La serie que reconstruye los detalles menos conocidos del atentado terrorista ocurrido en Madrid en 2004, que dejó más de 190 muertos

Nos vemos en otra vida, la nueva serie de Star+
Nos vemos en otra vida, la nueva serie de Star+ - Créditos: @Guillermo Gumiel

“Ninguno de nosotros iba para cirujano”, dice Gabriel Montoya Vidal, alias Baby, en uno de los episodios de la sobresaliente miniserie Nos vemos en otra vida, disponible en Star+. El comentario hecho con un tono teñido de algo humor y mucha amargura describe el contexto en el que creció un ladronzuelo convertido luego en uno de los criminales que participaron del atentado terrorista ocurrido en Madrid el 11 de marzo de 2004 . La ficción es una adaptación cruda y esclarecedora del libro de investigación periodística publicado en 2015 en el que el autor Manuel Jabois entrevista a Vidal, una década después de los hechos que resultaron en la muerte de más de 190 personas. Sin recurrir a respuestas fáciles ni a explicaciones o justificaciones de manual, los seis capítulos de la miniserie reconstruyen el camino hacia la tragedia del más joven de los condenados por el golpe terrorista organizado por una célula yihadista. Un adolescente que a los 16 años y con un prontuario frondoso ya a cuestas andaba por las calles de Avilés como quien no tiene nada que perder.

La historia

En el mes del vigésimo aniversario del 11M, esta producción realizada por los hermanos Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo (La zona), pone en marcha el relato desde el punto de vista de Baby , el primero en ser juzgado por el atentado y un testigo clave en el juicio posterior del resto de los criminales. Claro que en principio, lo que se muestra es su infancia de carencias, los robos cometidos por su padre adicto a las drogas con él sentado en el asiento del acompañante y la abulia de sus días en los que su único interés era hacer dinero fácil y afianzar su reputación en las calles. El trabajo y el estudio no forman parte de su cotidianidad, más allá de los retos de su madre. Para interpretar al adolescente carente de ingenuidad, aunque con algún resabio de la inocencia que perdió demasiado pronto, los productores probaron a más de 200 intérpretes hasta que dieron con el debutante Roberto Gutiérrez saliendo de un McDonalds en Avilés, la ciudad natal del personaje real. Su falta de experiencia en la actuación contribuye al realismo de la trama que si bien se toma licencias creativas no se aparta demasiado de los dolorosos hechos ocurridos en 2004. La narración entremezcla el trayecto de Baby antes de su involucramiento en el atentado, sus días preso en el correccional de menores y su vida de adulto una vez que recupera la libertad y debe afrontar las consecuencias de lo que hizo.

Pol López en una escena de la miniserie
Pol López en una escena de la miniserie - Créditos: @Diego López Calvin

El villano

Aunque la trama de Nos vemos en otra vida evita recurrir a estructuras maniqueas y construye a sus personajes plenos de ambigüedades y matices, lo cierto es que la reconstrucción ficcional cuenta con un personaje tan revulsivo como fascinante. Se trata de Emilio Trashorras , el exminero responsable de conseguir y trasladar los explosivos que se usarían en Madrid. El retrato del traficante de drogas devenido cómplice de los terroristas es escalofriante en parte gracias a la interpretación de Pol López que lo encarna como un paranoico violento con delirios de grandeza que no está interesado en nada ni nadie más que en sí mismo. “Un esquizofrénico con acceso a dinamita”, dice el relato en off sobre él que aparece en plena aceleración maníaca en algunas escenas, pero que inquieta mucho más cuando busca controlar su furia detrás de la máscara de su intrepidez. La inclusión de Trashorras como personaje de ficción resulta una apuesta altísima tomada por los creadores de la miniserie, que al hacerlo debieron retratar sus oscuridades junto con el evidente carisma de quien fue uno de los participantes clave en la tragedia, condenado a 34.175 años de prisión, que recuperará la libertad en 2044.

Una escena de Nos vemos en otra vida
Una escena de Nos vemos en otra vida - Créditos: @Diego López Calvin

La ambientación

Gran parte de la grabación se llevó a cabo en el lugar en qué ocurrieron los hechos, lo que suma una autenticidad sobrecogedora al relato. Las calles de Avilés en la que Baby y sus amigos se entretenían haciendo pequeños atracos y los bares del puerto en los que Emilio se movía como un encantador de serpientes cuentan mucho sobre el mundo de los personajes. Y aunque el paso del tiempo obligó a la producción a recrear ciertas partes de la ciudad y la mina de la que salieron los explosivos días antes del atentado, lo cierto es que esas escenas en las que se acelera la cuenta regresiva hacia la tragedia son impactantes.

Una imagen del quinto episodio de la ficción
Una imagen del quinto episodio de la ficción - Créditos: @Guillermo Gumiel

El respeto a las víctimas

El hecho de que el estreno de la miniserie coincidiera con el vigésimo aniversario del atentado podría interpretarse como un homenaje a las víctimas además de una útil estrategia de promoción. Sin embargo, toda suspicacia o cinismo se desvanece con el correr de los episodios y especialmente al llegar al quinto capítulo de la ficción. Allí, las actividades que realizan los criminales en las vísperas del atentando se intercalan con la recreación de los testimonios de algunos de los sobrevivientes, tomados directamente de sus declaraciones en el juicio realizado en 2007, que pudieron ver el episodio con antelación y aprobaron su inclusión.

Roberto Gutiérrez, el joven protagonista de esta imperdible miniserie española
Roberto Gutiérrez, el joven protagonista de esta imperdible miniserie española - Créditos: @Diego López Calvin

Un relato imprescindible

La detallada reconstrucción de época y el cuidado trabajo de ambientación -que incluye un diseño de vestuario excepcional-, de la miniserie además del hecho de que refleja lo sucedido en aquel trágico 11 de marzo de 2004 evitando golpes bajos o de efecto y desde un punto de vista no tan conocido elevan a Nos vemos en otra vida por sobre la media de ficciones inspiradas en acontecimientos reales. Sus creadores no parecen haber tomado atajos creativos para que la narración resultara más accesible para el público que no esté al tanto de todos los aspectos de lo sucedido. Ese afán de verosimilitud, sumado a una justificada confianza en la calidad de su material resultan en una obra contundente y conmovedora. Una recomendación: ya que el guion incluye a muchos personajes hablando con “tonada” asturiana e incluye varios regionalismos idiomáticos conviene mirar los episodios con los subtítulos en castellano disponibles en la plataforma.