“Un templo”: el cierre de la fábrica de guitarras con 150 años de historia que eligieron Carlos Gardel, Atahualpa Yupanqui y Luis Salinas
Para principios del siglo pasado, Francisco Núñez ya era un hombre de cabello tupido y cano, que usaba barba y bigote también frondosos. Su imagen aparecía en las publicidades que hacía en revistas de la época para promocionar su casa de instrumentos musicales: “Fábrica de guitarras, bandurrias y mandolines. Fundada el año 1870″. Como el aviso era de página completa, también ofrecía sus pergaminos: “Premiada en todas las exposiciones nacionales y extranjeras con 18 medallas y dos grandes premios de honor en la de Santa Fe, de 1887, y Nacional de Buenos Aires, de 1898″. El aviso también indicaba que se hacían composturas de instrumentos y se vendían partituras.
Aquella casa del señor Núñez -esa que esta semana cerró definitivamente sus puertas - se encontraba en el mismo lugar donde este obsesivo luthier la había creado, en la calle Cuyo. Por entonces no se llamaba Sarmiento porque para 1870, cuando Francisco Núñez la fundó, don Domingo Faustino vivía y no se estilaba nombrar calles con los nombres de los vivos.
El dato sirve, más que nada, para comenzar a tomar dimensión de la historia de esta casa que fabricó guitarras para gente ilustre, como Carlos Gardel, y miles de músicos que optaron por la calidad y el buen sonido. Puertas adentro de este histórico espacio de fabricación, reparación y venta de instrumentos, se dice que si bien la venta directa no existirá más, el negocio continuará. Por ahora su página web indica que el negocio ha cerrado sus puertas y solo ofrece emails y números de contacto . Habrá que esperar, si se quiere conseguir instrumentos de esta casa, a que se conozcan las nuevas vías de venta online.
“Querida familia de la música. Hoy es un día lleno de nostalgia y gratitud para todos nosotros en Antigua Casa Núñez. Después de 150 años de historia, es hora de cerrar las puertas de nuestro histórico local comercial de la calle Sarmiento 1573, Ciudad de Buenos Aires. Tomamos esta decisión, al tiempo que iniciamos un camino de reestructuración que nos permitirá, en algún tiempo, volver a dedicarnos a pleno a aquello que amamos. Ha sido un viaje increíble, lleno de música, pasión y dedicación a la artesanía de las guitarras. Desde los días en que Francisco Núñez llegó a estas tierras con un sueño en el corazón, hasta convertirnos en la fábrica más emblemática de Argentina, cada guitarra que salió de nuestras manos llevaba consigo una parte de nuestra historia y amor por este arte. Hemos compartido momentos inolvidables con grandes músicos y con todos ustedes, nuestra querida comunidad. Aunque cerramos esta etapa, el legado de Antigua Casa Núñez perdurará en cada acorde que se toque con una de nuestras guitarras, en cada canción que se interprete y en cada corazón que sea tocado por la música. ¡Gracias por haber sido parte de nuestra historia! Les deseamos lo mejor en sus propios viajes musicales. Con cariño y gratitud, el equipo de Antigua Casa Núñez”. Ese fue el comunicado con el que se conoció la noticia, a través de las redes.
“En Antigua Casa Núñez había algunos cuadros. Había uno con la imagen de Atahualpa Yupanqui y otro con la mía al lado. Y eso me daba un poco de vergüenza”, dice Luis Salinas, uno de los grandes guitarristas de la Argentina, con pena por el cierre del local. “Todas mis guitarras españolas son de Casa Núñez; están conmigo siempre, me acompañan, incluso esta casa, donde en su momento ponían afiches míos [de los shows] para darme una mano y promocionar las cosas que yo hacía. Para mí fue un honor muy grande. Esa fue la relación que siempre tuve con esta casa. Fue mi casa, porque todos me hicieron sentir como en mi casa. Por eso me da un profundo dolor. Cada vez que iba ahí no paraba de tocar y de charlar con la gente. Porque era como un templo. Ojalá, Dios quiera -y va a querer- que se vuelva a abrir porque la necesitamos”.
Detrás de la Antigua Casa Núñez queda una larga historia que comenzó más de una década antes de la fundación de la fábrica. El relato, que se fue transmitiendo a través de las generaciones, habla de un español que se afincó en la Argentina en 1858 con el deseo de hacer las mejores guitarras. Recién doce años después pudo poner en marcha el negocio de la calle Sarmiento (Cuyo, por aquellos años). Fábrica de Guitarras Francisco Núñez y Cía, la llamó. Quince años después trajo de Europa las máquinas que necesitaba para aumentar la producción de instrumentos y sostener la calidad que deseaba. De allí que en su currículum acopiara una gran cantidad de medallas y otros premios, como él mismo lo señalaba en su aviso publicitario.
La guitarra de esta casa que usó Gardel (en realidad eran varias con un diseño estrellado sobre la boca del instrumento) no sería de la época en la que don Francisco estaba al frente del negocio. Aunque la calidad siempre fue muy buena, del primero al último día. Núñez murió en 1919 y fueron su viuda y un sobrino quienes siguieron adelante con la empresa, que a partir de 1925 tomó el nombre con el que se la conoce hasta ahora, Antigua Casa Núñez.
En el portal de la Fundación Carlos Gardel se remite a la historia de una de esas guitarras que empuñó el Zorzal Criollo. El testimonio llegó desde el departamento de Durazno, en el Uruguay. “El domingo 8 de octubre de 1933, en la última actuación de Carlos Gardel en el Teatro 18 de Julio de esa ciudad, Gardel rifó su guitarra con boca de estrella de la Antigua Casa Núñez, a beneficio del Consejo del Niño, institución que reemplazó al antiguo Asilo de Huérfanos y Expósitos del barrio Palermo de Montevideo”.