Sol Pérez y Guido Mazzoni: su historia de amor, la crisis que superaron y cómo llegan hoy al registro civil
Al fin se cumple el sueño que Sol Pérez sueña desde chiquita, que acaricia secretamente desde hace algunos años y que por fin fue tomando forma el año pasado, cuando su novio Guido Mazzoni le hizo el pedido formal de matrimonio en un barco en el Mar Mediterráneo, frente a la Isla de Capri, y de rodillas, le regaló el anillo de compromiso. Todo muy romántico, tal y como Pérez lo esperaba desde hacía mucho tiempo. Ya en ese momento, Sol planeaba amorosamente la boda y todo se está cumpliendo según sus deseos. Primero, Sol y Guido se casaron el pasado 28 de octubre en una ceremonia muy íntima, donde solamente los familiares fueron testigos de la bendición religiosa. Hoy, 15 de noviembre, se casan por Civil y la gran fiesta será el sábado 25 de noviembre y entonces sí piensan tirar la casa por la ventana junto a 400 invitados.
La historia de amor de Sol Pérez y Guido Mazzoni comenzó a mediados de 2019. Mazzoni es dueño de la cadena de gimnasios Bigg y en la sede de Palermo entrenaba ella. “Él me escribía por Instagram desde 2016, y me invitaba a que fuera a entrenar a su gimnasio y como nunca le contestaba, me ‘chamuyaba’. Con el tiempo empezó a hacer chistes y ahí sí le contesté porque no estaba muy conforme con el entrenamiento que estaba haciendo en ese momento y acepté su invitación de ir a entrenar a su gimnasio para probar y ver qué onda”, le contó Pérez a LA NACION durante una entrevista. También dijo que hubo una celestina, la periodista Sandra Borghi: “Sandra fue como un Cupido entre Guido y yo. Mucho de mi relación con mi novio se la debo a ella porque empezó a entrenar en el gimnasio y yo le decía que él me encantaba, y ella iba y me averiguaba qué onda y me decía que Guido me iba a invitar a salir. ¡Una genia!”.
Pero Cupido no los flechó rápido y al principio no todo fue fácil: “Yo iba a entrenar con todas las ganas porque él me encantaba, pero no me daba bola”, confesó Sol en el programa Flor de equipo. “Me insistió mucho para que fuera a entrenar a los gimnasios que tiene con sus hermanos, pero nunca quise porque siempre entrené sola, hasta que un día fui y me re copó el entrenamiento. Guido nunca se me tiró, aunque me gustaba y nos llevábamos muy bien. Hasta que un día me mandó un mensajito a las tres de la mañana y rompió la barrera profesor-alumna. Yo estaba en un lugar de la costanera comiendo, muy tarde, en un boliche y le mandé una foto con un amigo. Me parece que eso lo puso un poquito celoso. Fueron dos meses de un entrenamiento personal diario en el que inevitablemente compartíamos mucho tiempo juntos, y nos empezamos a conocer bien. Después de la primera cita, las cosas fluyeron. Estamos juntos casi desde el día del primer chape y a los dos meses empezamos a convivir”.
Por ese entonces, la panelista y conductora publicó una foto en sus redes con una frase contundente: “Recién nos conocíamos y ya sabía que eras el amor de mi vida”. Y contaba en las entrevistas: “Guido fue mi puntapié para empezar a hacer terapia porque quería una relación en serio, llevarme bien. Disfrutamos mucho de la pareja y tenemos ganas de ser padres algún día. Si puedo planear, prefiero casarme, disfrutar de la boda, de la luna de miel y todo. Después buscar el bebé. Si viene, viene, pero no es la idea. Guido dijo que nos vamos a casar en 2023, así que ya tiene que proponérmelo porque necesito tiempo para preparar el casamiento. Yo igual sin propuesta no me caso. No me importa cómo, pero que me llegue, sino no puedo empezar. Que sea como quiera, yo me quiero casar, quiero iglesia, civil y fiesta”. Y los sueños se le están cumpliendo.
Crisis superada y planes de maternidad
El primer verano que pasaron juntos tuvieron una fuerte crisis , tanto que él volvió a Buenos Aires y dejó a Pérez en Mar del Plata, donde estaba haciendo temporada. “El quiebre fue cuando nos peleamos en la temporada de verano en Mar del Plata, en el 2020, cuando recién empezábamos a salir y alquilamos un departamento para irnos a vivir juntos. Fue todo muy rápido, por suerte salió bien, pero podía pasar de separarnos al toque. Nos habíamos puesto de novios en octubre y en diciembre fuimos a vivir juntos, una locura“, contó Pérez a LA NACION.
Luego de la reconciliación fue la cuarentena por la pandemia y resultó una prueba de fuego para la pareja: “La convivencia nos unió y juntos afrontamos el desafío de no ver a nuestros padres por precaución. Al pasar tanto tiempo juntos, nos conocimos bien y cada uno descubrió en el otro su verdadera identidad. Porque cuando te mostrás de una manera que no sos, en la convivencia se nota y eso no fue nuestro caso. Tenemos una relación sana, no nos invadimos, no nos hacemos escenas de celos, no tenemos conflictos. Y no discutimos. Si hay alguna mala contestación, se arregla en el momento”.
Y también contó en Flor de equipo qué le atrae de Mazzoni: “Es divertido, gracioso. Es una persona que es igual a mí en todo. Nos llevamos muy bien en todos los sentidos, nos complementamos re bien. Lo amo, me casaría y tendría hijos con él. Tuve noviazgos que estuvieron bien para el momento, pero no sentía que quería dar todo de mí o involucrarme con su familia, pero con Guido me pasa todo lo contrario. En la intimidad a Guido le digo ‘mi marido’, y no lo digo en televisión porque va a pensar que soy una loca que quiere marcar territorio (risas)”.
Un deseo que comparte la pareja es el de ser padres. Y ella lo dejó en claro en cada entrevista en la que salió el tema: “Yo le dije que me gustaría tener cinco hijos, pero él me dice que quiere dos. Es algo que pensamos y de lo que hablamos porque sabemos que si la relación sigue así, es un paso que vamos a terminar dando. Pasa que yo siento que todavía soy chica, quiero vivir otras cosas que con una criatura se complica porque la vida te cambia, para bien obviamente, pero te cambia”.