Taylor Swift, en medio de una gira arrolladora, lanza una versión aggiornada de su disco más personal
Taylor Swift. Álbum: Speak Now (Taylor’s Version). Canciones: “Mine”, “Sparks Fly”, “Back to December”, “Speak Now”, “Dear John”, “Mean”, “The Story of Us”, “Never Grow Up”, “Enchanted”, “Better than Revenge”, “Innocent”, “Haunted”, “Last Kiss”, “Long Live”, “Ours”, “Superman”, “Electric Touch” (con Fall Out Boy), “When Emma Falls in Love”, “I Can See You”, “Castles Crumbling” (con Hayley Williams), “Foolish One”, “Timeless”. Edición: Universal Music. Nuestra opinión: muy bueno.
Desde que Taylor Swift comenzó con el proceso de regrabación de los discos que, en su momento, editó con el sello Big Red Machine, que su postura es clara: reclamar lo que le pertenece, ser la dueña de su trabajo y, al mismo tiempo, orquestar un acontecimiento global alrededor de cada una de esas “Taylor’s Versions” (”Versiones de Taylor”) . Si bien con Fearless (Taylor’s Version), en abril de 2021, el impacto fue ineludible fruto del estatus indiscutido de estrella de la artista, esa vuelta al pasado se sintió más completa con el lanzamiento de Red (Taylor’s Version), que Swift editó en noviembre del mismo año.
Con esa regrabación de un álbum con el que ya estaba coqueteando con el pop y alejándose, aunque tímidamente, de la escena country (la explosión se produjo con 1989), la cantante y compositora no solo propuso un ejercicio nostálgico, sino que también logró concretar objetivos que, en su momento, simplemente no parecían tan evidentes para ella. Así, una de las canciones favoritas de sus fanáticos, “All Too Well”, tuvo su versión extendida de 10 minutos y un cortometraje escrito y dirigido por la propia Swift con el que le brindó una masividad a un tema que, en el Red original, no había sido prioritario. Luego, llegó el fenómeno Midnights , su trabajo discográfico más exitoso hasta la fecha (una verdadera hazaña si tenemos en cuenta que es su décima producción, etapa en la que muchos artistas no pueden volver al esplendor de otras épocas) , y la monumental gira The Eras que la traerá a la Argentina el 9, 10 y 11 de noviembre, cuando se presente en la cancha de River Plate.
En una de esas paradas del tour fue en donde Taylor anunció el lanzamiento de esta tercera regrabación, una en la que esa necesidad de la artista por recuperar lo perdido adquiere otra tesitura cuando recordamos que se trata del único álbum de toda su carrera en ser escrito enteramente por ella, sin coautores en ninguna de las composiciones. “Las canciones que surgieron en ese momento de mi vida, entre mis 18 y mis 20, estuvieron marcadas por honestidad brutal y confesiones catárticas sin filtro”, expresó Swift sobre el que fuera su tercer disco, uno editado en ese momento tan particular después del arrollador éxito de Fearless con el que se llevó el Grammy a mejor álbum del año (el primero de los tres galardones recibidos en esa categoría), uno en el que ya estaba presente el germen de Red.
Lo que estaba latente era la búsqueda de un interlocutor con quien poder compartir situaciones signadas por el disfrute, el padecimiento, la gloria y la caída , todo lo que conlleva el vivir las cosas sin medias tintas, precisamente el leitmotiv de un disco en el que, desde su título, ya se alude a lo significativo de poner las cosas en palabras (y en lo que se conecta con Fearless). Por lo tanto, esa catarsis a la que su factótum hace referencia regresa trece años después, con los cambios lógicos de este camino de reencuentro con sus propios trabajos.
Lo que inevitablemente se pierde en este relanzamiento -producido por Swift junto a su trifecta de colaboradores, Jack Antonoff, Christopher Rowe, y Aaron Dessner- es la esencia country en determinadas canciones, como el caso de “Mine” y “Mean”, lo que termina siendo contrarrestado por la forma en la que la artista eleva otros temas, como “Haunted”, “Innocent”, “The Story of Us”, y “Enchanted”. En cuanto a esta última, se trata de la única canción que interpreta de Speak Now en el setlist fijo de su gira, y que llegó a una nueva camada de fans de la artista por ese rasgo atemporal que tiene y que, también, atraviesa otros temas, como “Back to December” y “Last Kiss”, en las que se percibe su crecimiento vocal pero también nuevos arreglos. Esta es una bienvenida decisión de Swift, quien sabe que sus canciones no pierden vigor y, en consecuencia, se permite certeramente faltarles un poco el respeto, como si estuviera concibiendo futuros clásicos con los primeros como base.
Por lo tanto, si bien cedió a la corrección política en la reescritura de una polémica frase del tema “Better Than Revenge” -a fin de cuentas, deberíamos seguir escuchando el disco bajo la premisa de que fue compuesto por una adolescente herida y sin esa deconstrucción que fue llegando con el tiempo-, ese cambio también es una forma de adelantar que, al ir recuperando sus discos (todavía resta su álbum debut, 1989 y Reputation), la transformación será parte del recorrido.
Lo que prevalece, con excepción de los casos citados, es la esencia de Speak Now, ese torbellino en el que todas las emociones se desbordan, como también lo notamos en los temas “de la bóveda” , “Castles Crumbling” con Hayley Williams de Paramore (un tema que se hermana con “Nothing New” de Red TV, interpretado en ese caso junto a Phoebe Bridgers) y “Electric Touch” junto a Fall Out Boy, colegas que marcaron a Swift en el momento de componer su disco en 2010.
Asimismo, en “When Emma Falls in Love” se produce una suerte de comeback a su primer disco, y en “Timeless” se recupera la figura de Marjorie, abuela de Taylor, la cantante de ópera a la que le dedicó un tema en Evermore y cuya historia de amor aquí plasma en un nostálgico cierre a una regrabación más lograda que la de Fearless, más contundente. A Swift se la nota particularmente más poderosa al interpretar “Long Live”, y los motivos son claros: esa canción escrita para sus fanáticos se originó hace más de trece años, cuando la artista pedía ser acompañada por sus oyentes en cada paso de su carrera. El deseo se le cumplió y “Long Live”, con esa búsqueda de lo perenne, del ser recordado, expone la vigencia de su compositora, quien transformó ese tema en un himno sobre la experiencia colectiva.