Survivor, Expedición Robinson: Tomás, el eliminado que nadie esperaba, asegura que se fue porque “ya no soportaba comer coco todos los días”

Survivor, Expedición Robinson: Tomás, el eliminado que nadie esperaba, asegura que se fue porque ya no soportaba comer coco todos los días
Survivor, Expedición Robinson: Tomás, el eliminado que nadie esperaba, asegura que se fue porque ya no soportaba comer coco todos los días - Créditos: @Prensa Telefe

El hambre de veinte días expulso a Tomás Piñero de Survivor, Expedición Robinson, el reality extremo que cada noche emite Telefe. En diálogo con LA NACIÓN habló de la dura experiencia que vivió en una de las islas del Tapón de Darién, en Colombia, donde se grabó el programa. Dijo que pensaba en comida, soñaba con comida y, apenas salió, le pidió a su familia y amigos de 9 de Julio, su ciudad bonaerense natal, que le hicieran un asado. Piloto privado y personal trainer, volvió a su rutina diaria con la satisfacción de haberlo dado todo.

-Muchos se sorprendieron con tu salida, ¿esperabas que se fuera Inés?

- Fue bastante sorpresiva mi salida, pero esperaba irme. No aguantaba más. La votación estaba arreglada así, pero terminamos empatados y por suerte voté a Juanchi porque sino no me hubiese ido. En el repechaje hablé con mis compañeros para pedirles que me votaran y por suerte terminé saliendo.

-¿El hambre te expulsó de la isla?

-Sí, fue el hambre. Tenés hambre 24/7. Es algo que no controlás. No teníamos mucha comida, y es muy difícil pescar, a pesar de que lo intentábamos. Era pensar en comida y soñar con comida. Me parece que eso detonó mi salida.

-¿Qué comían?

-Coco. Coco. Y coco (risas). Teníamos plátanos que cuidábamos mucho, porque no podíamos comer cinco por día sin apenas uno. Además, hay que hervirlos y si llovía y no teníamos fuego no podíamos cocinarlo. Algunos comían cangrejitos, que eran un mini bocadito, pero a mí no me gustaban.

-¿Sos quisquilloso para comer?

-Bastante. No como pescado.

-¿Ni con hambre?

-No lo puedo pasar. Entonces comía coco, que no te sacia. Masticas cuatro pedacitos y llega un momento que no podés tragarlos. Sabía que el hambre me iba a complicar y quizá eso me condicionó un poco. Todos pasábamos hambre, cada uno lo tolera de una manera diferente y cada uno tiene un desgaste diferente en la competencia también. Y en el campamento también gastas mucha energía; por ejemplo, tenés que cortar palmeras para armar la choza. Entonces no tener para comer es bravo. Llovía y la pasabas mal, pero en algún momento paraba; y había sol y 38 grados, pero te metías al mar y te refrescabas. En cambio, nada te saciaba el hambre. Obviamente también es durísimo dormir en la tierra, todo mojado, a veces sobre un charco .

-En el programa dijiste varias veces que sos muy carnívoro…

-Sí, esa es otra de las cosas porque no había animales para comer. Y las gallinas que teníamos no ponían huevos… Capaz uno cada tanto, así que no nos servía.

"Fue una experiencia cien por ciento positiva a pesar de haber sufrido el hambre"
"Fue una experiencia cien por ciento positiva a pesar de haber sufrido el hambre"

-¿Qué disfrutaste del reality?

-La competencia, los juegos, el grupo que armamos con los chicos. Eso fue lo más lindo. Y la experiencia de estar en un reality como este que se sufre, pero también se disfruta.

-¿Por qué entraste a Survivor?

-Me gustan mucho las competencias, la supervivencia, y cuando vi la publicidad, no lo dudé y me anoté. He visto otros programas de supervivencia y me enganchan. Me daba curiosidad. Fue una experiencia cien por ciento positiva a pesar de haber sufrido el hambre .

-Uno de los aprendizajes debe ser trabajar en equipo, ¿fue tu caso?

-Juego al rugby y estoy acostumbrado a trabajar en equipo. Sabía que era fundamental mantenernos unidos porque el equipo es el que aparece cuando estás mal. A veces no podés dar todo, pero en otros momentos sí. Los juegos son duros, y también es difícil llegar a la isla en la que se hacen las competencias porque tenés una hora en lancha y después casi otra hora caminando en la selva. Es bravo. Un gran desgaste.

-Naciste en 9 de Julio, ¿vivís allí hoy?

-No, hace unos años me mudé a Capital por trabajo.

-¿Extrañás tu pueblo?

-Vuelvo muy seguido porque tengo a toda mi familia, amigos, y paso los veranos si puedo.

-¡Seguro que lo primero que pediste al volver fue un asado!

-Fue lo primero que hice cuando salí del reality y estuve todo el día comiendo (risas). Comí hasta reventar. No le decía que no a nada. Nunca había pasado hambre, por suerte. Y no salgo de casa sin desayunar, así que de verdad lo padecí. Es muy duro comer coco solamente.

-¿Trabajás como piloto privado?

-No. Es mi hobby; piloto privado es la primera licencia de todo piloto. Trabajo como modelo y personal trainer.

-Siendo modelo, ¿pensaste en entrar al reality para que te conozcan?

-No fue lo que me movió, pero sí lo pensé. Tal vez me sirva para el modelaje. Es algo que hago freelance y no me dedico de lleno. Por ahí me sirve esta exposición.

-¿Cómo siguió tu vida después de Survivor?

-Seguí mi vida normal.

-¿Qué dijo tu pareja de esta experiencia?

-Hace unos años que estamos con Belén. La extrañé, pero no tuvo nada que ver con el motivo de mi salida. Le encantó el programa, la experiencia, y está súper contenta. Un poco sorprendida por mi salida, eso sí.

-¿Y tus alumnos qué te dicen?

-Vieron el programa, les gustó y me dijeron que quedaron shockeados con mi salida.