Tato Young habló de las alucinaciones que sufrió durante su internación y de su “reencuentro” con la realidad: “Estuve en la oscuridad un tiempo”

Tato Young habló de las alucinaciones que sufrió durante su internación y de su “reencuentro” con la realidad: “Estuve en la oscuridad un tiempo”
Tato Young habló de las alucinaciones que sufrió durante su internación y de su “reencuentro” con la realidad: “Estuve en la oscuridad un tiempo” - Créditos: @Mariana Roveda

Después de sufrir un aneurisma el 18 de septiembre pasado, de estar 62 días internado, y de volver a su casa hace apenas un mes, Tato Young es optimista y mira hacia el futuro. En febrero regresará a la conducción de Volviendo a casa, de lunes a viernes de 19 a 21 por Radio Mitre y tiene otros proyectos que se propuso tomar con calma. Todavía le quedan por delante algunas semanas de rehabilitación física y cognitiva porque, aunque no tiene secuelas, aún no recuperó la memoria inmediata . “Sé quién es San Martín y puedo hablar de él, pero quizá lo diga dos veces porque de la primera, me olvido”, resume.

El periodista, de 53 años, conversó con LA NACIÓN sobre lo que sintió durante la internación, las alucinaciones que tuvo, la angustia de sus tres hijos y el aprendizaje que le deja esta experiencia. “Voy a ir de a poco. Me queda enero para ver cómo termino de reinsertarme en la vida cotidiana. Tengo ganas de hacer muchas cosas, quiero vivir, generar, estar en contacto con la gente, de habitar la vida. Estuve en la oscuridad un tiempo y quiero vivir . Tengo proyectos que voy a manejar con calma porque no puedo lanzarme a hacer todo ya. Pero tengo ganas de vivir”, dice muy a conciencia. “Faltan cerrar detalles con la radio, pero tengo muchas ganas de volver y de hacer mejor lo que hacía y de transmitir lo que viví porque mucha gente le tiene miedo a la muerte, está internada, sufre y quiero acompañarlos”.

-¿Con qué aprendizaje te quedás?

-Estaba muy colapsado evidentemente. Se me desató un aneurisma que tenía desde que nací; era innato. Mucha gente lo tiene y no le pasa nada, pero a mí se me estalló y eso ocurre por determinadas situaciones. Y yo venía muy mal dormido, muy estresado, a 200 kilómetros por hora y el cuerpo reaccionó así . Lo curioso es que el mismo cuerpo después me salvó, porque logró sortear la operación, el aneurisma y mucha gente no sobrevive a eso o quedan secuelas.

Tato Young:
Tato Young: "No me quedaron secuelas más que la pérdida de memoria reciente, y eso es lo que estoy rehabilitando. Soy un agradecido porque el cuerpo pudo responderme, aunque a un costo muy alto" - Créditos: @Rodrigo Néspolo

-¿Y a vos te quedaron secuelas?

-No me quedaron secuelas más que la pérdida de memoria reciente, y eso es lo que estoy rehabilitando. Soy un agradecido porque el cuerpo pudo responderme, aunque a un costo muy alto .

-¿Tuviste miedos mientras estabas internado?

-No. Es muy curioso porque tuve un período de cinco o seis semanas que fue el más crítico y en el que yo no estaba. Porque estaba viajando por el espacio, corriendo carreras de Fórmula 1, jugando al fútbol en River… Haciendo otras cosas. No sufrí nada en ese momento y eso que fue el más duro. El cerebro acomoda las cosas de una manera increíble para protegerte, genera drogas propias, además de las que te dan en la clínica. Pero no sufrí nada, sino que fue un viaje por mi cabeza .

-¿Recordás algo de esa etapa que describís?

-Recuerdo lo que yo veía en mi cabeza y que no era lo que veían los médicos, ni mis familiares, ni mis amigos que me iban a visitar y hablaban conmigo, pero yo hablaba de las cosas que veía. Viajaba por el mundo, por el espacio, estaba como en un rompecabezas. Después hubo un segundo período en el que me fui despertando y sintiendo dolores que antes no sentía . Fue un despertar que todavía estoy transitando, en la etapa final. Fueron 62 días de internación, en total. Y ahora me estoy adaptando a la vida cotidiana, intentando acomodarme a la vida que tenía antes… O mejor dicho a la vida que quiero tener ahora.

-¿Y cómo es esa vida? ¿Qué cambios necesitás hacer?

-Necesito bajar el nivel de estrés y de locura en el que trabajaba, no amargarme por pavadas, concentrarme en las cosas lindas, en los afectos, en mis hijos, en lo que me da alegría y disfruto. Y no dejarme arrastrar por los deseos y exigencias de otros. Me quiero enfocar en vivir y pasarla bien, básicamente.

-¿Cómo es volver a casa, reencontrarte con tus hijos y tu familia?

-Fue un proceso shockeante. Un viaje al espacio en algún momento, y una bajada a tierra. Fue como un despertar, una transición conmovedora porque todos mis seres queridos estaban muy asustados. Pensaron que iba a morirme y de golpe me vieron volver y me sobreprotegen , y en un momento necesité estar solo en casa porque a veces tanto afecto pesa (risas). Por suerte ya estoy en la última etapa. Mis afectos fueron fundamentales, mis amigos estuvieron al pie de la cama, como mis hijos. Por supuesto ya hay reproches porque no todo es alegría y afecto (risas). Soy un agradecido porque todo salió bien. Y también recibí mucho afecto de los oyentes, de la gente. En el trabajo discuto y no soy nada dócil, a veces soy polémico, me meto en líos y, sin embargo, todo fue amor . Es una alegría enorme.

-De alguna manera, ¿sentís que es un volver a nacer?

-Claro. Yo no le tuve miedo a la muerte, pero sí al dolor físico cuando empecé a volver, porque es muy angustiante. Después mis hijos me reprochaban, y les contaba que para mí la muerte es simplemente apagarse. Nada más. Y en un momento dado, cuando alucinaba por las drogas y la crisis que vivía, veía el latir de mi corazón y otras cosas. Mis amigos me cargaban diciendo que era el nuevo Víctor Sueiro, pero yo no vi la luz (risas).

"Recibí mucho afecto de los oyentes, de la gente. En el trabajo discuto y no soy nada dócil, a veces soy polémico, me meto en líos y, sin embargo, todo fue amor. Es una alegría enorme", asegura el periodista
"Recibí mucho afecto de los oyentes, de la gente. En el trabajo discuto y no soy nada dócil, a veces soy polémico, me meto en líos y, sin embargo, todo fue amor. Es una alegría enorme", asegura el periodista

-¿Y qué viste?

-Alucinaba, tenía visiones, deliraba. Veía mi corazón y hasta podía tocarlo. Es como un sueño, largo y más profundo. Hasta que volví a la realidad y ahora espero valorar la vida más que antes. Y deseo que lo que me sucedió me sirva y pueda transmitirlo para que otra gente que lo necesite, lo capitalice. Fue una experiencia muy poderosa y muy valiosa también porque descubrí cuánta gente me quiere y me acompaña. Y, de alguna manera, también profundizás en el conocimiento humano, en lo que somos. Lo peor fue el dolor físico y de mis seres queridos, porque cuando me desperté vi a mis hijos angustiados y a mi mamá llorando.

-¿Sos una persona creyente?

-No, y tampoco lo soy ahora.

-Sos un periodista que trabaja con noticias de actualidad, ¿cómo es volver a empaparte del día a día?

-En eso estoy, de a poco me voy empapando con la realidad. Al principio todo me parecía ridículo y no entendía por qué se preocupaban por un senador que se había ido a Paraguay con 200 mil dólares. Me parecía todo muy chiquito porque yo había vivido una aventura imposible. Ya me estoy adaptando a lo cotidiano que siempre es muy interesante. Y en definitiva, la felicidad tiene que ver con los pequeños momentos.