Lo de Telecinco con Toñi Moreno parece ya el día de la marmota

Toñi Moreno es una de las mejores comunicadoras de nuestra televisión. Nadie puede dudar que la catalana más andaluza (o viceversa) tiene una versatilidad enorme a la hora de hacer programas de entretenimiento, y lo mismo vale para un reality que para un magacín, o un programa de sorpresas. Cuando desembarcó en Mediaset, muchos esperábamos que tuviese una gran proyección, pero lo cierto es que en el último lustro no han dejado de meterle palos en las ruedas, y su vida profesional parece ya el día de la marmota. Siempre se repiten las trastadas, los afeamientos, los desplantes, como si estuviese inmersa en un bucle infinito de infortunios.

Desde hace escasamente un mes, Toñi presenta el espacio Déjate querer, sucesor de Hay una cosa que te quiero deciro Volverte a ver. Un programa donde las sorpresas y las emociones son el factor clave, y a Moreno esto le va como un guante, porque es una presentadora llena de empatía, que escucha al que tiene enfrente, siente como él y se emociona tanto o más que sus invitados.

Toñi Moreno con Marc Batra en 'Déjate querer' (Mediaset)
Toñi Moreno con Marc Batra en 'Déjate querer' (Mediaset)

El programa nació herido. El primer día tuvo de invitado a Nacho Palau, pero no fue estrenado hasta que la expareja de Miguel Bosé había saltado del avión de Supervivientes, cuando ya había roto su anonimato. La entrevista de Toñi era un valor muy interesante para una primera entrega, pero que Nacho estuviese un jueves en Honduras y el viernes en el plató de Mediaset rompía la magia y el interés. Ya no interesaba, no había novedad, sino repetición.

En su primera noche, Déjate querer marcó un discreto 11,3% de la audiencia, con 1,1 millones de espectadores. Un dato insuficiente, pues se quedó a cuatro puntos menos que su inmediato rival, El Desafío, de Antena 3, que entonces celebraba su primera semifinal. Aunque en su segunda semana subió algo, su media resultaba inferior a la de la cadena, y por ello, la noche del 20 de mayo Telecinco decidió retrasar su hora de emisión y ofrecer antes una gala exprés de Supervivientes en la que se llevaban a cabo las nominaciones. Desde entonces, Déjate querercomenzó a verse a las 23:00 horas, pues Supervivientes llegó al viernes para quedarse, pero ahora la cosa va a más.

Según rezan las promociones, este viernes Déjate quererno empezará hasta las 23:30, un horario muy poco atractivo para el público. Supervivientes alarga así su duración en la noche del viernes, y recorta parte de la gala del jueves, entendemos con la promesa de dar nuevos y jugosos contenidos, más allá de las votaciones.

Con esta estrategia, Déjate querer terminará a las 2:00 de la madrugada, y eso servirá a la cadena para inflar su cuota de pantalla; su principal competidor es La Voz Kids acaba a las 00:20 horas, y así es más probable que se aumente su cuota de pantalla, aunque pierda miles de espectadores. Al fin y al cabo, lo que interesa es el porcentaje de espectadores que esté frente a la pantalla para poder anunciar que se gana o pierde un mes de audiencias.

En cualquier caso, no demuestra mucho cariño hacia Toñi Moreno que el programa empiece tan tarde, pues no es una hora sencilla para engancharse a un programa de sorpresas y testimonios, por mucha calidad que tenga o por muy interesantes que puedan resultar sus invitados.

Este desplante se suma a otros tantos que Toñi ha ido viviendo a lo largo de los cinco años que lleva en Telecinco. Recordemos que ella levantó el formato Viva la vida, que fue heredero de la franja de ¡Qué tiempo tan feliz! Un año y medio después, Telecinco decidió que Viva la vida lo presentase Emma García, y que Toñi pasase a Mujeres y hombres y viceversa, donde en principio, no encajaba. Ella demostró entonces ser una leona de la comunicación, y defendió aquel dating show con uñas y dientes, hasta que la pandemia cambió el mundo y la televisión tal y como lo conocíamos.

Desde entonces Toñi ha sido un comodín. Volvía a Viva la vida por las vacaciones de Emma García, presentaba algún especial en prime time cuando no había nada mejor para ofrecer…

Cuando a inicios de este 2022 se estrenó la edición de anónimos de Secret Story, Toñi se convirtió en la presentadora de las galas de los domingos. Volvió a demostrar su valía en entregas complicadas, como aquella en la que entrevistó a Kenny, el concursante que decidió abandonar y al que, con mucha prudencia y elegancia, puso en su lugar. Pero como las audiencias no eran brillantes, aquel Secret Story: La noche de los secretos fue retirado justo antes de la final, y su hueco lo ocupó una reposición cinematográfica.

Así, toda la trayectoria de Toñi Moreno podría parecer, como decíamos, el día de la marmota, como en aquella película de Bill Murray, Atrapado en el tiempo, en el que se sucedían los mismos hechos una y otra vez, por más que se intenten evitar. Esperemos que, más pronto que tarde, Telecinco le dé un buen lugar a Moreno, y pueda seguir haciendo programas de televisión como sol ella sabe hacerlo.

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