonidos, los olores y la actividad que los rodea.

· Cuando tienen hambre, se enojan. Batallan por ignorar el hambre y seguir adelante, y es muy común que descarguen su frustración con las personas más cercanas a ellos.

¿Por qué se lo asocia con el autismo?

Andre Sólo, filósofo y experto en HSP, explica en Psychology Today que ambos implican una sensibilidad extrema hacia su entorno. "Cualquier persona HSP entiende lo que es ‘que el mundo esté en un volumen muy alto’ y muchas personas autistas tienen la misma experiencia, especialmente sobre estímulos aparentemente sutiles, como el roce de la textura de la ropa o un ruido intrusivo", aclara.

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Del mismo modo, tanto los HSP como los individuos con autismo tienden a sentirse abrumados por los estímulos ambientales. "Los niños autistas, por ejemplo, pueden entrar en pánico, tener una rabieta o apagarse en respuesta a estímulos abrumadores, y muchos niños con HSP harán lo mismo cuando se les sobrestimula, especialmente si sus padres no les han enseñado buenas estrategias para combatir esto", aclara el experto.

Pero, según el filósofo, a pesar de esas similitudes, el autismo y la alta sensibilidad son dos cosas diferentes. De hecho, ser una persona altamente sensible es un rasgo normal y saludable que tiene muchos beneficios.

Las ventajas de ser HSP

· Son muy sensibles al arte. Estas personas suelen crear impresionantes obras artísticas, musicales o literarias.

· Son muy empáticos, por lo que tienen el poder de entender y cuidar profundamente a las personas que los rodean

· Pueden realizar tareas que requieran extremo cuidado, reflexión y un pensamiento profundo.

· Tienen la capacidad de ser referentes que inspiren y escuchen a quienes los rodean.