Soledad Villamil y Federico Olivera, un amor que nació en secreto: besos ocultos, románticos mensajes y dos hijas en común

Soledad Villamil y Federico Olivera
Soledad Villamil y Federico Olivera, una historia de amor que nació en un set de filmación y perdura con los años

Son una de las parejas más sólidas del mundo del espectáculo y de perfil más bajo. Se conocieron trabajando hace 26 años, se fueron a vivir juntos, tuvieron dos hijas y se casaron hace dos años casi en secreto. Soledad Villamil y Federico Olivera se enamoraron filmando La vida según Muriel, en 1996, en Villa La Angostura. Mantuvieron la relación en secreto mientras pudieron hasta que las fotos de un paparazzi los obligaron a blanquear. Al poco tiempo empezaron a convivir y con tiempo formaron una familia de 4: junto a Violeta (ahora de 20 años) y Clara (de 17).

En el verano de 2021, se casaron en una ceremonia íntima , en el registro civil de San Antonio de Areco en la que solamente estuvieron presentes familiares y amigos cercanos. Sobre por qué se casaron luego de tantos años juntos, la actriz reflexionó: “Las explicaciones se las busqué después, pero en un principio se trató de un impulso. Fue algo muy íntimo. Elegimos casarnos en San Antonio de Areco porque nos encanta el lugar y porque fue una manera de, en medio de la pandemia, salir del encierro para tomar contacto con la naturaleza y curtir un día diferente, un día de pic nic. En resumidas cuentas la idea fue esa: casarnos y vivir un día de pic nic”.

En una entrevista con LA NACION, Villamil y Olivera hablaron sobre la pasión en la pareja, luego de compartir muchos años juntos: “Hace falta imaginación y aceptación. Tenés que poder estar muy abierto, adaptado siempre a los cambios, sobre todo cuando hay giras, porque son complejas”. Y ella también dio su punto de vista y agregó: “Hay que encontrarle lo interesante a cada pequeño momento”.

Hace unos años Villamil contó en una nota en televisión su secreto para vivir en armonía: “No podría decir cuál es la clave porque cada pareja debería descubrir la suya, pero en nuestro caso, el secreto es divertirnos y pasarla bien . El día que eso no pase, va a ser una señal de alarma y al mismo tiempo sabemos que ninguno es el dueño del otro, hoy estamos juntos, mañana no sabemos. Somos personas independientes. No hay celos, pero sí un compromiso de amor que hoy está más fuerte que nunca”.

Y en una reciente charla con LA NACION, Villamil habló sobre el vínculo con Olivera: “El balance es positivo, está más llena la columna del haber que la del debe. Se me hace difícil resumir nuestra relación en una sola frase. Digamos que lo nuestro es casi toda una vida de amor”. Y se sincera diciendo que no imaginaba que iban a estar juntos tantos años: “De hecho aún pienso que no tiene por qué durar necesariamente toda la vida. Con Federico tenemos hablado eso de que la relación se justifica en tanto exista el vínculo y todo lo que tiene que haber para querer seguir estando con la otra persona. No damos nada por hecho, ni queremos estar por estar, ni alargar una relación por los hijos ni nada de eso. Mientras que esté vivo el vínculo seguiremos juntos, pero si eso dejara de suceder... Hoy, como siempre, estamos atentos a que el vínculo esté vivo”.

Si bien ellos son muy reservados de su vida privada, en las redes sociales suelen compartir mensajes de amor, fotos entrañables y momentos románticos. Y también suman, de vez en cuando, algunas postales familiares, lo que demuestra el firme lazo que los une.

Soledad Villamil y Federico Olivera
Soledad Villamil: "Digamos que lo nuestro es casi toda una vida de amor”

Juntos, pero no revueltos

La pareja compartió pocos trabajos: uno de ellos fue un seminario de actuación y en 2020, tocaron juntos en el teatro El Picadero. En esa oportunidad ella escribió en sus redes: “Terminar el año haciendo unos shows en vivo fue un regalo para el alma. La terraza se llenó de música y fuimos muy afortunados de poder compartirla”.

Y además grabaron algunos temas juntos. “Nos divertimos haciéndolo. Las tres canciones que compartimos surgen de momentos en los que la pasamos bien. Tiene más que ver con sentarse a jugar que con otra cosa. La música es un sostén para nosotros, un lugar de encuentro. Él es músico y eso ayuda a que en mi casa siempre haya una situación en la que cualquiera de los dos nos ponemos a dar vueltas alrededor de una canción”, contó Villamil en un programa de televisión.