Silvina Moreno: se perfeccionó en Estados Unidos, se codeó con Paul Simon y John Mayer y sus nuevas canciones hablan de diversidad
Porteña de nacimiento, la cantautora Silvina Moreno se crió en Beccar, San Isidro, en el seno de una familia numerosa, rodeada de cuatro hermanos y la música a todo volumen que llegaba desde distintos rincones de la casa. Del cuarto de su mamá, autora de varios libros de poesía, sonaba fuerte Pink Floyd, pero también todo un mix de música africana, rock, folclore, música para películas, ópera, Juan Luis Guerra y hasta algo de new age. Su padre, por su parte, tocaba la guitarra, instrumento con el sigue despuntando el vicio hasta hoy junto a su propia banda de rock.
Uno de los mayores desafíos de aquella primera infancia fue, justamente, el divorcio de sus padres, cuando apenas tenía 7 años. Aquella experiencia la impulsó a buscar el arte como refugio, a inventar un mundo propio a su alrededor, donde se la pasaba cantando y actuando el día entero. “El colegio, mis amigas y mi familia me impulsaron a animarme a cantar más y, eventualmente, a dedicarme a la música, a pesar del vértigo que podía generarme elegir una carrera así. No era una ‘nerd’, pero sí me enorgullecía no haberme llevado nunca ninguna materia a diciembre”, recuerda Silvina aquellos años de estudiante en un colegio religioso, rodeada sólo de chicas, donde comenzó a participar en los actos escolares mientras aprendía a tocar la guitarra y a entonar canciones de misa, sin imaginar que ese gusto por la música se transformaría en una marca indeleble en su vida.
Así las cosas, hoy convertida en una de las voces más interesantes de la escena local, este jueves estará presentando “Selva” en el teatro Broadway. Se trata de su quinto álbum, producido por Eduardo Cabra (Visitante, de Calle 13) y Raúl Sotomayor. Un espectáculo que invita a bailar y descubrir el nuevo espectro compositivo y estético de sus canciones, al interior mismo de la selva.
“Selva es un disco de muchísimos colores, una nueva búsqueda, tanto en lo sonoro como en lo estético. Me agarra entrando en mis treinta, aprendiendo a entender los matices del día a día, dejando atrás cierta ingenuidad y haciéndome cargo de mi lugar como mujer adulta. El nombre Silvina procede etimológicamente de persona que viven en la selva, y la selva para mí representa diversidad, ritmo, colores, misterios, luces y sombras. Siento que de esta manera pude explorar mis sombras, mis oscuridades, en las letras como en la música. Pero es sólo un comienzo. Es un disco que invita al baile, a llevar el ritmo al cuerpo, a estar presente, a honrar el ahora, sin cuestionar tanto”, reflexiona la artista.
Cantante y compositora, su música ha evolucionado naturalmente con el transcurso de su carrera y las vivencias que ha cosechado en ese recorrido. Formada en el Berklee College of Music, en Boston, su primer álbum, Mañana (2012), lo compuso en aquellos años en que vivió alejada de Buenos Aires, instalada en Estados Unidos y sus letras estaban mayormente inspiradas en ese desarraigo. Real, su segundo disco, puso de manifiesto los deseos y sueños que asomaron al volver a vivir en Argentina. Luego llegó el tiempo de Sofá, su tercer álbum editado por Sony Music, en 2017, donde la búsqueda empezó a profundizar más tanto en lo sonoro como en las letras, como un paso firme para pararse sobre sus propios pies. En Herminia (2019), su mirada retornó a la familia y a sus orígenes, para finalmente desembarcar en este quinto álbum, Selva (2023), donde deja aflorar sus sombras y su vulnerabilidad, a la vez que explora nuevos ritmos y texturas que enriquecen sus composiciones con una clara influencia de la música latinoamericana.
“Como sabía que iba a trabajar con Eduardo Cabra (Calle 13) desde Puerto Rico y Raúl Sotomayor desde México, pude llevar mi puño y letra a ritmos que no sólo escuchamos en Argentina, sino en Latinoamérica en general: cumbia, bachata, soca y funk carioca, mezclado con ritmos más tradicionales de la música popular. Me divertí mucho probando mis canciones en estos ritmos, pero siempre con respeto, sin buscar apropiármelos, sino más bien utilizándolos como influencias y de manera sugestiva en la producción”, sigue la cantante, hoy más alejada de aquella que creció cantando temas de Disney en su adolescencia y se divertía copiando el estilo de cantantes como Mariah Carey, Whitney Houston y Christina Aguilera.
Consultada sobre el proceso compositivo, cuenta que para Selva compuso alrededor de cien canciones, de las cuales terminó eligiendo las diez finales que fueron al disco. “Componer siempre es un proceso de prueba y error, donde la paciencia es la protagonista y la frustración una co pilota. Es un proceso largo y de muchas horas de silla, como en general creo que son los procesos creativos”, señala la artista, autora de la mayoría de las canciones que integran el disco, además de otras escritas junto a otras músicas, todas mujeres, como “Pronto” que escribió con Julieta Venegas; “Celebro”, junto a la cantautora costarricense Debi Nova; la propia “Selva”, compuesta junto a la guitarrista y productora argentina Lucy Patané y “Tierra”, que escribió con su mamá poetiza. En todo caso, se destaca la fuerte presencia femenina en un álbum que cuenta también con la colaboración de la mexicana Ximena Sariñana en el single “Pedestal”. Todas las piezas visuales del disco fueron grabadas en Río de Janeiro, junto a un equipo de video dirigido por otra mujer: Belén Asad.
Si bien Moreno comenzó a estudiar canto desde pequeña y continuó trabajando su voz durante toda la vida, asegura que lo que más la marcó en su formación artística fue irse a vivir a Estados Unidos para hacer la carrera en el Berklee College of Music, en Boston. “Fueron cinco años que me cambiaron la vida, de conocer gente espectacular, talentos de todos los países del mundo, haciendo música las veinticuatro horas del día, hablando y hasta soñando en inglés, donde recibíamos visitas como la de Jorge Drexler, Bobby McFerrin, Paul Simon o John Mayer, entre tantos. Fueron años tan felices que hasta me generan una tremenda nostalgia”, recuerda Silvina, que en octubre del último año incluso tuvo la oportunidad de volver a Berklee a dar su propia charla a estudiantes sobre cómo construyó su carrera como artista, en el día a día.
Así las cosas, Moreno encara la recta final antes de la presentación de este nuevo álbum, un show que promete abordar un amplio repertorio, con las nuevas canciones y todos los temas que generaron una conexión íntima con el público a lo largo de su carrera. Una noche muy esperada para disfrutar de una artista que no le teme al riesgo y promete adentrarse al corazón mismo de la selva, donde el clamor de la naturaleza se siente en su estado más puro.
“Me emociona mucho poder llevar Selva a la calle Corrientes, es un desafío tremendo para mí. Tengo la suerte de invitar al público a venir al emblemático teatro Broadway, en la sala donde cantó el mismísimo Carlos Gardel en los años 30. Me emociona muchísimo y para ellos estamos preparando un show único con invitados muy especiales. Mi mayor expectativa es estar lo más presente posible, poder sacar una foto mental del regalo que la vida me da; de poder cantar, así no me olvido de nada. Quiero estar al cien por ciento ahí, con todo un tremendo equipo y un público muy generoso, viviéndolo al máximo”.
Para agendar
Silvina Moreno presenta su álbum “Selva”. Este jueves 14, a las 21, en el teatro Broadway, Corrientes 1155. Entradas desde 2240 pesos, a la venta por Ticketek.