Series: la ficción protagonizada por una ganadora del Oscar que combina con inteligencia el romance y la lucha por la igualdad de género
En el universo de la ficción televisiva, las miniseries aseguran un tipo de disfrute reservado exclusivamente para ellas. El hecho de que el espectador sepa que su compromiso con el programa tiene un límite preestablecido antes de empezar a verlo es parte fundamental de la experiencia pero, sobre todo, el formato limitado suele beneficiarse con una narrativa bien resuelta, un diseño de producción sobresaliente y un elenco estelar. Aunque en los últimos años la frontera entre los actores de cine y los de televisión se fue borrando hasta casi desaparecer, son las miniseries las que más se aprovecharon de ese fenómeno. Así, por estos días es posible que una ganadora del Oscar y protagonista de un film taquillero de Marvel, como Brie Larson, encabece también un relato televisivo. Se trata de Lecciones de química, la ficción de ocho episodios cuyos dos primeros capítulos estarán disponibles desde este viernes en Apple TV+
La historia. La acción comienza frente a un estudio de TV en los años 60. Mientras un grupo de fanáticas espera la llegada de su ídola en la puerta, ella baja de su coche e ingresa en el lugar para grabar el programa de cocina que la hizo famosa. Se trata de Elizabeth Zott (Larson), una conductora y chef precisa y ocurrente, pero a la que sus productores le tienen que recordar que sonría al menos una vez frente a las cámaras. El resto del episodio ocurre en un largo flashback en el que se empieza a desarrollar la trama de cómo fue que la graduada en química terminó como figura televisiva adorada por las mujeres de los Estados Unidos. Un recorrido especialmente misterioso, ya que el personaje es presentado como alguien poco interesado en su apariencia o en asuntos frívolos. En cambio, toda su vida gira en torno al pensamiento científico y al desarrollo de sus teorías de las que apenas puede ocuparse ya que, sin haber podido realizar un doctorado en su especialidad, se debe conformar con ser asistente de laboratorio de químicos mucho menos talentosos que ella. Eso, hasta que conoce al peculiar doctor Calvin Evans (Lewis Pullman), el único de los científicos que la reconoce como par.
Brie Larson. La actriz ganadora del Oscar por su papel en el film La habitación y protagonista de Capitana Marvel y su secuela, que se estrenará en noviembre, encarna a Elizabeth; una mujer tan enfocada en sus objetivos como desinteresada por todo lo demás. Áspera, poco sociable y siempre tensa y controlada, la fachada que el personaje presenta al mundo esconde un traumática experiencia, que profundiza el peso que carga por la ostensible discriminación de género, algo que la mantiene encasillada y oprimida . “Cariño”, le dicen sus colegas, que apenas pueden disimular lo incómodos que se sienten sabiendo que el intelecto de su “chica del café” es ampliamente superior al suyo. El talento de Larson logra que el espectador pueda entrever a la mujer que se esconde detrás de la armadura, sin convertirla en algo que no es. Elizabeth no es precisamente amable y está lejos de caer simpática. Su peculiar modo de ver el mundo suele ganarle enemigos aún sin proponérselo y sus frustraciones la aíslan de todos. Su única válvula de escape parece ser la elaboración de comidas, cuyas recetas encara con la meticulosidad que la caracteriza. Muchas veces a los personajes centrales de las series se les pide que sean simpáticos o que al menos generen empatía inmediata con el espectador, lo cual se vuelve una exigencia con las protagonistas femeninas. Sin embargo, Lecciones de química y Larson -que también ejerce como productora ejecutiva del programa-, no se dejan influenciar por esas reglas, algo que resulta en una Elizabeth plena de matices, atrapante de acompañar en su recorrido.
El género. Uno de los temas centrales de la miniserie basada en la novela de la escritora Bonnie Garmus se ocupa de resaltar la falta de igualdad de géneros y las trágicas consecuencias que sufrían/sufren las mujeres, a causa de ella. Al presentar a Elizabeth como una luchadora consciente de los límites que la sociedad le impone y dispuesta a superarlos a pesar de todo, la ficción traza una línea muy clara y algo solemne entre su posición y la de quienes la discriminan. Claro que Lecciones de química va mucho más allá al incorporar al cuento todos los aspectos de la vida de su protagonista. Así, el relato de superación se combina con el romance y el melodrama, y hasta se permite pequeños destellos humorísticos que equilibran pasajes trágicos sin quitarles emoción. Tomando algunos puntos clave directamente de la novela, la ficción también incluye pinceladas de fantasía y absurdo, que completan su novedoso punto de vista.
El elenco. Además de la impecable ambientación de época y el deslumbrante diseño de vestuario realizado por Mirren Gordon-Crozier -con la que Larson trabajó en Tienda de unicornios, su ópera prima como directora, disponible en Netflix-, buena parte del encanto de la miniserie lo aporta su elenco secundario, empezando por Pullman, que hace del doctor Evans, un héroe romántico inolvidable. El actor de Top Gun Maverick se ocupa de aportarle humanidad y verosimilitud a un personaje escrito como el perfecto contrapunto de Elizabeth, el hombre ideal que contrasta con el ejército de maltratadores y misóginos que la rodean. El guion hace una apuesta temeraria al referenciar de forma explícita la química entre Elizabeth y Evans. Si los intérpretes no estuvieran a la altura de esa promesa, nada se podría hacer para salvar la historia. El hecho de que el dúo de actores excedan las expectativas es uno de los argumentos más atractivos de toda la propuesta . A ello se suman las apariciones de Aja Naomi King en el papel de Harriet, vecina y aliada de Elizabeth, y Rainn Wilson y B.J. Novak, veteranos de la comedia The Office, que aquí muestran diferentes aspectos de su rango actoral.
El equipo detrás de cámaras. Más allá del material de origen que aportó la novela, un éxito de ventas en los Estados Unidos, la miniserie se destaca por los aportes de Lee Eisenberg, su creador, y un equipo de escritores que incluye a Susanna Grant, responsable de los guiones de Erin Brokovich y la excepcional miniserie Inconcebible, dos relatos inspirados en casos reales donde la discriminación de género, como en Lecciones de Química, juegan un papel fundamental. Por su lado, Eisenberg llegó al proyecto después de trabajar en sitcoms como The Office y la más reciente Jury Duty, una de las comedias más sobresalientes del año.