Tania Media, cuando tratan de avergonzar a una mujer por su cuerpo delgado

MADRID, SPAIN - MARCH 09: Tania Medina attends 'Malnazidos' premiere at the Capitol cinema on March 09, 2022 in Madrid, Spain. (Photo by Carlos Alvarez/Getty Images)
MADRID, SPAIN - MARCH 09: Tania Medina attends 'Malnazidos' premiere at the Capitol cinema on March 09, 2022 in Madrid, Spain. (Photo by Carlos Alvarez/Getty Images)

Estamos muy acostumbrados a ver como modelo a seguir cuerpos como el de Tania Medina. La novia de Alejandro, el posible ganador de ‘Supervivientes 2022’ tiene unas medidas que la sociedad normaliza como prototipo de belleza y ni aún así, se salva del odio.

Es muy habitual ver como famosas con sobrepeso se esfuerzan una y otra vez por encajar en un peso irreal que sus cuerpos o hábitos de vida claramente rechazan pero que, por culpa de la presión social y mediática, son los que les imponen tener.

Casos tan palpables como el de Mariah Carey y su eterna lucha contra los kilos o, sin irnos tan lejos, el reciente caso de Rocío Flores que desde que saltó a la fama ha ido perdiendo kilos y haciéndose operaciones estéticas para evitar el odio y la gordofobia.

Un cuerpo gordo en nuestra sociedad, no gusta, es humillado y repudiado pero, ojo, que el bodyshaming también afecta a las mujeres “demasiado” delgadas para el canon general establecido, sí, ese mismo canon que hace que tantas personas padezcan trastornos de la conducta alimenticia.

Si bien en los años noventa la delgadez extrema de Kate Moss o Claudia Schiffer eran el cuerpo perfecto de cara a la industria de la moda, ahora eso ya es historia y se llevan las Kardashian, mujeres con cuerpos extremadamente estrechos en el costillar y la cintura, pero con un enorme trasero y piernas de muslo ancho.

Si Tania Medina hubiese estado en los años noventa, la estarían idolatrando pero le ha tocado la época de los culos grandes y por eso está siendo víctima de ‘hate’ online por, según le dicen “promocionar la extrema delgadez”.

Es evidente que por criticar, nunca faltará, pero me parece injusto que cuando se critica a una chica normativa como Tania no se le dé el mismo valor que cuando se critica a cualquier otra mujer con sobrepeso. Es una especie de “a ti te critican, pero no te quejes que a las gordas más” y la postura más ética es acabar con el odio y las críticas a cuerpos ajenos sean del peso que sean.

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Criticar a Tania carece de sentido, primero porque ella no hace apología de ningún tipo de cuerpo como ‘role model’ sino que ella exhibe el suyo, es decir, lo habita y simplemente existe en él, sin más.

Medina es de complexión delgada y eso es inevitable, les guste o no a sus haters. Pero es que además acosarla y criticarla cuando acaba de volver de dos meses en Honduras pasando hambre a diario en el reality show ‘Supervivientes’ me parece un tremendo sinsentido.

Ella ya iba delgada, porque así es, y allí ha perdido ocho kilos así que, obviamente ha bajado de peso y es natural. Además está en seguimiento médico por fuertes problemas gastrointestinales que muchos supervivientes viven al regresar a España y, por lo tanto, no puede ponerse a comer como una loca sino que debe seguir la dieta de Honduras, pero añadiendo poco a poco cantidades y nuevos alimentos.

Tania ha expresado el dolor del odio recibido: “Primero porque cada cuerpo es un mundo, segundo porque estoy muy mala de la tripa y estoy comiendo prácticamente, no lo mismo que comía allí, pero muy parecido. Arroz con pollo, arroz con pescado, pan blanco y muy pocas cantidades aunque sean muchas veces al día”.

Y añade: “Entonces no puedo recuperar mi peso. No paran de decirme que si estoy anoréxica, que si tengo un cuerpo feo, que deje de subir fotos porque no puedo salir tan delgada y promover eso”.

Es bastante triste ver a una chica tener que justificarse, explicando su condición médica incluso, ante desconocidos que se dedican a intentar hundirla y eso pasa con muchas mujeres a diario. Sí es innegable que la gordofobia impera mucho más en la sociedad que el bodyshaming a chicas normativas pero, desgraciadamente, ninguna nos salvamos del odio y la presión.

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