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La solución para que ninguna mujer vuelva a sufrir dolor durante las relaciones sexuales

La palabra dispareunia quizá no te diga mucho. Pero si te preguntamos si has sufrido alguna vez dolor en el coito, es decir, durante una relación sexual, seguro que responderás afirmativamente. Y es que diversos estudios apuntan que hasta un 30% de las mujeres lo sufren alguna vez en la vida.

Los síntomas de la dispareunia puede diferir de una persona a otra. Una mujer puede experimentar un dolor intenso durante la penetración que impida o limite sus relaciones y otras pueden notar una leve incomodidad o molestia. Sea cual sea la intensidad, no es agradable para ninguna mujer, y puede alterar significativamente la calidad de vida de la paciente, así como su intimidad, puesto que algunas incluso pueden llegar a evitar el sexo por miedo al dolor.

Sea cual sea el motivo que está causando la dispareunia, es imprescindible hablarlo con la persona con quien mantienes relaciones sexuales. “La comunicación es la clave, como en todo lo que rodea a una relación. Asegúrate de hablar y dejar claro qué te hace sentir bien, qué te desagrada, qué te produce dolor y qué hace que te relajes. Es la única manera de disfrutar de una vida sexual plena y placentera” afirma Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual, colaboradora de INTIMINA.

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¿Cuáles son las causas del dolor en el coito?

Hay diversas situaciones que pueden propiciar la dispareunia. Por ejemplo, las infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden desencadenar dolor.

Infecciones de transmisión sexual

Las ITS son infecciones que se transmiten a través del sexo vaginal sin barrera, es decir, sin preservativo. También se puede dar el contagio cuando hay contacto boca-genital. Poco habitual es que se transmitan a través del contacto con las manos y los genitales. Las enfermedades de transmisión sexual deben diagnosticarse y tratarse siempre, ya que pueden traer consecuencias graves a largo plazo. Por ello, si experimentas dolor en el coito, no dudes en ponerte en manos de un especialista.

Inflamación y trastornos de la piel

Los cambios en la piel de la vulva pueden ser causados por alguna ITS pero también pueden deberse a un desequilibrio de la flora vaginal, a un crecimiento excesivo de los hongos vaginales o por una infección causada por cándidas. Afortunadamente, tiene fácil solución: antimicóticos, probióticos o una crema que debe siempre ser recomendada por nuestra ginecóloga.

Cicatrices e irritación

Diversas intervenciones quirúrgicas como pueden ser la episiotomía, la histerectomía o la cesárea pueden acabar desarrollando lesiones en el suelo pélvico que debe cicatrizar. También pueden ocurrir con los miomas uterinos, la endometriosis, la enfermedad inflamatoria pélvica o los prolapsos. Todas estas cicatrizaciones pueden dejar una huella de dolor o malestar en las pacientes que se puede notar en sus relaciones sexuales.

- Leer más: Varices pélvicas: qué son y por qué aparecen

Vaginismo

Se trata del espasmo involuntario de los músculos que rodean la entrada de la vagina haciendo que esta se contraiga. Los motivos por los que esto ocurre pueden ser muchos y variados. Lo más frecuente suelen ser problemas físicos o emocionales que deben ser tratados por fisioterapia y sexología.

Los problemas de lubricación, el motivo más frecuente por el que hay dolor en el coito

La falta de lubricación suele ser la causa más frecuente por el que muchas mujeres experimentan dolor en el coito. Eso sí, una vez se han descartado las anteriores. Por ello, tratar la falta de lubricación puede ayudar a estas pacientes a que vuelvan a disfrutar del sexo.

Y es que si la zona no está suficientemente lubricada, la fricción producirá una sensación muy poco placentera y desagradable. La buena noticia es que existen diversos productos y métodos que pueden estimular de nuevo la lubricación.

En primer lugar, en la farmacia te pueden dispensar cremas específicas que simulan la sustancia lubricante que se produce naturalmente en nuestro organismo. Pero, adicionalmente, existen aparatos que estimulan también las glándulas que provocan la lubricación natural. Se trata de unos masajeadores, recubiertos de silicona suave al tacto y de primera calidad para la máxima comodidad, que podrás encontrar en farmacias y parafarmacias. Hay diversos tipos de masajeadores con distintos fines:

  • Recuperar la sensibilidad y la lubricación de la zona interna

  • Combatir la hipertonía del suelo pélvico (vaginismo, dispareunia)

  • Tonificar la vagina y recuperar la respuesta orgásmica sexual

Es importante hablar con la especialista en ginecología y el personal de la oficina de farmacia para saber qué tipo de producto se adapta mejor a las necesidades.

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