¿Te lo ha pedido? ¡Genial! Pero (antes de mudarte) mira lo que le pasa a tus pies

Dar el paso de irse a vivir con nuestro amado o amada es sumamente emocionante e importante para el devenir de una relación pero, ¿sabes cómo afecta a tu salud?

La zona del cuerpo que más bacterias comparten las parejas son los pies.
La zona del cuerpo que más bacterias comparten las parejas son los pies.

Desde el momento en que cruzáis el umbral para instalaros en vuestro nidito de amor, todo va a cambiar. Dormir bajo el mismo techo supone ceder y adaptarte a las costumbres de tu pareja. Y es que la convivencia nos transforma y saca a relucir lo bueno, lo malo y lo peor de cada persona. Una auténtica prueba de fuego hasta para los novios más empalagosos y enamorados del mundo. Pero dejando a un lado el tema sentimental, cuando vivimos en pareja se produce un cambio significativo, aunque no se perciba.

Cuando vivimos en pareja se producen cambios en nuestro cuerpo, que no somos capaces de notar. Por ejemplo, hay un gran intercambio de microbios. Y esto, según afirma un equipo de investigadores de la Universidad de Waterloo en Ontario (Canadá), provoca que nuestro perfil microbiano cambie.

Al compartir espacios como la cama o el baño y la cocina, podemos intercambiar gérmenes con nuestras parejas de manera imperceptible.

En el estudio, publicado en MSystems, una revista de la Sociedad Americana de Microbiología, los expertos encontraron que cada persona de la relación influyó significativamente en las comunidades microbianas de la piel de su pareja.

Usando datos microbianos, varios algoritmos informáticos fueron capaces de emparejar a los enamorados con un 86 por ciento de precisión. De todos esos datos, la parte del cuerpo en la que más se producía un intercambio de bacterias de la piel fueron… los pies.

El sistema inmunológico se ‘resiente’ cuando pasamos a compartir nuestro hogar con otra persona.
El sistema inmunológico se ‘resiente’ cuando pasamos a compartir nuestro hogar con otra persona.

¿El motivo? Que las parejas caminan descalzas sobre las mismas superficies de la casa, por lo que es más fácil transferir bacterias entre ellos mismos y su entorno inmediato.

“Te duchas y caminas descalzo en el mismo suelo, y este proceso probablemente sirve como una forma eficaz de intercambio microbiano con la pareja, y también con la propia casa”, comenta Josh Neufeld, líder del trabajo.

Para demostrarlo, los expertos analizaron un total de 340 muestras de piel de 10 parejas heterosexuales que actualmente viven en la misma casa, con el fin de observar la influencia que la convivencia tenía en la piel de una pareja íntima. Las muestras se recogieron de 17 sitios en todo el cuerpo, incluyendo el ombligo, las axilas y las fosas nasales.

Sin embargo, no nos mimetizamos completamente con nuestra pareja y no todas las áreas de la piel comparten el mismo microbioma en la pareja. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que las comunidades de microbios recogidas en los muslos eran más parecidas entre las personas del mismo sexo que las que vivían juntas. Esto podría estar relacionado con el hecho de que las bacterias en el interior de los muslos femeninos están influenciadas por el microbioma vaginal.

Los microbiomas son únicos pero, al mismo tiempo, son fácilmente influenciables. La dieta, el ambiente, e incluso un simple encuentro casual, pueden afectar el microbioma, por lo que no es sorprendente compartir cama con alguien y tener sus bacterias en la piel, ya que esta convivencia afecta a la composición del propio perfil microbiano.

Según los investigadores, los principales factores que afectan la microbiota cutánea son la ubicación de la piel, el sexo biológico, la ubicación geográfica, la etnicidad, la profundidad de la piel, los antibióticos, los cosméticos, la edad y la salud. Las prácticas de higiene también influyen, como el uso de lociones y jabones.

“Aunque se confirma que los dos factores dominantes que influyen en el microbioma de la piel son la individualidad y la ubicación del cuerpo; la cohabitación se asoció significativamente con la composición de la comunidad microbiana”, señala el estudio.

Pero, ¡tranquilos! Que la mayoría de las bacterias en la piel son inofensivas y beneficiosas. “La gran mayoría de las bacterias que colonizan nuestro cuerpo son beneficiosas o por lo menos neutrales, muchas de ellas producen vitaminas en el intestino, muchas patrullan y evitan que las malas bacterias nos colonicen. Por eso es importante conservarlas, quien se baña frecuentemente está eliminando las bacterias buenas de la piel”, concluyen los autores.

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