Shakira + BZRP: Más que una canción viral, un comunicado oficial
Shakira y BZRP inauguraron un nuevo formato pop. No tiene que ver tanto con lo artístico, sino con la semántica: más que una canción es un comunicado oficial. En la BZRP Sessions #53, que batió todos las marcas de audiencia en tiempo récord, el músico y productor argentino prestó todas sus armas tecnológicas, la logística y su talento para que la cantante colombiana demoliera con cuatro acordes al exfutbolista Gerard Piqué. En el negocio del pop las canciones de despecho y desamor no son ninguna novedad. Hasta podría especularse que ese tipo de música, creada exclusivamente para vender, no existiría sin esas emociones hechas canción.
Sin embargo, la novedad de este caso radica en que el tema se compuso, produjo y distribuyó casi en simultáneo con el desarrollo de los acontecimientos y las polémicas noticias del divorcio de Shakira de Piqué, a esta altura, suponemos, golpeado por la andanada de beef (término utilizado como sinónimo de cachetazo) que le propinó el “comunicado canción”.
Apenas salió la declaración de Shakira, las redes sociales explotaron con análisis de todo tipo acerca de la conveniencia, la calidad, la ocurrencia y la veracidad de las analogías que sostiene la letra. El despecho, el enojo, cierto aire de resentimiento y la exhibición algo exagerada de fortaleza tras la frustración atraviesan todo el comunicado de Shakira. La tristeza y la melancolía, sensaciones que suelen deslizarse usualmente en la poesía de rupturas conflictivas, en cambio, quedaron afuera de la misiva. El recorte es casi una declaración judicial contra su ex que, como todos saben a esta altura, rompió su matrimonio cuando inició una relación con otra mujer (mucho más joven, cabe añadir).
Nadie sabe si el statment de Shakira estuvo coordinado de alguna manera con Piqué (no sería descabellado pensarlo, dado los niveles de facturación que obtendrá) o si la cantante utilizó la declaración musical para dar a conocer sus emociones más crudas y nada más. No es la primera vez que Shakira compone canciones alrededor de sus rupturas y, vale recordar, nunca lo hizo de una manera liviana. Este año incluso había publicado dos temas focalizados en la crisis que derivó en el divorcio de Piqué, aunque mantuvo un tono más reflexivo sobre la monotonía del matrimonio y cosas por el estilo.
A todo esto, el fenómeno local de BZRP pasó un poco inadvertido, pero tiene un papel fundamental en todo este asunto. Sus Sessions ya son memorables y montó un canal de difusión internacional majestuoso. Este año hubo un ligero golpe de efecto en ese formato al prestarse para este tipo de comunicados personalizados: en marzo el rapero Residente arrojó un manojo de granadas verbales contra su colega J Balvin a quien tenía atragantado hace tiempo. Ahora Shakira utilizó sus servicios musicales para una melodía que, hay que decirlo, tiene algunas “influencias” armónicas que deberán resolverse con la cantante Briella.
Shakira y Piqué tienen dos hijos menores. Desde el punto de vista de la audiencia, surgieron abundantes comentarios sobre la conveniencia del tono de ira de esta nueva canción con dos chicos en medio de una guerra entre sus padres. Juzgar una canción desde la perspectiva moralista tampoco resulta nada nuevo en el amplio universo del pop. Salvo que en esta ocasión la declaración de Shakira carece siquiera de una mención mínima y consoladora sobre sus hijos, eso llama la atención. Tampoco podría sentenciársela tan duramente, hay que aclarar, cuando algo tan humano como la bronca domina las emociones. Otra vez entra en juego la oportunidad y el momento en que Shakira decide lanzar la canción, antes que las prevenciones sociales. El impacto que tuvo la canción en parte se debe al tiempo real en que suceden los hechos: la actualidad del escándalo potencia el morbo y la atención.
Es cierto que no habla de sus hijos, pero en cambio le dedica palabras a su suegra, los relojes, los autos y una deuda con “hacienda”, la AFIP de acá. “Me dejaste de vecina a la suegra/ Con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda”, dice una estrofa de la letra de Shakira que podría había pertenecido al tango “Chorra” de Enrique Santos Discépolo escrito y cantado allá por 1928. O sea, esta nota al pie sirve como muestra de la antigua y genial tradición de despechados que enriquecieron la música popular. Shakira y BZRP solo modificaron los espacios temporales para hacer una especie de crónica del corazón.