Soledad Pastorutti planea dejar el cirtuito de festivales de verano: ¿qué motivó la decisión?
A finales del año pasado, Soledad Pastorutti recordó en el programa La divina noche del Dante sus primeros pasos como cantante. Inevitablemente, reparó en su debut en el Festival de Cosquín cuando tenía apenas 14 años. Aquello fue el primer mojón de quien se terminó convirtiendo en una figura central del circuito de festivales que ocupan cada verano. Al poco tiempo de aquel debut en el emblemático escenario de Cosquín, La Sole grabó su primer disco. No lo hizo en un estudio. La llevaron de Arequito a Buenos Aires y aquella primera placa fue grabada, en apenas 8 horas, en un baño con el micrófono al lado del inodoro y con el diminuto lugar cubierto por frazadas para mejorar su acústica.
En aquel mano a mano con Dante Gebel, el conductor del programa de eltrece, recordó con la admiración de siempre a su padre como a su madre. A pocos días del festejo de Navidad, la cantante expresó su dolor en las redes sociales por la muerte de su abuela. Valeria Zacchino. La artista compartió un conmovedor posteo en Instagram para decirle adiós con fotos y videos que emocionaron a sus seguidores. “Qué injusta se me hace esta despedida”, escribió. “En cada palabra derramo una lágrima…”, fue lo primero que escribió. “Vale de mi vida, no puedo creer que ya no te tengo, qué rápido pasa todo, que injusta se me hace esta despedida…”, continuó.
El paso del tiempo volvió a ser a ser el eje de un reportaje reciente que dio a Cadena 3. El viernes, Pastorutti se presentó en el Festival Embalse, en el corazón del Valle de Calamuchita, Córdoba. Cerró su presentación con el tema “Todo cambia”, aquella canción que hizo famosa Mercedes Sosa, la cantante que ocupa un lugar central como referencia en la trayectoria de La Sole.
“Me llevo muy bien con el cambio porque creo que uno tiene que hacer una lectura de quién es y de los ciclos”, expresó. Tras ello, confesó que no desea continuar en el escenario cuando no sienta el mismo amor por su arte. “Hay gente que dice que se va a morir cantando; yo me voy a morir cantando en mi casa, no en un escenario”, se sinceró. “Me gustaría siempre hacerlo contenta con mi arte, contenta con el ida y vuelta con mi público. Me gustaría siempre hacerlo con ganas. No venir y decir que siempre es lo mismo, y este show que hicimos hoy tiene un poco de eso”, apuntó con la sinceridad que la caracteriza. “Alguien que te contrata está esperando de vos algo muy groso y yo respeto mucho esa parte”, explicó.
La jornada inaugural del festival contó con la presentación de La Banda de Carlitos y Euge Quevedo, Orellana Lucca y el Dúo Coplanacu, entre otros. Fue ella, Soledad Pastorutti, su figura central ante unas 7.000 personas. “Colombraro se hizo una fiesta acá”, bromeó La Sole apenas tuvo la primera imagen del público que, respetando la consigna, acudió al festival con sus propias banquetas, sillas o reposeras mientras el locro y las empanadas se vendían en diversos puestos del festival.
Durante el show cumplió el rito de revolear el poncho como en tiempos de sus inicios en una presentación en la que desplegó un repertorio que también pasó por el pop y la cumbia en su intento permanente por indagar otros musicalidades. “El que no arriesga, no gana. Y el que no propone, se queda siempre en lo mismo. Yo no quiero quedarme siempre en lo mismo”, afirmó durante la entrevista posterior. Finalmente, expresó su amor por los festivales, aunque admitió que no podrá participar de todos cada verano. “Quiero que algún día se me extrañe, para que se me quiera más todavía”, sostuvo la artista.
Para La Sole, la presentación del viernes pasado frente a las miles de personas acomodadas en sus reposeras fue la primera del año. Los dos próximos encuentros serán en los festivales de Diamante, de Entre Ríos y el de Jesús María, en Córdoba.
Hace una semana, cuando recién comenzaba el año, reflexionó en su cuenta sobre el paso del tiempo. “La vida es más corta de lo que uno cree, los años pasan volando y no hay otra forma de justificar nuestra presencia en este mundo si no nos sentimos libres y valientes, entregándonos así a cada instante a la vida. Tengo muchos dolores y cicatrices, me quejo y me enojo, me levanto, río, canto y, aunque no soy muy buena moviendo el cuerpo, también bailo…”, inició su comentario admitiendo que el 2024 la había dejado agotada. “Nadie es perfecto y lo importante es intentarlo siempre. Miremos para atrás sin arrepentirnos, ¡vamos nuevamente juntos a tomar envión. ¡Saltemos a un 2025 más sabio y volvamos música todo lo que nos rodea!”, apuntó aquella vez la cantante que, en medio de iniciar la rutina que tanto conoce de subirse a los escenarios de los festivales de los cuales siempre es figura estelar, está imaginando tomarse un respiro, una pausa. Tal vez, para que su público la extrañe.
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