Pero... ¿te lo pondrías?
Hablaron de la óptica. Dieron a conocer las especificaciones informáticas. Mencionaron el “vidrio lenticular”, la “nueva plataforma de computación espacial” y la “aleación de aluminio” empleada en el “elemento estructural principal”.
No obstante, lo único sobre lo que Tim Cook, el director ejecutivo de Apple, y Mike Rockwell, el vicepresidente de realidad aumentada y realidad virtual, así como el resto de los ejecutivos de Apple involucrados en la presentación del nuevo Vision Pro de Apple, el visor de realidad aumentada desde hace mucho tiempo esperado, no comentaron fue la apariencia verdadera del dispositivo.
No obstante, si quieren que la gente crea que “cambiará la forma en la que concebimos la tecnología y el papel que desempeña en nuestra vida”, como mencionó Cook durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple, cómo nos veremos cuando lo tengamos puesto es importante. Después de todo, de lo que están hablando no es solo algo que podrías usar todos los días. Es, también, algo que para usarlo, tienes que ponértelo todos los días. Además, no solo ponértelo, sino ponértelo en la cara.
Ese es un acto increíblemente personal, que no se trata solo de interactuar con la tecnología, sino de interactuar con el mundo a nuestro alrededor. Se trata de los mensajes que enviamos a otros sobre quiénes somos y lo que consideramos valioso, así como los juicios que otros hacen sobre nosotros a cambio. Sabemos a partir de la experiencia de usar cubrebocas para combatir la COVID que cualquier objeto que cubra parte de una cara es un artículo que se convierte en un pararrayos emocional.
Así que, ¿qué dice sobre quien lo porta el Vision Pro de Apple, que muchos espectadores comentaron que se ve como unas gafas de esquí grises y negras bastante elegantes con una banda de tela impresa en 3D que rodea la cabeza?
Tal vez, soy un maestro supergenial del eslalon de sillón de una tierra muy muy lejana. O una especie evolucionada de hormiga alienígena.
La verdad es, es un poco difícil saber (no solo porque lo estoy evaluando desde muy lejos, sino porque ninguna de las personas involucradas en la demostración del Vision Pro modeló el visor). Ni Cook ni Bob Iger, el director ejecutivo de The Walt Disney Company, quien sorprendió al público con una aparición para anunciar un acuerdo para mostrar contenido de Disney en el visor, o Rockwell. Lo que plantea una interrogante: ¿por qué no se lo pusieron?
Quizás les preocupaba que se verían tontos. (El visor tiene una desafortunada cola como de ratón que cuelga de una oreja, que es el cable que se econecta en el paquete de baterías). También es posible que les inquietara que las imágenes de ellos luciendo ridículos en su producto nuevo serían convertidas en memes y que... Bueno, ya saben lo que pasa después. ¡Burlas en redes sociales!
Por supuesto, hubo fotografías del visor en las que lucía muy elegante contra un fondo negro. Hubo un video bonito de una variedad de individuos felices usando el producto en la comodidad de sus hogares inmaculados con tintes rosas y habitaciones de hotel anónimas.
No obstante, la falta de una persona real caminando por el escenario en Cupertino, California, usando el producto fue una omisión notable. También lo fue el hecho de que nadie habló sobre el diseño excepto en términos de su funcionalidad y el hecho de que el dispositivo permite que otros vean los ojos de quien lo porta, un verdadero avance en el mundo del estilo de los visores. (Tampoco pronunciaron la palabra “ponibles”).
Aun así, si alguna empresa debe saber lo importante que es la estética para transformar una pieza de tecnología en un accesorio para toda la vida, esa es Apple. Eso siempre ha sido parte de su distintivo, comenzando con la iMac en sus muchos colores. Así fue como el iPod y el iPhone pasaron de bienes de consumo a símbolos de buen gusto e identidad. Con sus esquinas redondeadas y líneas delicadas, se veían tan bien; tan elegantes y geniales. Generaron deseo, como lo hace un gran bolso, incluso antes de tomar en cuenta la utilidad.
Al hacer que el visor Vision Pro luzca como antiparras, Apple está entrando en las aguas poco profundas de estereotipos preexistentes, clichés de personalidad e historia. Elegimos anteojos por todo tipo de razones: para lucir inteligentes, geniales, glamurosos; parecernos a Gloria Steinem, Jack Nicholson o John Lennon. Sobre todo, para demostrar nuestra individualidad. Y andar con la mitad de la cara cubierta por vidrio, sin importar lo adornada que esté la pantalla, es importante solo para los extraterrestres. (Por otro lado, si en secreto albergas fantasías de parecerte a la esquiadora acrobática Eileen Gu, esto puede ser para ti).
Para ser justos, tal vez eso cambiará. Quizá para cuando el visor llegue a las tiendas el próximo año, con un precio de alrededor de 3500 dólares, las correas para la cabeza estarán disponibles en una variedad de colores y materiales y el dispositivo en sí vendrá en un tono diferente, lo que nos permitirá de alguna forma expresarnos. A lo mejor será posible personalizar el visor (eso sería divertido) o agregar calcomanías o decorar el cable. Apple, de manera evidente, ha trabajado mucho en el ajuste, con todo tipo de componentes ajustables, lo cual dice algo. Y pesa solo alrededor de medio kilogramo.
Tal vez Apple esté apostando a que, en última instancia, el atractivo tecnológico triunfará sobre la moda, aunque su experiencia con el reloj indicaría que es una suposición incorrecta. O, tal vez, como el reloj, este es un reconocimiento de que el diseño, cuando se trata de Apple, ahora es una consideración secundaria. Jony Ive, el hombre que, junto con Steve Jobs, fue el principal responsable de establecer su lenguaje de estilo, dejó la empresa en 2019.
Eso también puede explicar por qué el gran video de presentación del Vision Pro mostraba a personas que usaban el visor cuando estaban solos o, en todo caso, con sus familiares alrededor, en lugar de en cualquier tipo de espacio público. (Está bien, una persona estaba en un avión, aunque podría decirse que ese es un lugar donde quieres fingir que no hay nadie más a tu alrededor).
Porque el hecho es que, aunque nadie quiere verse como una víctima de la moda, tampoco nadie quiere verse como una víctima de la moda en la tecnología.
c.2023 The New York Times Company