Yahoo Estilo ¿Te quedan unos días libres y nadie puede viajar contigo? ¡Vete tú!
Viajar solo es una de esas experiencias que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en la vida. Salir a descubrir mundo en solitario tiene un sinfín de beneficios como reducir el estrés y la ansiedad
Para algunas personas estar solas supone una situación complicada, sobre todo en unas fechas tan señaladas como las que empezamos a atisbar en el horizonte. Pero con una actitud positiva y confianza en uno mismo nos podemos poner el mundo por montera.
¿Por qué no aprovechar los días que te quedan para recorrer esos lugares soñados a los que todavía no has podido ir? Da igual que tengas pareja o no, que a tus amigos les toque currar o que te vayas a saltar una de las enésimas cenas o comidas navideñas, ¡carpe diem!
Romper con lo establecido y hacer algo diferente a lo habitual puede ser justo lo que necesitas. Pasar unos días a solas en un sitio lejano te servirá para dejar atrás la frustración y la baja autoestima por no cumplir con las expectativas que nos marca la sociedad. De hecho, viajar sola modificará tu forma de ver y sentir las cosas; también te ayudará a relativizar el concepto de familia y el de soledad.
Podrás estimular la mente observando nuevos entornos y mejorar tus habilidades sociales conociendo diferentes personas y culturas. Además, como te decía, esos ratos a solas nos invitan al autodescubrimiento. Ese viaje puede ser un punto de inflexión para descubrirnos a nosotros mismos, valorar dónde estamos y decidir dónde queremos ir.
Otros grandes beneficios de viajar solo:
Conócete a ti mismo
Viajar se puede convertir en la mejor vivencia para conocernos y afrontar con mayor motivación nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo. Aprender a disfrutar de los momentos en soledad es esencial para escucharnos, pasar tiempo con nosotros mismos y entender nuestros pensamientos.
Crecimiento personal
Emprender un viaje en solitario puede llevarnos a plantearnos dudas o aspectos de nuestras vidas que no habíamos considerado hasta ahora… Haciendo caso al refrán “viajar es el único gasto que nos hace más ricos” podemos aprovechar la oportunidad de enfrentar nuevos desafíos, lo que nos lleva a un crecimiento personal.
Conoce otras personas y culturas
Es posible viajar en solitario y no sentirse solo en ningún momento. Y es que, cuando viajamos sin compañía, mejora nuestra habilidad social, estando más abiertos a conocer gente y nuevas culturas ampliando así nuestro círculo. Además, hoy en día, existen un gran número de aplicaciones o webs para apuntarte a tours guiados o actividades en el destino que te ayudarán a socializar con otros viajeros como tú.
Improvisa, tú tomas las decisiones
Decidir, cambiar de opinión y volver a decidir. Viajar en solitario te permite ser más flexible con los días de ida y regreso, encontrando las opciones más adecuadas a tu presupuesto para viajar a esa ciudad que tanto deseas visitar. Una vez en destino, podrás improvisar y planificar el itinerario del viaje según tus necesidades e intereses.
Aprovecha los momentos de ocio
Disfruta del silencio y ¡da rienda suelta a tu imaginación! Descubre nuevos hobbies como la fotografía, escucha tu grupo de música favorito, degusta un dulce en un café o, simplemente, aprovecha el trayecto para empezar a leer un buen libro o disfrutar del entretenimiento a bordo.
Por cierto, según Traveler, las mejores ciudades para visitar sin compañía son: Bangkok, Dublín, Reikiavik o Melbourne, entre otras.
Y si quieres disfrutar del viaje de una manera fácil y asequible puedes investigar entre las propuestas de LEVEL, la nueva marca de aerolínea de bajo coste y largo radio de IAG (International Airlines Group), ¿la conoces? Inició sus rutas el pasado mes de junio conectando Barcelona con algunos de los mejores destinos del planeta.
Recientemente acabar de añadir ciudad de San Francisco, uno destino perfecto para vivir esta experiencia. Una vez allí podrás disfrutar de las maravillosas vistas del Golden Gate Bridge, dar una vuelta en tranvía, caminar por sus empinadas calles, como Lombard Street, o pasear por Fisherman’s Wharf. ¿Te animas?
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