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El fin de una era televisiva: en un lapso de seis días, el streaming pierde a Succession, The Marvelous Mrs. Maisel y Ted Lasso

Brian Cox, en Succession; Rachel Brosnahan, en The Marvelous Mrs. Maisel y Jason Sudeikis, en Ted Lasso
Brian Cox, en Succession; Rachel Brosnahan, en The Marvelous Mrs. Maisel y Jason Sudeikis, en Ted Lasso

En los próximos días, tres de las series más destacadas de los últimos años se despedirán definitivamente de la pantalla. Aunque en la era del streaming esos adioses se parecen mucho a un “hasta luego” –los episodios están siempre disponibles para revisitar cuando la melancolía así lo indique– lo cierto es que los finales de –por orden de aparición– The Marvelous Mrs. Maisel, Succession y Ted Lasso clausuran una época televisiva tan rica como tormentosa. De las vicisitudes de la no siempre maravillosa pero siempre magnética comediante Miriam “Midge” Maisel en la ficción de Amazon Prime Video, a los espantosos integrantes de la familia Roy del fenómeno de HBO y el optimista entrenador de Jason Sudeikis en la serie disponible en Apple TV+, su falta se sentirá en los próximos meses, especialmente hasta que llegue la nueva cosecha de programas con posibilidades de transformarse en fenómenos (la huelga de guionistas puede estirar los plazos). El complicado asunto de amar una serie está lleno de sinsabores y el peor de todos es tener que despedirse de ella, se esté o no listo para el mal trago.

Jeremy Strong, Sarah Snook y Kieran Culkin en la última temporada de Succession
Jeremy Strong, Sarah Snook y Kieran Culkin en la última temporada de Succession

En el caso de estas tres ficciones, algunos espectadores se consolarán con la idea de que sus finales fueron decididos por sus creadores y no por algún anónimo ejecutivo, como sucede la mayoría de las veces que una serie llega a su fin. Sin poder evitar la decepción del público, el hecho de que Jesse Armstrong, autor de Succession; Amy Sherman Palladino, la guionista detrás de The Marvelous Mrs. Maisel, y Sudeikis eligieran el momento exacto de su salida al menos deja lugar para anticipar que los cierres de sus historias estarán a la altura del desarrollo de sus premiados programas. La habilidad de dejar la fiesta en su mejor momento no es una cualidad muy frecuente en los creadores televisivos.

Y sin embargo eso es exactamente lo que está sucediendo con los tres premiados ciclos. Así parece indicar la sobresaliente actual temporada de la comedia de Amazon Prime Video, cuyo último episodio estará disponible desde esta noche en la plataforma. Después de un par de años de capítulos que exageraban los aspectos menos logrados de la historia de la comediante en busca de éxito en los años cincuenta, hacia el final de su anterior temporada, la cuarta, los Palladino (Amy, creadora de The Gilmore Girls, y su socio y marido Daniel), empezaron a corregir el curso con miras a los episodios de despedida. Este año ya sabiendo que sería el último, los guiones se liberaron de la carga de la narrativa organizada en orden cronológico para saltar hacia adelante y atrás en la línea de tiempo de la vida de Miriam Maisel (Rachel Brosnahan) y los suyos. El recurso argumental funcionó, no solo en términos de atar los cabos sueltos que la serie estrenada en 2017 venía arrastrando desde el principio sino que le otorgó a todos y cada uno de sus personajes, la más justificada conclusión posible. Hasta Joel (Michael Zegen), el insoportable exmarido de la protagonista, asumió hacia el final el rol de héroe trágico que la historia necesitaba. El mundo del espectáculo, las idas y vueltas de la televisión de los años 60 y el lugar de las mujeres en esos espacios resultan tan integrales para la quinta temporada como sus muchos números musicales, una especialidad de los productores que se dieron el gusto de crearlos tal vez con la mira puesta en su anunciada próxima serie, Étoile, ambientada en el mundo del ballet.

El legado

En el penúltimo episodio de Succession, emitido el domingo último, una escena reveló el secreto mejor guardado de la serie: la ficción ganadora de dos Emmy al mejor drama es en realidad una comedia. El momento en que los cuatro hijos de Logan Roy, Connor (Alan Ruck), Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) llegan al opulento mausoleo en el que descansarán los restos de su padre y hablan de cómo el patriarca lo adquirió por cinco millones de dólares a un potentado de la comida para perros deja al descubierto la sátira que estuvo apenas oculta bajo la superficie durante las cuatro temporadas del programa. Si hasta los espectadores más atentos de la serie siempre tuvieron dificultades para seguir la lógica de los muchos avances, tropiezos, desvíos y volantazos del mundo de los negocios de los Roy no fue por casualidad o descuido de los guionistas. Se trató de una deliberada estrategia para señalar que nada de todo eso –las reuniones de accionistas, la búsqueda de inversores o las traiciones para repartir– importaba demasiado. La sarcástica mirada de Armstrong y su equipo de escritores británicos sobre las diferentes formas del poder acuñadas en los Estados Unidos hicieron de la sátira mucho más que el reflejo distorsionado de la familia Murdoch. El conflicto central de su trama, la búsqueda del sucesor del creador del imperio Waystar, fue una despiadada e hilarante reacción al estado general del mundo y de las generaciones encargadas de salvarlo. “Los quiero mucho, pero ustedes no son gente seria”, le decía Logan Roy a sus hijos en uno de los mejores momentos de la extraordinaria interpretación de Brian Cox durante toda la serie. La certera aseveración sobrevoló la temporada que este domingo, con un episodio extra largo de una hora y media de duración, le pondrá el broche final a la ficción que hizo arte con las relaciones más tóxicas que se puedan imaginar.

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Jason Sudeikis en Ted Lasso
Jason Sudeikis en Ted Lasso

Estrenada en 2020, en plena pandemia, Ted Lasso –tanto la serie como el personaje– aportaron humor, optimismo y buenas intenciones a un tiempo lleno de incertidumbre y temor. Con episodios de media hora, los creadores de la serie -el experimentado productor Bill Lawrence y Sudeikis, el actor y guionista graduado de Saturday Night Live-, lograron armar una utopía en la que el fútbol servía como terreno fértil para unir a las personas tanto de entro como afuera de la cancha, para mejorar sus vidas y ayudarlos a encontrar su lugar en el mundo. Los modos bonachones y los refranes campechanos de Ted, el entrenador de fútbol americano empeñado en creer en sí mismo y en los demás, fueron el bálsamo que la TV y sus espectadores necesitaban desesperadamente. Los guiones ajustados y repletos de buenas ideas y de referencias a la cultura pop invitaban a conocer a los personajes que aparecían en pantalla, criaturas plenas de matices y una humanidad que muchas ficciones aspiran a conseguir y pocas alcanzan. Esa efectividad, hay que decirlo, empezó a diluirse en azúcar cuando, hacia el final de la segunda temporada, los episodios de la serie fueron ganando minutos, una tendencia que se instaló y acrecentó en los capítulos finales (llegan a durar casi una hora).

El cambio afectó al ritmo del relato aunque, como se vio en las últimas semanas, cerca de la conclusión de la historia desde el aguatero suplente hasta la dueña del equipo pasando por los jugadores y el misterioso entrenador Beard (Brendan Hunt) todos tendrán su momento en el podio para el final, que estará disponible el miércoles 31 en Apple TV+. De todas las despedidas, la de Ted Lasso es la única que aún no tuvo confirmación oficial. Tal vez porque, como indica el episodio de esta semana, aunque el tiempo en Inglaterra del entrenador del bigote esté llegando a su fin, a la serie que lleva su nombre todavía le quedan muchas historias por contar. Habrá que esperar a ver si es posible que Ted Lasso siga adelante sin Ted Lasso, pero lo que es seguro es que con un episodio de cierre de temporada que lleva como título la frase “So Long, Farewell” (algo así como hasta luego, que te vaya bien, y una de las canciones más lacrimógenas de La novicia rebelde), no quedará otra que preparar los pañuelos antes de apretar play.