Soplar las velas de una tarta es un acto anti higiénico que multiplica las bacterias

¿Quién no ha soplado las velas de un tarta de cumpleaños? Da igual que cumplamos 4 años u 80, siempre nos van a cantar cumpleaños feliz y nos van a hacer pasar por este ritual en el que hay que pedir un deseo y utilizar nuestros pulmones a fondo para acabar con el fuego.

Pero este inocente acto es de todo menos higiénico. Eso es lo que ha demostrado un estudio levado a cabo por la Clemson University de Carolina del Sur (Estados Unidos).

Soplar las velas de una tarta es un acto anti higiénico (Unsplash/Sergei Solovev)
Soplar las velas de una tarta es un acto anti higiénico (Unsplash/Sergei Solovev)

Allí, un grupo de investigadores ha realizado un cultivo sobre una tarta antes y después que alguien soplara las velas, y los resultados muestran lo asqueroso de la acción: el número de bacterias se multiplicó un 1.400% cuando alguien expulsó aire sobre la superficie de la tarta.

El estudio, titulado “Transferencia bacteriana asociada con soplar velas en una tarta de cumpleaños” ha sido publicado en la revista Journal of Food Research. En el experimento no se llegó a colocar una tarta de verdad, sino que se creó una falsa hecha de espuma endurecida. Lo que sí eran de verdad eran las velas.

Para replicar lo más fielmente una fiesta de cumpleaños en el laboratorio, se pidió a todos los participantes que comieran varios trozos de pizza y bebieran refrescos, para que sus glándulas salivares produjeran de igual forma que si estuvieran en una celebración real.

A continuación, se pidió a los sujetos que fueran soplando las velas de varias tartas falsas creadas ex profeso en las que había placas de agar, una superficies utilizadas en laboratorios para crear cultivos de bacterias.

Lo siguiente fue evaluar estas superficies y ver el número de microorganismos que habían arraigado en ellas. Tras analizarlas, se llegó a la conclusión de que soplar las velas dispara hasta 14 veces el número de bacterias presentes.

Lo más impresionante fue descubrir que un sujeto que padecía una cierta hipersalivación que hacía que sus glándulas salivares produjeran mucha más sustancia, había hecho al soplar las velas que en su tarta hubiera hasta 120 veces más bacterias que en condiciones normales. Así que si tienes un familiar que es especialmente baboso intenta no comer de su tarta de cumpleaños.

Es broma. Los autores de la investigación aseguran que aunque el número de bacterias se disparó, ninguna de ellas suponía un peligro para la salud. Eso sí, si el cumpleañero padece gripe o cualquier enfermedad contagiosa a través de la saliva, el acto de soplar la tarta es un poderoso sistema de contagio.