La Familia Real británica hace piña en el solemne recorrido por Londres del cortejo fúnebre de Isabel II
El rey Carlos III, acompañado por sus dos hijos, el príncipe de Gales Guillermo y el príncipe Harry, así como de sus hermanos ha encabezado el último cortejo fúnebre a pie en honor a su madre, Isabel II, que murió el 8 de septiembre a los 96 años. Con ellos, además, los otros tres hijos de la Reina: la princesa Ana, con su marido, Sir Tim Laurence, y los príncipes Andrés y Eduardo y otros familiares como Peter Philips, hijo de la princesa real, el duque de Gloucester y el conde de Snowdon. Todos haciendo piña en este gran homenaje por las calles del centro de Londres.
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Tras ellos, en dos coches diferentes la reina consorte Camilla con la princesa de Gales y la duquesa de Sussex con la condesa de Wessex, todas de riguroso luto. Una emotiva y solemne procesión que ha sido escoltada por un destacamento de artillería a caballo de la Guardia del Rey que ha partido a las 15:22 h hora española del Palacio de Buckingham, el que fuera durante décadas hogar de la monarca para seguir por Queen’s Gardens, The Mall, Horse Guards Parade y Horse Guards Aeche, Whitehall, Parliament Street, Parliament Square y Neve Palace Yard hasta Westminister Hall, uno de los salones del Parlamento, para que los ciudadanos puedan velar a su Reina.
Todos los hijos de la monarca salvo el príncipe Andrés, al que se le quitaron sus títulos castrenses, han acudido vestidos con uniforme militar al igual que el príncipe de Gales. Harry de Inglaterra, al que también se le retiraron estas destinciones militares, ha vestido chaqué, como el resto de invitados. El rey Carlos, con el rostro muy serio y con una tristeza más que patente, ha llevado el uniforme ceremonial correspondiente al rango de mariscal de campo y el bastón que le regaló su madre cuando obtuvo este título en el año 2012. También ha portado la orden del mérito, en el cuello, con la faja y la estrella de la Orden de la Jarretera, la más antigua e importante del Reino Unido.
En este paseo final, que se ha producido en silencio, solo roto en ciertos momentos por los aplausos del público y por las marchas fúnebres de las bandas militares, han participado miembros del personal de primer nivel de la Reina y del Rey y los trabajadores más cercanos a Isabel II. Durante el recorrido se han formado guardias de honor de los tres ejércitos. La King’s Life Guard ha hecho el saludo real cuando el ataúd ha pasado por Horse Guard Arch mientras que durante todo el desfile se han disparado cañonazos en Hyde Park, a la vez que repicaban las campanas del Big Ben.
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Horas antes de este desfile, se ha visto al Rey saliendo de Clarence House rumbo a Buckingham, en cuya Bow Room ha pasado la noche el féretro de la monarca tras una vigilia íntima y familiar en la que participaron todos los Windsor. Decenas de miles de personas han aguardado en The Mall, Whitehall y la plaza del Parlamento para presenciar esta procesión, que ha tardado algo más de media hora y que se ha convertido en la más emotiva y simbólica desde la muerte de la anterior jefa de Estado.
En esta ocasión, una de las novedades ha sido el cambio en el coche fúnebre estatal, un nuevo carro de armas, tirado por caballos y diseñado por Jaguar Land Rover que ha permitido que el público vea más claramente el féretro que en esta ocasión, además del estandarte real y un arreglo floral llevaba la imponente corona imperial del Estado, que la soberana solía lucir en la sesión de apertura del Parlamento. En vida, Isabel II fue consultada sobre la futura utilización de este vehículo durante sus exequias.
Ya en el interior, los restos mortales han sido recibidos por un grupo de portadores de la Compañía de la Reina y del primer batallón de la Guardia de Granaderos. Acto seguido se han colocado sobre un catafalco ante la atenta mirada del Rey y de resto de miembros de su familia. Ha sido entonces cuando se han unido al séquito fúnebre la reina consorte, la princesa de Gales y Sophie de Wessex, así como los primos de la Reina, el príncipe Michael de Kent y el duque de Kent. Las princesas Beatriz y Eugenia, junto a sus esposos, Zara y Mike Tindall, Lady Louis Windsor y el vizconde Severn - los nietos más pequeños que se han mostrado muy emocionados- Lord Frederick Windosr y la princesa Michael de Kent han estado presentes en la ceremonia.
Una vez instalado, ha sido el turno del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que ha llevado a cabo un servicio de unos veinte minutos antes de que la capilla ardiente se abriera al público sobre las seis de la tarde en España. "Oh Dios, creador y redentor de toda la humanidad concédenos, con tu sierva la reina Isabel y todos los fieles difuntos, los beneficios seguros de la pasión salvadora y la resurreción gloriosa de tu hijo; para que en el último día, cuando todas las cosas sean reunidas en Cristo, podamos con ellas disfrutar la plenitud de tus promesas a través de Jesucristo nuestro señor. Amén", ha dicho Welby. El reverendísimo David Hoyle, decano de Westminster ha leído varias oraciones.
Los restos mortales de Isabel II han sido custodiados por oficiales de la Household Division, la Guardia del Rey del Honorable Cuerpo de Caballeros de Armas, la Guardia del Rey en Escocia, la Compañía Real de Arqueros y la Guardia Real que harán una vigilia de 24 horas bajo el catafalco en esta emblemática sala de las Casas del Parlamento.
Westminster Hall ha desempeañdo y desempeña un importante papel en la historia británica desde hace siglos. Aquí ha sido donde Carlos III se dirigió a los miembros del Parlamento. Mucho tiempo atrás acogió los juicios de Carlos I y Guy Fawkes, el banquete de coronacion de Enrique VII y discursos de líderes internacionales como Nelson Mandela, el presidente francés Charles de Gaulle, el Papa Benedicto y el expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama El último miembro de la Familia Real que reposó en Westminister fue la Reina Madre en 2002, cuando más de 200.000 personas presentaron sus respetos frente a su ataúd.
Será entonces cuando el pueblo de Londres pueda rendir tributo a su monarca durante cuatro días, ya que el lunes a mediodía (hora española) tendrá lugar el funeral de Estado en la cercana Abadía de Westminister. A esta ceremonia se espera que acudan jefes de Estado y de Gobierno, así como representantes de Casas Reales de todo el mundo, entre ellos los reyes Felipe y Letizia y don Juan Carlos y doña Sofía.
Según las previsiones de los organizadores, se espera que más de un millón de personas hagan cola durante 35 horas en el centro de Londres para pasar delante del ataúd de la reina Isabel, aunque debido al elevado número de visitantes que se prevé, se calcula que tan solo podrán mostrar sus respetos la mitad.
Esta ha sido la segunda vez que se ha visto juntos en un acto público a los príncipes de Gales con los duques de Sussex después de que hace tan solo unos días los cuatro se dieran un baño de multitudes en Windsor para agradecer las flores depositadas y recibir las condolencias del público.
La relación entre los hijos del rey Carlos III no atraviesa sus mejores momentos y el distanciamento entre ellos es más que patente, pero parece que la muerte de su abuela ha limado ciertas asperezas y les ha vuelto a unir. Esta también ha sido la primera vez que Harry y Meghan han formado parte de un gran acto de la Familia Real británica desde que dieron un paso atrás en sus deberes monárquicos y se mudaron a Estados Unidos en 2020.