'The Bear' vuelve con críticas divididas en su temporada 3: 'Algo se pierde en esta nueva entrega'

A nivel puramente artesanal, es como si "El Oso" nunca se hubiera ido. Christopher Storer y sus escritores, elenco y equipo conservan toda la calidad y atención al detalle que hicieron de este programa uno de los mejores de la televisión durante sus dos primeras temporadas. El ritmo, el diálogo, la intensidad de la actuación e incluso los momentos de reflexión que siempre han marcado los momentos más salvajes del programa todavía están aquí, así que si estás buscando un ejercicio simple para volver a la forma que amas, lo vas a encontrar. Sin embargo, donde la temporada 3 realmente tiene éxito es en la forma en que busca construir sus personajes después de la conclusión triunfal de la temporada 2.

The Bear, tanto el programa como el restaurante, trata sobre su gente, y el hermoso trabajo de los personajes de la tercera temporada se siente como si un chef agregara notas altas a unreceta ya excelente, sus sabores cantan más armoniosamente que nunca.

Este es realmente el mejor programa de televisión (en mi opinión), y aunque muchos estaban preocupados por si la temporada 3 podría estar a la altura de la tarea, creo que aportó algo nuevo y emocionante a la serie sin dejar de ser el The Bear que conocemos y amamos.

La tercera temporada tiene innumerables momentos memorables, pero en retrospectiva, se siente como diez episodios de mantenerse a flote en lugar de avanzar. Es posible que muchos de vosotros os contentéis con pasar varias horas con estos personajes y existiendo en su mundo. Aún así, después de dos temporadas de historia avanzando hacia un objetivo, la falta de movimiento de esta temporada es notable. Si bien la búsqueda de la perfección por parte de Carmy ha provocado ansiedad y estrés en su vida y en quienes lo rodean, parece un flaco favor a esta historia obligarla a detener el desarrollo de hacia dónde irá The Bear a continuación. Por primera vez desde que debutó la serie, no estoy seguro de si la cuarta parte de la historia será un éxito, pero todavía estoy profundamente impresionado por el talento de todos los involucrados en este programa.

La interpretación de Jeremy Allen White de Carmy Berzatto en la tercera temporada de 'The Bear' continúa cautivando al público con su profundidad y autenticidad. White encarna el viaje de Carmy con un realismo crudo y convincente, retratando a un personaje que lucha con el peso de la responsabilidad familiar y la redención personal.

A pesar de que The Bear continúa brindando su esplendor visual (su intensidad y el caos de la cocina), algo se pierde en esta nueva entrega. Hay menos en juego ahora que el restaurante está abierto y Richie ha encontrado algo de significado en el frente de la casa. Si la primera serie trataba sobre regresar a tus raíces y la segunda sobre convertir esas raíces en una terrina agradable y terrosa, ¿qué impulsa esta tercera entrega? El elenco sigue siendo excepcional, particularmente Moss-Bachrach y Edebiri, elevados a la lista A de la televisión desde que se emitió por primera vez el programa, pero el show está empezando a parecer repetitivo.

Storer presenta cada vez más el programa como fugas de poesía visual y auditiva. Juega con la línea de tiempo y la perspectiva, se atreve a presentar episodios casi sin trama. Pero la premisa central del programa no se ha desarrollado lo suficiente como para soportar todo este desorden. Storer parece más ansioso por mostrarnos lo que puede hacer a nivel técnico que por mantener a The Bear unido como una serie cohesiva y discreta.

Es una mezcla de comedia, drama brillante y una química estimulante. La tercera temporada suele ser cuando las series se cuestionan, pero Christopher Storer y el equipo detrás de The Bear justifican su necesidad de quedarse. Puede que no sea un evento televisivo o cinematográfico, pero es una televisión y un drama consistentemente fantásticos. La tercera temporada asegura la serie como un programa imprescindible.

Al igual que el restaurante de su título, The Bear ha ido evolucionando, cambiando y creciendo a lo largo de su carrera; la temporada 3 se trata de ajustes y refinamiento, y de mantener el tren en funcionamiento incluso cuando amenaza con descarrilarse. Por supuesto, no alcanza los sorprendentes máximos de su segunda temporada: hay una sensación de duplicar y replicar lo que funcionó en la temporada 2, lo que parece un anatema para un programa sobre un chef que insiste en cambiar el menú a diario. Aún así, Storer y su elenco y equipo han fijado la fórmula de lo que hace vibrar a The Bear: canciones idiosincrásicas, un estilo visual en deuda tanto con Chef's Table como con las películas del New Hollywood de los años 70, y el romance innato de dedicarse a una causa noble.

Junto con su combinación habitual de combustión lenta y ráfaga rápida, el equilibrio en la tercera temporada es perfecto. Desde Marcus pronunciando conmovedoramente el elogio en el funeral de su madre hasta Sydney (Ayo Edebiri) lidiando con su padre mientras se decide por un nuevo lugar para vivir hasta el embarazo de la hermana de Carmy, Natalie (Abby Elliott), todos tienen uno o dos momentos para brillar. Una vez más, The Bear ha salido del horno a la perfección; su búsqueda de la excelencia avergüenza a otros programas.