Silvia Pinal y Pedro Infante, una pareja que dijo mucho y se valora poco en 'El inocente'

Pedro Infante y Silvia Pinal en 'El inocente' (Foto: Captura de YouTube)
Pedro Infante y Silvia Pinal en 'El inocente' (Foto: Captura de YouTube)

De las películas que protagonizaron Silvia Pinal y Pedro Infante hay una en particular, El inocente (de Rogelio A. Gonzalez, 1956), de la que no se habla lo suficiente pese a que la transmiten por TV abierta en la época navideña desde hace cuatro décadas.

A través de sus canales 2 y 9, Televisa suele repetir año tras año este título como parte de su programación cinematográfica navideña. De alguna u otra manera, la cadena contribuye así a que no quede en el olvido y, por el contrario, se pueda revisar desde el contexto actual.

La historia del mecánico buena onda llamado Cutberto (Pedro Infante) que auxilia a Mané (Silvia Pinal), la chica millonaria que sufre en la carretera porque se le descompuso el carro en horas de la Nochevieja, puede ser apreciada desde los detalles que intentan abogar por un cambio sociocultural del pensamiento mexicano en ese entonces.

Para empezar podemos observar y escuchar a Mané. Es una veinteañera de posición acomodada que no comulga con los pensamientos conservadores de la generación anterior identificada en sus padres, dos adultos mayores que ponderan la moral en función del “qué dirán” los demás. Mané expresa que no quiere ser una “de esas mujeres maternales que se dejan engordar a los 30” y a las que “les estorban los tacones y que los maridos besan en la frente”.

No es asunto menor que haya sido interpretada por Silvia Pinal. En este periodo la actriz se inclinó por tramas y papeles que, en mayor o menor medida, se posicionaran contra "las buenas costumbres" y mentalidades arraigadas en el pasado. En Desnúdate, Lucrecia (Tulio Demicheli, 1958) es la mujer que se enamora del prometido de su mejor amiga y escapa con él. En Una golfa (Tulio Demicheli, 1958) da vida a una prostituta que es despedida del cabaret donde trabaja.

En El inocente -gracias a esos diálogos contra la idea de que las mujeres debían casarse antes de cumplir 30 para convertirse en amas de casa- arroja guiños del perfil de rebeldía que le atrajo de algunos personajes y que tuvo como momento cumbre a Viridiana (Luis Buñuel, 1961), película censurada y perseguida por el franquismo y El Vaticano.

Por otra parte, Pedro Infante se salió del estereotipo de hombre ranchero y melodramático para introducirse en una comedia romántica de toque urbano. El famoso acento chilango de barrio lo hace muy notorio, y justo ello nos habla de cómo se percibía al habitante de la Ciudad de México (antes Distrito Federal).

También es de resaltar que el mecánico que interpreta no solamente trabaja en un taller sino que además estudia ingeniería. Cutberto fusiona la práctica de su oficio con estudios y prácticamente no descansa, porque labora por el día y acude a la escuela por las noches. Su personaje nos dice que se quería erradicar la concepción de que los ciudadanos de bajos recursos no estudian ni se preparan a nivel profesional.

Es probable que en los 50’s no se hayan apreciado esos valores que arroja la película. Sin embargo, sí fueron relevantes en la década posterior cuando se hizo un remake con el nombre de Romeo contra Julieta (Julián Soler, 1968) con Angélica María y Alberto Vázquez como protagonistas. La nueva versión fue una copia calca de la original con la diferencia de que había mayor apertura del público sobre el rechazo a posturas conservadoras de antaño con relación al rol de la mujer en el amor y la sociedad, y sobre la diferencia de clases.

Ver a Pedro Infante disfrutando y saliendo avante en una comedia romántica y a Silvia Pinal dándonos avisos de la relevancia cinematográfica que iba a cobrar tiempo después, nos lleva a concebir a El inocente como una película que va más allá de ser una tradicional obra con temática de fin de año.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Mil Máscaras, el camino de la leyenda en la lucha libre