Las ‘solteras de oro’ de la vida real quisieran decir algo
Cuando la semana que viene se estrene “The Golden Bachelorette”, el más reciente programa de telerrealidad derivado de la franquicia “The Bachelor” volverá a vender una fantasía.
Joan Vassos, una encantadora administradora escolar y abuela de 61 años, pasará semanas en lugares exóticos buscando entre dos decenas de pretendientes ansiosos, cada uno de ellos compitiendo por su afecto.
Sin embargo, en el mundo real, muchas mujeres dicen que las citas en la tercera edad recuerdan a otra franquicia de Hollywood.
“Yo lo describiría como los románticos y geriátricos ‘Juegos del hambre’ del infierno”, afirmó Anne Vitiello, una mujer soltera de 60 años de Nueva York.
La historia reciente de citas de Vitiello ha estado llena de desafíos. Los estafadores que buscan mujeres mayores son simplemente un hecho en las aplicaciones de citas, dice, al igual que los hombres que le han hecho sentir que salir con una mujer de 60 años es un acto de generosidad.
Hubo un novio algo cascarrabias que intentó sacarla de quicio preguntándole cuándo creía que Drew, su querido gato Maine Coon, iba a morir. Además del amigo de toda la vida que esperaba convertirse en su amante, pero olvidó mencionar que seguía saliendo con su novia.
“Es agotador”, dice Vitiello. “Es como buscar oro en una cloaca”.
Por supuesto, es imposible encapsular las experiencias de citas de millones de mujeres mayores en una sola temporada. Sin embargo, hay pruebas de que el panorama de las citas para las mujeres heterosexuales a partir de los 60 años puede ser especialmente sombrío.
Según el Centro de Investigaciones Pew, las mujeres de 50 años o más son más propensas que las jóvenes —y que sus coetáneos masculinos— a decir que sus experiencias con las citas por internet han sido algo o muy negativas. Y, en general, los solteros de más edad son menos propensos que los más jóvenes a decir que buscan activamente una cita o encontrar el amor, quizá porque son felices estando solteros o porque, sencillamente, no vale la pena hacer el esfuerzo.
Liberadas de viejas cargas
Erin McMaugh Tierno, trabajadora social clínica autorizada cuya práctica terapéutica se especializa en citas y relaciones, dijo que muchas de las mujeres mayores con las que trabajaba habían pasado por lo peor: quizá se habían divorciado tras décadas de un matrimonio insatisfactorio o habían sufrido la muerte de su pareja. Algunas se están conociendo mejor a sí mismas y aceptando la soltería tras duras experiencias de vida, añadió.
“En muchos sentidos, las mujeres se sienten realmente liberadas de viejas cargas”, afirmó McMaugh Tierno. Sin embargo, muchas de las clientas que atiende se lamentan de que los hombres que están conociendo no estén haciendo el mismo trabajo personal. En concreto, la trabajadora social afirma que muchas de sus clientas son más capaces de poner límites y tienen una nueva sensación de confianza sexual. No están dispuestas a conformarse con relaciones que no las exciten o satisfagan.
Es el caso de Catherine Boyle, de 61 años, de Cleveland, que se ha divorciado dos veces y ha dedicado mucho tiempo a reflexionar sobre las experiencias sentimentales de las personas mayores de 50 años. El año pasado incluso decidió crear un pódcast sobre el tema, junto con una amiga.
Va a terapia y medita e incluso asistió a un retiro de meditación silenciosa de 12 días. Cada vez se centra más en “disfrutar y aprovechar al máximo la vida”, dijo.
Y tras restablecer su independencia económica después de dos “divorcios caros”, se muestra especialmente cautelosa a la hora de volver a mezclar sus finanzas con alguien, ya que espera jubilarse en la próxima década.
“La ‘enfermera con cartera’ es algo que se ve mucho en internet”, añade Boyle, refiriéndose a un estribillo común entre las mujeres de edad avanzada que se resisten a volver a ser cuidadoras después de haber pasado años criando a sus hijos o atendiendo a cónyuges y padres enfermos, tareas que recaen desproporcionadamente sobre los hombros de las mujeres.
Sin duda, Vitiello tuvo esa experiencia. Hace varios años, un ex con el que tenía una amistad le sugirió que se reconciliara con él después de que le diagnosticaron cáncer. Ella lo ayudó y pasó tiempo con él, pero le sugirió que esperaran a que remitiera para tomar cualquier decisión romántica. “Y lo cierto es que no estaba muy seguro de nosotros cuando se dio cuenta de que iba a ponerse bien”, relató.
Algunas mujeres mayores se divierten más que nunca en el mundo de las citas, sencillamente porque tienen la sabiduría suficiente para saber lo que quieren, y puede que eso no incluya una relación seria.
“No quiero casarme”, comentó Tia-Maria Smith, una mujer de 60 años de Harrisburg, Pensilvania, que nunca se ha casado ni ha tenido hijos. “No busco vivir con nadie. Busco lo que yo llamo una ‘relación de placer’, es decir, divertirme. Se trata de compañía”.
En años recientes, Smith ha salido con hombres de 25 hasta 70 años. Hace poco, salió con un hombre de 37 años. No se propuso necesariamente salir con hombres más jóvenes, aunque le pareció que la oferta de citas en su zona era escasa, sobre todo siendo una mujer negra de más edad, aseguró.
Pero, aunque mantener una mentalidad abierta sobre la edad la ha ayudado a encontrar más parejas, tener claras sus necesidades y límites la ha ayudado a evitar muchas de las decepciones y desilusiones que experimentan algunas mujeres mayores.
“Siempre he seguido mi propio ritmo”, dice Smith, y esa tendencia se ha consolidado con la edad. “Cuando llegas a los 50, te da igual lo que piensen los demás”.
c.2024 The New York Times Company
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