Sexo, escándalos y dinámicas familiares raras: los secretos de Bob Guccione, el magnate de la revista Penthouse
La nueva serie “Secretos de” se sumerge en lo más profundo del extraño mundo del magnate editorial.
La nueva docuserie de A&E Los secretos de Penthouse terminó el martes, pero reveló a lo largo del camino una gran cantidad de información sobre el ascenso y la caída del fundador de la revista, Bob Guccione.
El proyecto de cuatro capítulos abordó temas como la relación de Guccione con su familia y los demás, en qué solía gastarse el dinero y por qué tantas personas creían que era un villano. Te resumimos las principales claves de la serie Los secretos de Penthouse.
Su dinero
“Creó una de las revistas más sucias de Estados Unidos”, dijo el periodista de Rolling Stone John Colapinto, “y se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo”.
Y no tenía reparos en gastar ese dinero. Guccione vivió en lo que se consideraba la mansión más grande y lujosa de la ciudad de Nueva York, que tenía 2,600 metros cuadrados, 42 habitaciones, nueve pisos, mármol importado y arte valorada en 100 millones de dólares, incluidos cuadros originales de Picasso, Chagall y Matisse, según The Arlene Herson Show.
Su bañera estaba recubierta de oro y costaba un cuarto de millón de dólares, con accesorios de oro de 22 quilates, incluidos los grifos y los portarrollos de papel higiénico.
Sin embargo, Guccione no se limitó a disfrutar al máximo de esta vida, también tenía grandes planes para la próxima, según su hija Nina.
"Papá y Kathy Keeton, presidenta de Penthouse y más tarde esposa de Guccione, estaban obsesionados con el envejecimiento. Solía hablar de que él y Kathy irían al espacio y los congelarían. La criogenia no estaba funcionando, por lo que dijeron: ‘bueno, si no podemos congelar todo nuestro cuerpo, bastará con que nos corten las cabezas y luego podrán clonarnos cuando regresemos’", contó para luego agregar: "no sé cuánto terminó gastando en eso".
Steve Belanger, quien trabajó durante un tiempo en el Departamento de Finanzas de Penthouse, detalló algunas de las cosas más extrañas en las que Guccione gastaba el dinero durante el apogeo de la revista. "Bob y Kathy tenían dos grandes crestados rodesianos y resulta que pagábamos por el almacenamiento mensual de su esperma", reveló.
Más tarde, Belanger contó que cuando obligaron a Guccione a afrontar la gravedad de la situación financiera, el editor cambió de tema hablando sobre la “evidente” existencia de los ovnis y cómo la compañía podría “explotarlos”.
Sus hijos
Guccione tuvo cinco hijos, dos de los cuales fueron entrevistados en el documental, junto con sobrinas y sobrinos.
Su hijo menor, Nick, tuvo una experiencia llena de altibajos con su padre y el estilo de vida que llevaba. A los 13 años se mudó a la mansión paterna y desde el principio todo fue un poco extraño.
“No nos permitía relacionarnos con las Pets (mascotas, en inglés, el término con el que se refería a las modelos de la revista). Bob les dijo a las Mascotas: ‘no fraternicen con los niños’”, contó Nick. “Pero a los 15 años tuve mi primera novia y resultó que era una mascota. Ella tenía 23 años y yo 15. La mayoría de los hombres solo podían soñar con tener relaciones sexuales con una de ellas, pero yo tenía sexo con cada una”.
Pero como Nick tuvo problemas con las drogas y el alcohol durante la adolescencia y juventud, la relación con su padre era tensa.
“Decía que era un hombre de familia”, dijo Nick, “pero en realidad no lo era. La atención que prestaba a sus propios hijos dejaba mucho que desear y no estaba muy presente en sus vidas. Mi papá nunca me tomó en serio, me miraba como un perdedor, ya sabes. Pero bueno, quizá tenía derecho a hacerlo”.
En cambio, Nick encontró a otra persona que interpretó el papel de padre.
“Mi figura paterna fue Guy Bonano. Era el chofer, el hombre que conducía la limusina. Le conté todo a Guy porque éramos muy cercanos”, dijo Nick. “Y le dijo a mi papá: oiga, señor Guccione, hablé con su hijo. Quiere volarse los sesos delante del Picasso’. ¿Sabes qué respondió mi papá? ‘¿Por qué el Picasso?’”.
Más tarde en su vida, mientras Nick trabajaba como camarógrafo para Penthouse, acudió a su padre con una gran oferta para un canal de televisión de Penthouse, pero la idea fue descartada. “Si no era su creación, si no era él quien traía ese acuerdo a la mesa, se cancelaba automáticamente”, dijo Nick.
Su hermana Nina dijo que cuando Nick intentó reactivar el acuerdo, las cosas empeoraron aún más en la relación entre padre e hijo.
“Si lo presionabas, se sentía traicionado. Y si se sentía traicionado, estabas muerto para él”, aseguró. “Pobre Nick. Qué familia, Dios mío”.
La vida de su hija Nina también fue un poco diferente, en gran parte debido a la figura de su padre.
“Tenía 8 años y asistí a una escuela católica, así que solo había monjas. Escribí: ‘mi padre hace fotos a mujeres desnudas’. Me abofetearon en el acto. Me abofetearon. Y luego llamaron a mi madre y ella les dijo: ‘sí, es verdad’”.
Más tarde, Guccione insistió en que una adolescente Nina acudiera al estreno de Calígula, su largometraje de 17 millones de dólares protagonizado por Malcolm McDowell, Peter O'Toole y John Gielgud, con el cual se jactó de revolucionar el cine a través de una mezcla de sensualidad y precisión histórica, pero que finalmente fue catalogado como puro porno obsceno.
“Estaba sentada al lado de mi padre, viendo eso en la gran pantalla”, contó. “Fue horrible. Absolutamente horrible. Nunca había visto una película de sexo. Me quedé sin palabras. Y estaba muy molesta, porque ningún buen padre debe exponer a su hija o permitir que se exponga a algo así. Pero como era un narcisista, no tenía empatía. No podía imaginar cómo sería para una adolescente”.
Al igual que sus hermanos, Nina trabajó para la compañía de su padre, pero en su caso siempre fue una experiencia diferente y sentía que todo era “degradante”.
“Papá amaba a las mujeres, así que no las estaba cosificando. En su mente, las estaba glorificando”, afirmó.
En cierto momento, más tarde en la vida, cuando Guccione y su compañía estaban teniendo problemas económicos, Nina intentó buscar una solución, pero su padre pensó que estaba intentando robarle y traicionarlo, así que “se volvió loco”.
“Abandoné la empresa, salí de la casa, lo dejé. Creo que mis últimas palabras fueron: ‘vas a perderlo todo. Vas a ir a la quiebra dentro de seis meses’. Y creo que estaba más o menos en lo cierto”.
Cuando Guccione sintió que la muerte estaba cerca (murió de cáncer de pulmón en octubre de 2010), quiso reconciliarse con Nina, quien accedió y lo calificó como una “persona completamente diferente”.
“Entré a la casa, lo vi y me abrazó. Tenía 72 años y fue la primera vez que me dio un abrazo”, dijo. “Se había convertido en una persona cariñosa, empática y comprensiva. Durante el último año de su vida, fue como tener al padre que nunca tuve”.
Sus mascotas
Las Penthouse Pets (modelos de la revista) que participaron en la docuserie tuvieron diferentes experiencias con Guccione y la compañía. De hecho, una de ellas se mudó a su mansión por conveniencia y necesidad. A partir de ese momento, Guccione la “pondría a prueba”, según contó Cheryl Rixon, Mascota del Año 1979. Poco después de mudarse a la mansión, Guccione le pidió que fuera a la fiesta de cumpleaños de un hombre de 82 años.
“Al final de la noche, me dijeron que tenía que quedarme con el hombre de 82 años porque yo era su regalo. Estaba horrorizada. Me negué cortésmente y llamé a Bob a la mañana siguiente y me preguntó: ‘¿cómo fue la cena?’ Se lo conté y él se rió. No fue para nada un shock. Era un acuerdo habitual”.
También estaba Anneka DiLorenzo, una de las mascotas de Penthouse, quien presentó una demanda de 10 millones de dólares por acoso sexual contra Guccione, alegando que la obligó a tener relaciones sexuales con sus socios comerciales. Finalmente recibió 4 millones, y según Nina, la hija de Guccione, “estaba furioso. Odiaba perder. Le creyeron a ella, pero tuvieron que hacerlo porque era la verdad”.
En cambio, Jenna Jameson se deshizo en elogios sobre Guccione, afirmando que la revista fue la plataforma de lanzamiento que la ayudó a convertirse en la estrella de cine para adultos más grande del mundo a finales de los 1990. Trabajó allí cuando la revista atravesaba lo que denominó “un gran período de micción”, ya que las modelos orinaban para la cámara.
“Recuerdo haberlo hecho y pensar ‘no puedo creer que esté haciendo esto’. Fue impactante, hermoso e innovador”, contó.
La exmascota de Penthouse Janine Lindemulder, quien se hizo famosa tras aparecer en la portada de un álbum de Blink-182 y en su vídeo What's My Age Again?, también atribuyó a Penthouse su camino al estrellato y dijo que nunca sufrió ningún comportamiento inapropiado.
Cuando los evangélicos comenzaron a atacar a Guccione, su objetivo era publicar imágenes más controvertidas. Un fotógrafo tenía fotos de Vanessa Williams desnuda, la primera Miss América afroamericana, con otra mujer. Guccione no dudó en publicarlas.
“Es probable que la edición de Vanessa Williams fuera la revista de un solo número más exitosa en la historia de Estados Unidos”, dijo el editor de Penthouse, Peter Bloch. “Bob Guccione abrió la puerta a un mundo nuevo y valiente al darse cuenta de que la gente quería ver a las celebridades desnudas. La carrera de Paris Hilton se basó en un video sexual, así como The Kardashians, pero Bob inventó todo eso con Vanessa Williams”.
Su (otrora) amigo Donald Trump
Además de las mascotas de Guccione, la mansión acogía a invitados famosos y todo tipo de celebridades, incluidos astronautas y el neoyorquino Donald Trump, que solía ir a su casa a menudo y “echaba un vistazo a las mascotas de Peenthouse”, según Nick. “Era como un niño en la tienda de dulces”.
Más tarde, Guccione perdió 145 millones de dólares en un proyecto para abrir un casino en Atlantic City porque no pudo obtener la licencia. Finalmente tuvo que venderlo a Trump, quien le había advertido que Atlantic City iba a ser complicado. Sin embargo, Guccione estaba indignado, sobre todo porque eran amigos. Su hija Nina contó que Guccione le pidió a su pareja, Kathy, que llamara y cancelara su próximo viaje con Trump y su entonces esposa Ivana.