'The Idol' arriesga y pierde con una broma sobre violaciones

Lily-Rose Depp, la protagonista de 'The Idol' credit:Bang Showbiz
Lily-Rose Depp, la protagonista de 'The Idol' credit:Bang Showbiz

Las críticas a la serie que han creado The Weeknd y la mente detrás de Euphoria no se centran tanto en las escenas de sexo o los desnudos constantes como en el contexto en que se producen. Para muchos, la historia sobre el lado más oscuro de la industria discográfica es básicamente "porno de tortura" con un presupuesto de lujo.

En la era de las plataformas de streaming, quedan pocas líneas rojas que cruzar porque ya no se aplica la censura de las cadenas en abierto. El problema con 'The Idol' es que la forma prima sobre el contenido, y la estética parece más importante que explicar por qué una joven estrella del pop acaba cayendo en las garras de una especie de líder sectario mientras su carrera se tambalea en la cuerda floja.

Parece que cada nuevo episodio se empeña en enfrentar al espectador con escenas o diálogos que en principio deberían resultar provocadores, pero que a menudo sólo provocan vergüenza ajena. El tercero, titulado 'Double Fantasy', se propone desafiar la dictadura de lo políticamente correcto atreviéndose a realizar una broma sobre las víctimas del empresario y depredador sexual convicto Jeffrey Epstein. Eli Roth interpreta a un ejecutivo de la compañía Live Nation que se desespera ante la falta de noticias por parte de la protagonista, Jocelyn, y hace un comentario acerca de los efectos que el estrés está teniendo en su tracto digestivo para comparar su irritación de colon con las violaciones que sufrieron las víctimas de Epstein.

"Estoy cagand* más sangre que un niño en la isla de Epstein", asegura por teléfono. Se trata de una referencia al retiro en las Islas Vírgenes conocida como Little Saint James, que fue apodada "la isla de pedófilos" porque allí se desarrollaba buena parte de la trata de menores que manejaba el empresario antes de que fuera encontrado muerto por un aparente suicidio en su celda de la cárcel de Nueva York en 2019 mientras esperaba a ser juzgado.

Los espectadores han inundado las redes sociales para suplicar a los creadores del programa que no frivolicen el sufrimiento de las víctimas del tráfico sexual y bromeen sobre la pedofilia. O que si lo hacen, al menos se aseguran de resultar graciosos.