Shakira: el “factor marido” y un divorcio convertido en reality de canciones que relanzaron la carrera de la diva colombiana
Nadie podría adivinar el sexo de la bestia digital que aparecía en el súper tecnológico escenario escenario TSX de Times Square, pero las 40.000 personas que decidieron seguir el espectáculo allí mismo, de manera presencial, sabían que no se trataba de un lobo sino de una loba y que este animal estaba relacionado directamente con Shakira. El telón virtual se corrió y apareció la diva colombiana con una de las canciones de su último disco. Ocurrió esta semana, mientras estaba en Nueva York promocionando su flamante álbum Las mujeres ya no lloran, producción que, en lo que va del año, es la más requerida en plataformas digitales (el álbum ya tiene más de 10 millones de reproducciones).
Bajó desde las alturas en una pequeña plataforma. Hizo su habitual despliegue corporal, que combina las danzas árabes aprendidas en la infancia con movimientos actualizados del break dance y que guían cada paso de baile que lleva a los escenarios, para ella y para sus bailarines. Porque, sin duda, no son especialistas en el arte coreográfico los que le llevan un plan de trabajo en base a novedades e innovaciones de estos tiempos sino un diseño que siempre surge de las posibilidades expresivas de la propia Shakira. Por eso le sale tan bien. Por eso sigue, a los 47, marcado diferencias, a pesar que de que se rige sin pretenciones de originalidad, por los parámetros de la música latina.
Habrá un antes y un después de este disco y de cada uno de los shows que sirvan de presentación en vivo del álbum. Pronto anunciará, al menos, un primer tramo de su gira internacional de conciertos. E l cimbronazo que sintió en su vida, puertas adentro de su casa, que terminó con el divorcio de Gerard Piqué, el padre de sus hijos, no solo implicó una mudanza, las cuestiones legales y la amplificación del suceso (por tratarse de dos personas muy famosas), también terminó representado en un relanzamiento de su carrera . Porque si bien Sharika mantuvo un alto nivel de exposición, todas las canciones que desde mediados de 2022 comenzó a lanzar fueron, en mayor o menor medida, un correlato de su vida personal y una manera de poner en canción distintos momentos de ese proceso. El hecho de que generase tanta expectativa el lanzamiento de su nuevo disco (a pesar de que la mayoría de las canciones ya se habían estrenado) es la confirmación de que la tendencia se acentúa. Y, en algún punto, fuera de los cánones visuales, es una especie de reality sonoro.
Las mujeres ya no lloran es un álbum que se explica a sí mismo. Shakira hizo foco en un empoderamiento recargado, a partir de aquella frase que salió del tema que grabó con Bizarrap (”Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”) y con esa misma literalidad se dedicó a hacer un trabajo muy concreto. Tanto el de no llorar como el de facturar. Durante su reciente promoción en el show de Jimmy Fallon aseguró: “Hoy las mujeres deciden cuándo llorar, cómo llorar y hasta cuándo”. Y también bromeó con la idea de que hoy son los hombres los que lloran. No dice nada nuevo, lo dice de manera sencilla y de manera masiva. Esa es la clave. Y así es como hoy las cosas, evidentemente, funcionan. “El factor marido” (así lo definió en el programa televisivo) fue el que hasta el día de hoy sigue dándole mucho rédito. Cuando Fallon le preguntó sobre los siete años que habían pasado desde su último álbum, ella dijo que si bien venía lanzando muchas canciones no había tenido el tiempo de ponerlas en un disco. “Sí, ‘el marido’ me tiraba para abajo (dragging me down)”, aseguró. Y también recordó que la vuelta de página en su vida estaba contada en temas como “Acróstico”, junto con sus hijos. Las mujeres... es un álbum que, en ese sentido, le salió redondo, y con el que pudo hacer catarsis.
Que Shakira pusiera en palabras estas situaciones (en canciones, junto con otras personas que también firmas sus temas) no es una novedad. Cantó en tiempos en los que estaba enamorada y sus relaciones funcionaban; cantó cuando los buenos tiempos eran cosa del pasado. Hay temas como “Si te vas”, que publicó hace 25 años en su disco ¿Dónde están los ladrones? “Si te vas, si te vas y me cambias por esa bruja/ pedazo de cuero, no vuelvas nunca más /que no estaré aquí”. Antes también podía ser muy explícita, pero ahora dio una vuelta de tuerca.
Las mujeres ya no lloran tiene 16 temas y todos los condimentos necesarios para que su carrera volviera a dar un salto. Si bien por su eclecticismo el álbum no mantiene una unidad de principio a fin, trae consigo lo que Shakira necesitó para este momento. Revitalizar su sonido (definitivamente es un álbum que suena mejor que los anteriores). Muestra, por episodios, los distintos momentos de su reality sonoro. Plasma colaboraciones con artistas exitosos (porque hoy difícilmente le puedan decir que no a Shakira) Cardi B, Bizarrap, Rauw Alejandro, Carol G, Manuel Turizo, Fuerza Regida, Grupo Frontera, y el DJ Tiësto. Y suma algunas canciones para tratar de justificar que el lanzamiento es, de algún modo, una novedad.
Siete años de silencio discográfico valieron la pena para que Shakira hiciera una actualización de su sonido y, además, de la gramática de sus canciones. Porque en este caso se alinea con el pop urbano, y lo marida con el tecno pop en algunos casos de ritmos latinos. Si su voz es su sello de fábrica, accede a los formatos propuestos por otros artistas. Si bien es cierto que las formas de escribir canciones de estilo urbano fueron absolutamente adoptadas a su manera de expresarse, también absorbe las influencias de sus colaboradores. El estilo norteño mexicano es un matiz que pone el Grupo Frontera, en “(Entre paréntesis)”; lo mismo sucede con “El jefe”, junto con Fuerza Regida (aunque, en este caso, sea difícil justificar el exabrupto en un disco muy de corazones destrozados).
La electrónica de boliche de la década del 90, cerca de los 130 beats por minuto, es la que le aporta Bizarrap, en la segunda colaboración que el astro de Ramos Mejía hizo con la diva de Barranquilla. “La fuerte” se llama y aparece en el segundo track. Más adelante, en este disco habrá otros dos tracks con la música del Biza. El famoso “BZRP Music Sessions, Vol. 53″, y en el final, el mismo tema pero en versión remix que hizo el famoso DJ Tiësto.
Quizás porque casi la mitad de los tracks son ocupados por temas ya estrenados y que sonaron mucho, las verdaderas novedades son las piezas por las que vale realmente detenerse. En el conjunto, más allá de cierta redundancia en el tratamiento de la temática romántica y cierto hartazgo por eso singles que no pararon de sonar desde hace más de un año, se podría decir que Las mujeres ya no lloran es el mejor álbum de Shakira en muchos años. Y que tiene algunas perlitas musicales. Las señas particulares estás en temas del tipo de hechura de “Cómo, dónde y cuándo”, que es un flashback muy evidente hacia toda su historia musical, más allá de algunas curiosidades, como esas capas sonoras que aparecen y desaparecen (un fugaz breakbeat o una distorsión pop punk, de principios de este siglo).