La televisión española no está prestando atención a un filón vecino

Carteles promocionales de 'A Única Mulher' y 'Ouro verde'
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Por Miguel Ángel Pizarro.- Fue en enero de 2018 cuando Nova se atrevió a estrenar la primera telenovela turca que se vio en España, Fatmagül. Desde entonces, el fenómeno por las producciones otomanas no ha dejado de crecer. Tal ha sido la sensación que causan estas ficciones, que Antena 3 se atrevió en julio de 2020 a estrenar Mujer en su prime time, con resultados magníficos y provocando que los éxitos más recientes de la industria turca desembarcasen en las noches de la cadena principal de Atresmedia.

Desde entonces, Mi hija, Inocentes, Infiel, Hermanos y Secretos de familia se han convertido en sus sucesoras en el prime time de Antena 3. Las dos últimas mencionadas reinan en las noches de los lunes, los martes y los domingos. Por otro lado, la cadena tiene en emisión, desde julio de 2021, Tierra amarga, que, a pesar de sus altibajos, ha logrado poner contra las cuerdas a Sálvame.

No podemos negar que la pasión turca está muy presente en la televisión española, no solo en Atresmedia, sino también en Mediaset, que tuvo Love Is in the Air en prime time en Telecinco y con títulos como Kara Sevda, En el corazón de la ciudad o Zeynep, buscando a su padre triunfando en Divinity. Sin embargo, eso no impide que miremos más allá y sintamos que la televisión española debería abrir fronteras y ver que el formato de las telenovelas no solo ha evolucionado mucho en los últimos años, sino que hay países que lo han perfeccionado, ofreciendo títulos de calidad y que gozan de prestigio internacional.

En ese sentido, España tiene justo de país vecino a toda una potencia de las telenovelas: Portugal. El principal fuerte de producción audiovisual lusa son las telenovelas, que se ven principalmente en prime time. De hecho, canales como TVI o SIC han exportado varios de sus títulos como Amor sin límites, Luna negra o La única mujer.

Es más, la producción portuguesa de telenovelas ha obtenido también el aplauso de la crítica. Tres de sus producciones obtuvieron el Emmy Internacional a la mejor telenovela, Meu Amor, Lazos de sangre y Oro verde, las dos últimas también éxitos de audiencia en mercados internacionales, con su emisión en países iberoamericanos como México, Chile o Colombia.

Sus tramas no difieren mucho de las turcas, aunque hay grandes diferencias en lo referente a la representación del rol de los personajes femeninos y en cuestiones como el matrimonio, las relaciones sentimentales o la representación del colectivo LGBT. Por ejemplo, El beso del escorpión y La heredera gitana contaron con subtramas con personajes gais, algo impensable en las telenovelas otomanas(como bien pudo verse con que Netflix tuviera que llevarse la producción de Si lo hubiera sabido a España debido a la prohibición del gobierno turco de que hubiera un personaje gay).

Dado que su repercusión internacional es notable, con presencia en territorio latinoamericano, donde se han doblado al español neutro; me cuesta creer que ninguna cadena española haya querido atreverse a traer un catálogo tan extenso, especialmente, porque varios títulos tienen a Onze Distribución, productora española, como distribuidora en varios mercados internacionales. Títulos como Lazos rotoso La impostora bien tendrían hueco en Nova o Divinity. De hecho, en La 1, se está emitiendo Diseñando tu amor en sus sobremesas, la cual es el remake mexicano de la telenovela portuguesa Meu Amor.

Comprendo que apostar por ficción portuguesa en prime time sería arriesgado, pero nada impediría que Atresmedia y Mediaset probaran suerte con su emisión en canales temáticos. Como público, estamos perdiendo la oportunidad de ver un tipo de formato cercano y a la vez diferente, de un país vecino al que seguimos mirando como si se tratase de una sociedad lejana.

Antena 3, por ejemplo, tuvo éxito con la miniserie italiana La esposa, lo que indica que el público conecta también con relatos de otros países cercanos. Si los espectadores se han enamorado de los relatos turcos, ¿qué impide que no suceda lo mismo con los portugueses?

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