Taj Mahal mexicano, el romántico palacio del hombre que quiso saldar la deuda de México

El Palacio Alvarado es un monumento al amor en Chihuaha

México tiene 12 casas museos, la más romántica es el Palacio de Alvarado, apodado el Taj Mahal mexicano. (Cortesía Alicia Civita)
México tiene 12 casas museos, la más romántica es el Palacio de Alvarado, apodado el Taj Mahal mexicano. (Cortesía Alicia Civita)

Hace 18 años, el 30 de mayo de 2003, el Palacio Alvarado abrió sus majestuosas puertas como un nuevo tesoro cultural en la ciudad de Parral, en el estado de Chihuahua. Desde entonces, este imponente edificio se ha convertido en un referente para los locales y una atracción obligada para los turistas que visitan la ciudad. El Palacio Alvarado es considerado uno de los principales museos del norte mexicano, gracias a su extenso acervo histórico y su valiosa construcción.

Si bien el edificio y lo que tiene adentro es espectacular, la principal magia del Palacio es la historia de amor que lo rodea, que es tan hermosa y tan dramática, que le ha valido el apodo del Taj Mahal mexicano.

Entre la plata y el amor

La historia de este palacio se remonta al siglo XIX, cuando Francisco Alvarado, padre de Pedro, residía en la colonia Alfareña, en una de las casas que ahora conforman el palacio. Pedro Alvarado Torres, nacido el 16 de julio de 1873 en el barrio de Guanajuato, heredó de su padre la mina La Palmilla en el año 1895. Con el tiempo, Pedro se convirtió en el dueño absoluto de esta próspera mina.

Según los registros catastrales de 1882, la calle Guillermo Prieto conectaba con el río, un lugar al que solía acudir la modista Virginia Griensen para lavar la ropa. La joven provenía de una humilde familia de músicos de Chihuahua. Según contó a Yahoo Vida y Estilo el guía Ramón Soltero, "Pedro Alvarado se enamoró de tal manera de Doña Virginia que compró todas las casas de los vecinos para construir una casa sobre el lugar donde la vio por primera vez".

México y su historia: Las oficinas de la mina La Palmilla en el Palacio Alvarado. (Cortesía Alicia Civita)
México y su historia: Las oficinas de la mina La Palmilla en el Palacio Alvarado. (Cortesía Alicia Civita)

Después de un intenso cortejo, la pareja contrajo matrimonio el 19 de marzo de 1895 y tuvieron seis hijos: Francisco, Rodolfo, Pedro, Pablo, Guadalupe y Lucía, quien fue la única mujer de la familia. Así como crecía su familia, crecía su riqueza.

Gracias a la abundancia de sus minas, Pedro Alvarado se convirtió en un exitoso y generoso minero, y decidió comenzar la construcción de una majestuosa residencia en 1898 con una extensión de 2,000 metros cuadrados. Además compró los dos tramos de calle que la bordean, conocidos como Riva Palacio y Guillermo Prieto.

Las obras se extendieron hasta 1903, y la decoración y el amueblado finalizaron en 1906. Lamentablemente, Virginia Griensen de Alvarado no llegó a ver su casa completa. La adorada esposa de Pedro Alvarado murió el 5 de mayo de 1905 de cáncer de matriz.

El patio interior del Palacio Alvarado está protegido por un techo moderno. (Cortesía Alicia Civita)
El patio interior del Palacio Alvarado está protegido por un techo moderno. (Cortesía Alicia Civita)

Para ese entonces, la pareja era poseedora de una de las fortunas más prósperas del norte del país. La fortuna de los Alvarado era tal, que en 1903, dos años antes de la muerte de su esposa, Pedro Alvarado envió una carta al entonces presidente mexicano Porfirio Díaz, ofreciéndole su apoyo económico para saldar la deuda externa del país. Aunque la oferta fue rechazada, esto dio origen a una amistad entre ambos.

Al igual que el Taj Mahal en India, el Palacio Alvarado es un monumento al amor por la esposa que murió.

Una obra de arte arquitectónica y artística

El Palacio Alvarado fue concebido como una verdadera obra de arte, para la que se contrataron maestros canteros, marmolistas, carpinteros y pintores locales y extranjeros. Entre los constructores destacados se encuentran Isaac L. Ceballos y el cubano Federico Gabriel Amérigo Rouvier, mientras que los decoradores más reconocidos son el italiano Antonio Decanini y el alemán Gustavo Langenberc.

La residencia fue decorada según los gustos de la señora Alvarado, y se importaron muebles de Europa, Estados Unidos y el diseñador Jorge Unna Gerson, un extranjero radicado en San Luis Potosí. Además, se exhiben diversos jarrones de porcelana mayólica, brístol y capo di monti, así como piezas de cristal de bacarat, maderas finas y alfombras de seda de Austria. Incluso se conservan muebles y objetos con más de 150 años de antigüedad.

Los finísimos cristales de la familia Alvarado están desplegados en la casa museo. (Cortesía Alicia Civita)
Los finísimos cristales de la familia Alvarado están desplegados en la casa museo. (Cortesía Alicia Civita)

Hoy en día, quien quiera ver cómo vivían las familias millonarias en México a principios del siglo XX pueden ir hasta Parral a visitar el Palacio Alvarado. La casa está decorada de forma muy parecida a cuando vivía allí la familia. Incluso está la habitación de la pareja, con la ropa de cama escogida por Virginia Griensen. De hecho, ese fue su lecho mortuorio.

También hay exposiciones de la ropa de los esposos, sus accesorios y sus hijos, de los juguetes que los chicos usaban y hasta el saloncito de clases donde aprendían, ya que ir a la escuela local se desaconsejaba para los hijos de familias con dinero, en la época de la Revolución Mexicana.

La cama de la pareja está intacta, como quedó tras la muerte de la esposa de Pedro Alvarado (Cortesía Alicia Civita)
La cama de la pareja está intacta, como quedó tras la muerte de la esposa de Pedro Alvarado (Cortesía Alicia Civita)

Hay áreas de exhibiciones donde ha quedado prueba de la relación cercana que tenía Alvarado con Pancho Villa. Incluso, está una cuchara de plata que El Centauro del Norte le habría regalado a su amigo, para detectar comida envenenada.

Las mesas de diario y de fiesta están puestas como para recibir a la familia o a invitados, y la cocina parece lista para comenzar una jornada de preparación de alimentos.

La historia de amor conmueve, pero el Palacio Alvarado hoy en día impresiona. Su belleza no solo se ve en el edificio y los objetos, sino en lo bien cuidado que está, en la atención a los detalles, en el conocimiento de los que trabajan allí y en la increíble generosidad con la que reciben a sus visitantes.

La cocina del Palacio Alvarado está como cuando la familia vivía allí (Cortesía Alicia Civita)
La cocina del Palacio Alvarado está como cuando la familia vivía allí (Cortesía Alicia Civita)

El palacio y los herederos

Después del fallecimiento de Virginia Griensen, su hija Lucía se quedó con la mitad de la herencia y, en 1908, Pedro Alvarado firmó para que todo pasara a manos de su única hija. Aunque él vivió 35 años más después de la muerte de su adorada Virginia, todo perdió sentido para él.

Lucía Alvarado contrajo matrimonio en la casa familiar y tuvo tres hijas: Virginia, Lucía y Lilia Vázquez Alvarado, cariñosamente conocida como Pili Alvarado. Pili permaneció viviendo en la casa junto a su madre hasta el año 2000.

En el año 2000, el entonces gobernador del estado, Patricio Martínez, visitó la casa de Pedro Alvarado junto con su familia. Durante la visita, propuso convertir la casa en un museo y un punto turístico para Parral. "Después de finalizar la compra-venta del inmueble el 1 de febrero de 2000, la casa se mantuvo abierta al público en 2001 para que los visitantes pudieran apreciar su estado original, a pesar del deterioro de muchos objetos e instalaciones", relató Soltero.

Finalmente, después de dos años de exhaustivas restauraciones, el 30 de mayo de 2003, se inauguró oficialmente el Palacio Alvarado como casa-museo.

El Palacio Alvarado no solo es un símbolo del amor entre Pedro Alvarado y Virginia Griensen, sino también un testimonio vivo de la historia de Parral. A lo largo de los años, ha sido testigo de momentos trascendentales y ha acogido a importantes personalidades. Hoy en día, este magnífico palacio continúa siendo un faro que inspira a las nuevas generaciones a valorar y apreciar la riqueza histórica y cultural de Parral y de todo México.

La dirección es Palacio Alvarado, Calle Riva Palacio No. 2, Hidalgo del Parral 33800 México

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