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The Black Crowes, hoy en el Luna Park: duros con la escena actual, fieles al rock clásico y con un guitarrista argentino en sus filas

Los hermanos Robinson, nuevamente en la ruta con The Black Crowes
Los hermanos Robinson, nuevamente en la ruta con The Black Crowes - Créditos: @Gentileza VZ

Una vez, Geoge Harrison nombró a The Black Crowes como la banda que mejor tocaba rock en su momento. Una vez, Bob Dylan entró al estudio de grabación mientras tocaban “Miracle To Me”, saludó a Rich Robinson por la espalda y le dijo: “Ey, esa canción es hermosa”. Una vez, cuando giraban por Europa con AC/DC y en las fechas libres tocaban por las suyas en bares pequeños, los hermanos Young decidieron ir a verlos también. Una vez, cuando eran el acto de apertura de Aerosmith, Joe Perry incluía en su solo de guitarra el riff de “Twice As Hard”. Si los Black Crowes, que tocan hoy en el Luna Park, tuvieran que presentar referencias en su currículum, estas serían algunas de ellas.

“Para nosotros todo eso significa mucho”, dice Rich Robinson, guitarrista y principal compositor del grupo que lidera con su hermano Chris. “Es como tomar la posta de un género muy importante para la historia de la música y sin dudas nos animó siempre a seguir”. Formados en Atlanta a mediados de los 80, los Black Crowes tenían un contexto poco favorable antes de conseguir el visto bueno de las leyendas que habían sido sus héroes. Después de la revolución del punk y el postpunk, el sonido y la moda habían cambiado. El hard rock proponía pelos batidos y bandanas y el pop con las baterías electrónicas había copado la alta rotación, dejando a los clásicos en un limbo. Muchos cayeron en la tentación de las nuevas tecnologías y grabaron los peores discos de sus etapas (Rolling Stones, AC/DC) y la etiqueta de “viejos”, algo casi imperdonable para el rock y la promesa de la eterna jueventud, cayó sobre ellos.

Para los hermanos Chris y Rich Robinson, la cuestión era simple. Sin nada que perder y criados en una zona de los Estados Unidos que musicalmente ganaría relevancia décadas más tarde con el hip hop y el trap, parecía que estar en la periferia les daba la libertad de no atarse a la novedad. “Crecimos escuchando Crosby, Still & Nash, Joni Mitchell y los Rolling Stones”, cuenta. “Después, obviamente le dimos bola al punk, fuimos a ver en vivo a Black Flag y Corrosion Of Conformity. Estábamos al tanto de los Dead Kennedys, de The Clash y los Sex Pistols, tocamos ese tipo de música muy poco tiempo y después volvimos a lo nuestro. El punk nos parecía que era mucha furia pero musicalmente poco profundo”.

En 1990 grabaron Shake Your Money Maker, su primer disco de estudio y la actual excusa para volver a juntarse y girar. Entonces, con la nueva década, las alternatividades y el rock crudo de la mano del grunge viviendo una sobrevida, las cosas se alinearon para los Black Crowes y también para sus héroes (recordar las primeras giras de los Stones y AC/DC por estas latitudes).

-¿Cómo vivieron todos esos primeros años en tanto músicos y también en tanto consumidores del género?

-Lo que pasaba en Atlanta era que había una escena punk modesta pero persistente. Y un día apareció R.E.M., que representaban el sur del país de una forma que nunca había sido representada. Antes todo era Lynyrd Skynyrd y bandas redneck que nunca nos llegaron ni nos interpelaron. A nosotros nos gustaba algo más alternativo. La primera vez que esuché a R.E.M en una radio me pegó muy profundo. Impactaron en toda la escena. En vivo tocaban canciones de Big Star, Aerosmith y Velvet Underground, y todo tenía sentido en ese contexto. Ahora es muy distinto el tema de los géneros musicales. Todo parece estricto, es una cuestión de marketing, te etiquetan para poder venderte. Es una mierda. Lo que amábamos en esos tiempos era que en los 60 y 70 había una sinceridad y autentiticidad en la forma en la que se tocaba música. Se hacían discos porque se amaba hacer discos, no porque se quería vender.

Se crio en el backstage de Riff, giró con los ex Black Crowes y temió no volver a tocar la guitarra. Cómo encontró su camino personal en el sonido sureño sin renegar de la pesada herencia
Nico Bereciartua, nuevo guitarrista de The Black Crowes - Créditos: @Gustavo Sancricca

-¿En qué notás que cambió la cuestión de los géneros musicales?

-Antes, Joni Mitchell era rock y también Led Zeppelin y Sly & The Family Stone y todo en el medio. Entonces, como éramos fans de todo ese mapa, y también del reggae, el blues y el jazz, eso era lo que nos llegaba y era nuestra plataforma para hacer música. Nunca nos importó un carajo qué era popular. Sabíamos de las bandas de hair metal, Posion sonba en todo el país, pero nosotros queríamos hacer otra cosa y estaba bien eso. A mí esa música me parecía un poco tonta, no sé si en el fondo cambió tanto la cosa, siempre estuvo lo mainstream y lo otro. Lo que sí es cierto es que antes había menos artistas. El otro día leí que hay alrededor de 7 millones de bandas en el mundo. Y bueno, probablemente 6 millones no deberían estar haciendo música (risas). La tecnología hizo todo más fácil. Antes, si no eras capaz de girar, escribir, tocar tus instrumentos, afinar, romperte el culo en construir audiencia, desaparecías. Se decía que no tenías el corazón para lograrlo o no eras lo suficientemente bueno. Ahora cualquiera puede postear mierda en YouTube, hacer un disco en su habitación... y algunas cosas suenan geniales, pero la mayoría es mierda de perro.

-Es un equilibrio difícil entre la accesibilidad y después discernir qué es lo que vale la pena y lo que no.

-Yo creo que cuantas más opciones hay termina siendo mas difícil, contraproducente. Hoy hay demasiadas plataformas. Creás tu cuenta de Spotify o tu canal de YouTube o TikTok, todas esas cosas se vuelven específicas de tus gustos. Es como si crearas un agujero negro cultural que solo atrae lo que conocés, tus consumos seguros. Nadie se desafía a sí mismo. “Oh, no lo entendí la primera vez, voy a darle otra chance”. Eso no pasa más. Todos van a lo seguro. Es comer McDonald’s todos los días. Es fácil y comés por 2 dólares, pero te va a matar si lo hacés todos los días. Culturalmente es un paradigma extraño. Por supuesto hay gemas, diamantes que aparecen, que hacen las cosas bien, pero es muy difícil de ver.

-Hoy los Black Crowes son una banda muy establecida y reconocida, ¿recordás cuáles fueron las críticas que recibieron en sus primeros años?

-Nos decían que éramos una copia de los Stones (risas). Pero esa era una crítica muy haragana. Los Stones nunca hicieron una canción como “Thorn in my Pride” ni un disco como Three Snakes and One Charm. Y digo que esa crítica era muy haragana porque los que realmente saben del estilo lo investigan en profundidad. Siento que cuando llegamos éramos como el coletazo final de ese legado del rock and roll. Y ahora, con la muerte de Charlie Watts, el lugar donde están los Stones y Aerosmith... no van a quedar muchas bandas de rock dentro de 5 años y nosotros vamos a estar entre los últimos, sosteniendo esa vela. Por supuesto que hay bandas como Pearl Jam y Green Day, pero van por otro lado aunque tienen un formato similar. El arquetipo de banda de rock ya no está y es triste porque significó mucho para la historia. Es cierto que en Estados Unidos y supongo que en todo el mundo hay muchas bandas surgiendo, como Greta Van Fleet. Tal vez hay un futuro para ellos.

The Black Crowes
The Black Crowes - Créditos: @Gentileza VZ

-¿Te gustan Greta Van Fleet y la camada de bandas retro?

-Me gusta que toquen la guitarra (risas). He llegado a un punto en el que si no es digital, me gusta. Todavía creo que tiene que haber amplificadores en el escenario. No he visto a Greta Van Fleet en vivo, pero si lo están haciendo... genial. Tocar en vivo tiene que ser duro, fuerte, desprolijo, es una expresión humana diferente y está bueno que siga existiendo.

La visita de The Black Crowes a Buenos Aires tendrá un condimento local especial. El argentino Nicolás Bereciartua (hijo de Vitico) se convirtió en miembro estable del grupo y tocará con ellos durante toda la gira. Su relación comenzó hace unos años con Rich Robinson, con quien ya había tocado en su proyecto solista. “Hace mucho grabó un video tocando un solo mío y me lo mandó por las redes sociales”, cuenta Rich. “Me dio buena espina de inmediato, le escribí para agradecerle y felicitarlo, hablamos un rato y me dijo que estaba en Estados Unidos. Coincidimos en un festival en Florida y le dije que pase a saludarme. Pegamos muy buena onda y lo invité a grabar mi disco solista y girar conmigo”.

-Así y todo, tuvo que audicionar para ser parte de los Black Crowes...

-Sí, Marc Ford empezó a hacer de las suyas de nuevo, con toda la cuestión del alcohol, y para mí ya era demasiado, no quería tener que lidiar con eso. Hasta que con Chris nos volvimos a juntar y decidimos hacer todo otra vez pero hacerlo bien. Queríamos reinventarnos y que sea algo positivo, duradero y con gente que viniera a sumar. Entonces armamos la banda para girar por todo el mundo y para eso tenés que estar preparado. Salir de gira es algo complicado y queríamos gente experimentada en eso. Sucede que a veces te encontrás con músicos excelentes pero que no están acostumbrados a la dinámica de una gira extensa. Entonces les conté de Nico, pero quería que sea decisión de todos y por eso audicionó. Lo hizo increíble, todos lo queremos mucho, tiene muchísimo gusto y respeto por las canciones. Eso es de las mejores cosas que tiene, trabaja primero en función de la canción, no trabaja para él. Me hizo muy feliz que tuviera la oportunidad y que saliera bien porque yo quería que tuvia esta oportunidad y sabía que iba a poder hacerlo.