Tallulah, la hija de Bruce Willis, se sinceró sobre cómo tomó el diagnóstico de demencia de su padre: “No estoy orgullosa de cómo me porté con él y con mi familia”
Tallulah Willis se sinceró sobre cómo sobrelleva la enfermedad de su padre, Bruce Willis, desde aquel momento en el que el actor de Duro de matar recibió el diagnóstico de demencia frontotemporal hasta el presente. “Sabía que algo andaba mal desde hace mucho tiempo”, reveló.
En un ensayo en primera persona que la hija de Willis y Demi Moore escribió para la revista Vogue, Tallulah, de 29 años, explicó: “ Comenzó con una especie de falta de respuesta vaga, que la familia atribuyó a la pérdida auditiva por su trabajo en Hollywood: ‘¡Habla! Duro de matar se metió con los oídos de papá ’”, explicó la joven, que también es hija de Demi Moore. “Más tarde, esa falta de respuesta se hizo más profunda y evidente”, agregó.
El año pasado, la familia de Willis dio a conocer un comunicado en el que se anunciaba que el actor, de 68 años, se estaba “alejando” de su carrera cinematográfica después de haber recibido el diagnóstico de afasia. Luego, en febrero de este año, volvieron a acudir a las redes para dar una triste noticia: el estado de salud del actor había empeorado y un nuevo diagnóstico aseguraba que lo que en realidad padecía era una demencia frontotemporal (FTD).
“ Debo confesar que algunas veces sentí esa ‘falta de respuesta’ como algo personal. Él había tenido dos bebés con mi madrastra, Emma Heming Willis, y pensé que había perdido interés en mí. Aunque esto no podría haber estado más lejos de la verdad, mi cerebro adolescente se torturó con algunas matemáticas defectuosas: no soy lo suficientemente hermosa para mi madre, no soy lo suficientemente interesante para mi padre”, agregó la joven.
Quizá por eso, cuando su madre, su madrastra y sus hermanas se juntaron para enfrentar junto a Bruce este mal momento, ella no pudo estar presente de la manera en la que hubiera querido, porque estaba enfrentando sus propios demonios. “ He enfrentado el declive de Bruce en los últimos años con una parte de evasión y otra de negación de la que no estoy para nada orgullosa ”, se sinceró.
Al hablar sobre esos “demonios” que enfrentó durante la última década, Tallulah enumeró una anorexia nerviosa, el diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el haber estado internada por sufrir depresión y sus problemas con el abuso de sustancias, aunque aseguró estar sobria desde los 20 años. “Estaba envuelta en la dismorfia de mi cuerpo y alardeando de eso en Instagram, mientras mi padre estaba luchando en silencio”, explicó.
“Me las arreglé para darle al canal central de los sentimientos hacia papá una epidural; los buenos sentimientos no estaban realmente allí, los malos sentimientos, tampoco”, indicó. Y agregó: “Pero recuerdo un momento que me golpeó dolorosamente: estaba en una boda en el verano de 2021 en Martha’s Vineyard, y el padre de la novia pronunció un discurso conmovedor. De repente me di cuenta de que nunca llegaría a ese momento, mi papá hablando de mí en la edad adulta en mi boda. Fue devastador ”.
La joven explicó que mientras intenta navegar por sus propias emociones e intenta aún comprender lo que ocurre a su padre, no pierde las esperanzas. “Me resisto a dejarlas ir”, reveló, pero luego concedió que a medida que pasa el tiempo, poco a poco va encontrando el camino hacia la aceptación. “La recuperación es probablemente para toda la vida, pero ahora tengo las herramientas para estar presente en todas las facetas de mi vida, y especialmente en la relación con mi papá”, afirmó. Y sumó: “Puedo traerle una energía brillante y soleada, sin importar dónde haya estado”.
“En el pasado tenía tanto miedo de ser destruida por la tristeza, pero finalmente siento que puedo confiar en mí. Puedo saborear ese momento, sostener la mano de mi papá y sentir que es maravilloso. Sé que se avecinan pruebas, que este es el comienzo del dolor, pero todo eso de amarte a vos mismo antes de poder amar a alguien más, es real”, sintetizó en otro fragmento del artículo.
La FTD es un tipo de demencia en el que “se compromete principalmente los lóbulos frontal y temporales del cerebro bilateralmente”, explicó Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA) a LA NACIÓN. “Porque hay dos hemisferios, cada hemisferio tienen un lóbulo frontal y un lóbulo temporal. Estas regiones del cerebro, básicamente, tiene muchísimo que ver con la personalidad, con la conducta, con inhibir y controlar los impulsos. También tiene que ver también con el lenguaje. Hay paciente con FTD con cambios muy dramáticos en la personalidad y tienen problemas sociales importantes ”.