Setenta y cinco años sin Orwell, el escritor que transformó textos políticos en arte
Londres 20 ene (EFE).- Setenta y cinco años después de la muerte de Eric Blair, más conocido como George Orwell (1903-1950), sus creaciones literarias distópicas, en las que transformaba textos políticos en arte, se han convertido en un manual para entender la realidad social.
"Algunos le consideran un profeta", afirma a EFE el profesor emérito de la Universidad Goldsmith de Londres Tim Crook, estudioso del periodista y escritor británico.
"Brillante en su capacidad de analizar el poder del lenguaje y su distorsión, con el fin de proyectarlo hacia el poder y distorsionar la comprensión de la gente", considera por su parte Bill Hamilton, albacea literario de George Orwell, 'George State'.
Según Hamilton, Orwell -Eric Blair- decidió desde muy joven desconfiar de todas las llamadas verdades en las que se crió.
El escritor (nacido en Motihari el 23 de junio de 1903 y fallecido el 21 de enero de 1950 en Londres) era de origen indio que, tras estudiar en una de las escuelas más elitistas inglesas, Eton, y su periplo en la Policía Imperial birmana, optó por afrontar la realidad del entonces Imperio británico renunciando a sus posibles privilegios, y empezar en el periodismo.
Inspiración accidentada
Orwell, socialista convencido, se enroló en la Guerra Civil española (1936-1939) en el bloque republicano donde "fue disparado por el enemigo; pero fue su propio bando quién casi le asesina, reforzando su odio a cualquier tipo de totalitarismo y su lenguaje abusivo", explica Hamilton.
A raíz de ese episodio, su creación literaria fue una lucha contra ello: vivencia personal del conflicto en 'Homenaje a Cataluña' (1938), 'Rebelión en la granja' (1945) y más tarde en '1984'.
"Vemos ‘1984’ como el texto, la Biblia que la gente lleva bajo el brazo que les recuerda cómo se abusa del poder", dice el albacea literario de Orwell.
En el primer mandato del presidente Donald Trump en Estados Unidos (2017-2021), ‘1984’ se convirtió en superventas "porque nos recuerda que no existen hechos alternativos. Hay verdad y falsedad. Claridad y mentiras.", remarca Hamilton.
La célebre distopía introduce conceptos como doble-pensamiento o neolengua. "La perversión y corrupción del lenguaje puede controlar sutilmente y, a través de un sesgo inconsciente, cambiar la forma de expresarse, lo que realmente se quiere decir", ilustra Crook.
Hamilton, como regente del patrimonio literario, observa que "donde sea que hubiera una gran crisis política (...) siempre se ha publicado a gran escala."
Ambos eligen 'Rebelión en la granja' como su obra favorita. Una parábola para niños y adultos sobre cómo se echa a perder una revolución, "las mentiras y maldades del totalitarismo, la corrupción del socialismo", describe el profesor Crook.
Una patata caliente para los editores británicos de la época, vista como antiestalinista "en mitad de la II Guerra Mundial, la Rusia soviética era nuestra salvadora, amiga, aliada", contextualiza Hamilton.
Un ejercicio de antropomorfismo donde "los cerdos querían leche y manzanas. La revolución no es tan divertida comiendo sólo hierba y paja. Los humanos somos iguales.", finaliza el académico.
Orwell, en nuestros días
Setenta y cinco años después su trascendencia sigue vigente, nuevas creaciones aparecen en el mercado literario, como 'Julia: Una nueva versión de 1984' la perspectiva femenina de la co-protagonista de la distopía, por Sandra Newman y aprobada por 'George State'.
El profesor Crook conjetura sobre su impacto en nuestros días "si estuviera vivo hoy, y fuera por ahí dando charlas, no tendría plataforma alguna."
Según el académico, "lo habrían cancelado en muchos entornos universitarios contemporáneos por su crítica y análisis" y es que Orwell en su lucha contra el totalitarismo, blandía que "si libertad significa algo, es decirle a la gente lo que no quiere oír", cómo luce en su estatua homenaje esculpida en bronce en la sede de la BBC en Londres, para la que trabajó (1941-1943), con su típico cigarrillo en la mano.
Según el profesor, "(hoy) cualquiera que desafíe tu ideología, forma de pensar o te haga querer pensar en otra cosa, te está dañando emocionalmente de alguna manera."
Guillermo Garrido
(c) Agencia EFE