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El sinsentido de adelgazar con la medicación de un diabético

Las que ya que se conocen como

Muchas personas buscan adelgazar de una forma fácil y rápida recurriendo a métodos poco ortodoxos que si bien consiguen la ansiada pérdida de peso, también generan problemas de salud adicionales. No solo las redes sociales son un altavoz de este tipo de prácticas arriesgadas sino que hay veces, como el caso que te cuento hoy, que están 'recomendadas' por especialistas.

Esto es lo que está pasado con un medicamento llamado Ozempic, cuyo compuesto principal es la semaglutida y que está destinado a tratar la diabetes. Como otro de sus 'efectos' es que regula el apetito, algunos endocrinos lo están prescribiendo a sus pacientes para adelgazar. Algo que también hacen algunas clínicas de estética que pautan este fármaco (y otros del grupo GLP-1) para sus clientes de programas de adelgazamiento y agotan las existencias de las farmacias.

Ante el riesgo de desabastecimiento por un aumento en la demanda, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha dado la voz de alarma por el uso inadecuado de este fármaco creado específicamente para el tratamiento de la diabetes. Y aunque no es un problema menor, hay otros riesgos derivados de esta práctica.

Con este fármaco se reduce la glucosa en sangre y se estimula la secreción de insulina. Se administra mediante una inyección semanal en el estómago, el brazo o el muslo y suprime de forma inmediata el apetito del paciente, lo que permite que el pierda peso de una manera sencilla y rápida. Su precio es de 900 dólares (unos 923 euros) por dosis.

Pero la agencia explica que el fármaco reduce el peso y la masa corporal “mediante la reducción de ingesta calórica”, lo que implica “una reducción general” del apetito.

"Las redes llevan meses inundándose de vídeos, sobre todo provenientes de Estados Unidos, donde se publican fotos del antes y el después del uso de semaglutida, grupos de Facebook donde se dan consejos sobre cómo poner las inyecciones, etc", cuenta a Elle el farmacéutico Eduardo Senante. Pero el punto de inflexión que hizo que todo esto estallase se produjo cuando saltó el rumor de que Kim Kardashian lo usó para encajar en el famoso vestido de Marilyn Monroe para la MET Gala de 2022, para el que, supuestamente, perdió 8 kilos en 3 semanas.

Es cierto que el Ozempic ofrece un beneficio extra en los casos en los que, por cuestiones relacionadas con su enfermedad, las personas diabéticas no pueden adelgazar. Pero hay que señalar que en estos casos, ese efecto supresor del hambre lleva un control estricto de sus médicos.

Numerosos estudios han certificado que los receptores GLP-1 son herramientas de pérdida de peso altamente efectivas. “Funcionan muy bien para tratar la diabetes y son una gran herramienta cuando se utilizan correctamente, es decir, si van acompañados de un seguimiento y de un cambio de hábitos de vida”, explica Antonio Más, médico especialista en Endocrinología y Nutrición, en declaraciones a La Razón. “Inyectarse esta hormona es una manera de decirle a tu cuerpo: ya no hace falta comer más. Sin embargo, los pacientes ahora los piden (e incluso los exigen) para usarlos como una dieta milagro, y esto es un desperdicio de dinero, tiempo y salud”, añade.

Es decir que aunque dicho fármaco, eventualmente, provoque una pérdida de apetito, por lo que es probable que ayude a adelgazar, no está preparado para eso, y hay muchos efectos secundarios nocivos.

Quienes lo han probado afirman perder peso de una forma más rápida, pero nadie les asegura que no esté exento de una serie de efectos adversos para quienes no son diabéticos. Y esto es algo que convendría tener en cuenta si se toma sin un control profesional.

Por ejemplo, náuseas, falta de tolerancia a algunos alimentos e incluso problemas relacionados con la vesícula biliar, como la pancreatitis o la retinopatía diabética. Por no hablar de los efectos rebotes a largo plazo de ese plan milagroso para adelgazar.

Y es que al utilizarse como un producto “milagro” no se tienen en cuenta los posibles cambios de hábitos por parte de los pacientes: “¿Aprenderá el paciente a controlar su ansiedad? ¿Hará ejercicio? Lo que vendrá después será un efecto rebote”, apunta Mas.

Por su parte, la doctora Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica a Maldita.es que “si esto no se acompaña de la atención de un dietista o un endocrino estas personas podrían perder peso y acabar recuperándolo. Y al final acabamos banalizando el fármaco y complicando su suministro. Para la obesidad hay otros fármacos como Saxenda que son para los pacientes con sobrepeso. Hay que ordenarlo un poco todo”.

Por otro lado, es importante señalar que incluso considerando raros estos efectos secundarios, el hecho de que estos fármacos se hayan incorporado hace relativamente poco (menos de 10 años) al arsenal terapéutico para el tratamiento de la diabetes, hace que los expertos desconozcan cuáles podrían ser sus efectos a largo plazo.

“Esta claro que cuando un fármaco no está indicado para algo es porque aun no ha mostrado que el beneficio supere al riesgo”, concluye el endocrino.

La AEMPS solo lo indica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, como todos los medicamentos, se puede solicitar su uso compasivo, pero solo para personas con un IMC mínimo de 30, que ya hayan hecho intentos de cambiar su dieta y sus hábitos de vida sin éxito o para aquellas con un sobrepeso grado 2 y que tengan complicaciones asociadas a la obesidad como hipertensión, apnea del sueño o colesterol alto, entre otras.

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