Survivor México, el repetitivo programa de Azteca que le encanta a los espectadores

Survivor México es conducido por Carlos Guerrero. (Survivor México Youtube)
Survivor México es conducido por Carlos Guerrero. (Survivor México Youtube)

Survivor México es el nuevo programa estelar de concursos de TV Azteca en la franja horaria de las 07:00 PM. Nuevo es un decir porque, en realidad, esta emisión es un ejemplo más de la fórmula tan socorrida en los últimos años no solo para este show en particular sino para varios más. La reproducción casi idéntica ha llegado al grado de que cada programa se asemeja a otro a un nivel altísimo. Aunque, dicho sea de paso, nadie puede cuestionar el rotundo éxito con el que cuenta esta emisión, pues tan solo con su primer programa, el que enmarca la temporada 2022, lograron posicionarse en la conversación en redes sociales.

A la gente le gusta y le causa interés. Además, la conducción de Carlos Guerrero, encumbrado narrador de futbol, le ha añadido un toque extra a este programa en el que los participantes deben superar diversas situaciones de máxima exigencia atlética, física y emocional. Tal cual lo detalla el nombre, deben encargarse de sobrevivir durante las semanas que el show dura (el año pasado fueron cuatro meses).

Una persona perfectamente puede encender el televisor en Azteca 1 y se encontrará con dos programas casi por descontado: Exatlón o Survivor, que para efectos prácticos tratan de casi lo mismo. Apenas se puede distinguir que el programa conducido por Antonio Rosique presente un enfoque más grande en competencias atléticas, pues la mayoría de los invitados son deportistas olímpicos o exfutbolistas, pero por lo demás no hay mayor cambio que marque diferencias sustanciales: competencias, eliminados semanales, infiltraciones en el día a día para saber cómo conviven los participantes. Lo dicho: la misma sopa con salsa diferente.

En descargo de Survivor y de todos los programas que implican competencias de índole atlética, se puede decir que la fórmula de la repetición extenuante no ha sido solamente aplicable para ellos sino también para otros ámbitos de la televisora del Ajusco. Si antaño se les podía cuestionar a TV Azteca y Televisa su tendencia a reproducir telenovelas con guiones unívocos, y muchas veces refritos de otros países, hoy queda claro que han extendido esa práctica a cuanto programa sea posible.

Por ejemplo, la franquicia de La Voz, que en su llegada a México pertenecía a Televisa, ha sido parte de la programación de Azteca en los últimos años y lo cierto es que cada vez resulta más complicado distinguir entre una edición y la otra: no le dan más de un mes a cada edición. Entre la versión para niños, para adultos y para adultos mayores, es imposible darle un seguimiento constante a un show que, recién aterrizado en televisión nacional allá por 2011, representó todo un acontecimiento. Con cada nueva edición la magia que alguna vez irradió la franquicia musical por excelencia queda en el olvido.

Lo mismo se puede decir en el caso de La Academia, que en su veinte aniversario afronta el difícil reto de darle algo nuevo al público. Su mejor intento ha sido atraer miradas con Lolita Cortés, que con su fuerte personalidad es capaz de llamar la atención del público de siempre y también de nuevos espectadores. Del mismo modo, ha optado por darle cabida a Rubí, la famosa quinceañera que se hizo viral en 2016, y que ahora apunta a ser el imán de regaños predilecto de Cortés.

Esa es la dinámica que prevalece en TV Azteca, en particular, y en toda la variedad de televisión abierta, en términos generales. Sin embargo, como se destacaba en la primera línea de este texto, esa tendencia a la explotación total de un producto televisión, que en teoría debería llevar al aburrimiento, no se corresponde con el interés genuino que la audiencia le otorga a estos programas. Mientras eso siga así, la fórmula será replicable una vez tras otra.

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