Siete alimentos que parecían imposibles y que se han hecho realidad

Nada es imposible. Cree en lo que haces. Si lo sueñas, se hará realidad… Parecen frases tópicas de autoayuda pero lo cierto es que se pueden aplicar perfectamente a la gastronomía. Hay alimentos que hoy en día ya están entre nosotros y que, hasta hace unos pocos años, podían parecer de ciencia-ficción. Hemos seleccionado siete productos ‘imposibles’ y que, sin embargo, ya están entre nosotros. Ahora toca probarlos.

Ginebra sin alcohol. ¿Tiene sentido tomar un gin tonic en el que no haya ni pizca de alcohol? Pues parece que sí. Se trata de una bebida que tiene los mismos ingredientes que la ginebra normal -con todos sus botánicos- pero que no ha pasado por ningún proceso de destilación ni de fermentación. Cero alcohol para tomarse un ‘virgin tonic’ sin remordimiento alguno.

‘Impossible burger’. Durante años y años,m las hamburguesas vegetarianas se estrellaron por su incapacidad de parecerse a sus homólogas cárnicas. En la experiencia gustativa se perdía la sensación de morder una hamburguesa jugosa… Eso fue hasta que llegó la ‘impossible burger’, creada en un laboratorio y que, sin contener carne, proporcionaba una experiencia casi equivalente. Si es que hasta emulaba esa carne poco hecha que ‘sangra’ un poquito.

Helado caliente. Tuvo que ser uno de los mejores pasteleros del mundo, Jordi Roca, el que, en 2015, consiguiera hacer realidad una de las mayores contradicciones de la historia de la cocina: un helado caliente. Para ello , tuvo que recurrir a maquinaria especial con el objetivo de lograr un brioche calentito que, en su interior, albergaba un helado frío que, sorprendentemente, no se derretía. Prácticamente magia.

Pasta sin calorías. Otra vez la cuadratura del círculo. Si por algo abandona mucha gente que está a dieta la pasta es por su elevada carga calórica. He aquí que llegaron los espaguetis elaborados a partir de pasta de konjac, un tubérculo asiático que es casi fibra en el cien por cien de su composición. El resultado es una pasta sin apenas calorías que, aunque no se puede comparar a la de trigo, es muy resultona.

Embutidos del mar. Ángel León, el chef tres estrellas Michelin de Aponiente, restaurante situado en El Puerto de Santa María (Cádiz) es, además de muchas otras cosas, un gran innovador de los fogones. Como muestra, sus embutidos ¡marinos! en los que emplea pimentón y pescados como el mújol o el albur por su grasa para crear sobradadas o lomo que parecen casi de Guijuelo.

Plancton. Otro hito de León es el de haber sido capaz de conseguir que estos microorganismos pasaran a formar parte de nuestra dieta. “Es casi como comerse el mar”, explica el cocinero sobre su descubrimiento, que es el primer producto español que ha logrado de la Unión Europea su reconocimiento como nuevo alimento. Un poco de plancton aporta un potentísimo sabor a mar a guisos, arroces o cualquier otra preparación.

Pan de grillos. Desde el pasado 1 de enero es legal vender insectos para su consumo en la Unión Europea. Esto ha llevado a las primeras apariciones de alimentos con grillos, gusanos o saltamontes en su interior. Lo más habitual, por el momento, es encontrarlos formando parte de harinas en preparaciones de panes o barritas. Para llegar al nivel de los mercados callejeros asiáticos, en los que se ofrecen brochetas de escarabajos o escorpiones aún falta un buen trecho.