Settembre: cuando el fin del verano es la gran excusa para adentrarse en la intimidad solitaria de los personajes
Settembre (Italia/2022). Guion y dirección: Giulia Louise Steigerwalt. Fotografía: Vladan Radovic. Edición: Giani Vezzosi. Elenco: Fabrizio Ventivoglio, Barbara Ronchi, Teresa Litvan, Thony, Margherita Rebeggiani, Luca Nozzoli, Andrea Sartoretti. Calificación: No disponible. Distribuidora: CDI Films. Duración: 110 minutos. Nuestra opinión: buena.
Si hay una cinematografía que ha utilizado con insistencia la coralidad como estrategia narrativa ha sido la italiana. Desde siempre, los italianos han confiado en la posibilidad de que múltiples historias y varios personajes den cuerpo a un tema, a una época o meramente ofrezcan un fresco de las relaciones humanas. Así se hizo la famosa Boccaccio 70 (1962), compendio de cuatro mediometrajes dirigidos por Vittorio De Sica, Federico Fellini, Mario Monicelli y Luchino Visconti bajo el paraguas del humanismo del autor del Decamerón. O la previa Amor en la ciudad (1953) como el intento zavattiniano de mantener a flote el neorrealismo. O la posterior Historias extraordinarias (1968) como homenaje a la literatura de Edgar Allan Poe. La impronta continuó en la commedia all’italiana con la saga Los monstruos (1963) y Los nuevos monstruos (1977), en el giallo con Las tres caras del miedo (1963) de Mario Bava, y en la comedia política con Caro diario (1996) de Nanni Moretti.
Pero también hubo películas que no perdieron la unidad dramática por su coralidad y optaron por el enredo de varios personajes alrededor de un único nudo argumental, como La cena (1998) de Ettore Scola; la popular Perfectos desconocidos (2016) de Paolo Genovese, y ahora Settembre, de Giulia Louise Steigerwalt, guionista y directora de origen italiano nacida en Texas. Esta última tiene al mes de septiembre apenas como paraguas estacional de una imprevista bisagra en la vida de varios personajes, algunos de los cuales forman las parejas más inesperadas. Septiembre no es un mes cualquiera, es el final del verano europeo, el tiempo después del célebre Ferragosto italiano, un hiato de reflexión y cierto anhelo de futuro. Todo puede pasar en septiembre, amores truncos y decepciones, desengaños y enamoramientos, el anuncio de la muerte o el descubrimiento de una nueva vida. Por ello lo más temido no es que pasen cosas sino que todo siga igual.
Las vidas que se cruzan son las de dos amigas, Francesca (Barbara Ronchi) y Deborah (Thony), cuyo vínculo se transforma a partir de una inesperada enfermedad y del hastío matrimonial, la de un médico divorciado y algo escéptico sobre el amor (Fabrizio Ventivoglio), la de una prostituta croata (Tesa Litvan) que quiere ser esteticista, y la una adolescente (Margheritta Rebeggiani) que espera el debut sexual mientras recibe lecciones prácticas del primo de su enamorado (Luca Nozzoli). Si bien la premisa puede dar todas las pistas para su resolución, la película se las arregla para alimentar las emociones más esquivas, ser divertida sin sobreactuación, evitar lecciones y agitar un poco la imaginación.
Los guiones anteriores de Steigerwalt, en películas como Mujer y marido (2017) y Croce e delizia (2019), cercanos a una comedia más convencional, signada por los enredos y malentendidos, parecían no ser el mejor antecedente. Pero al mando de la dirección, Steigerwalt logra hacer más ligero su guion, aprovechar con soltura el espacio de una Roma nada turística, concentrada en una intimidad solitaria y en silencios que los personajes transmiten sin ceremoniosa anunciación. Actores como Fabrizio Ventivoglio y Barbara Ronchi contribuyen a esa carnadura vital de una historia que es sencilla, sostenida en pequeños descubrimientos y con el marco de un otoño boreal que comienza con la ilusión de un calendario propio.