Las tiaras de Mary de Dinamarca: ¿qué tiene y qué recibe la nueva reina?

El traspaso de joyas es una de las tradiciones que implica la llegada de un nuevo soberano al trono, tanto es así que en España a la colección reservada solo para reinas se le conoce como las "joyas de pasar". En Dinamarca, donde acaba de ser proclamado Federico X, sucede algo parecido: Margarita II, la jefa del Estado danés hasta este domingo 14 de enero, ha lucido a lo largo de su vida muchas joyas que se clasifican en tres categorías: unas son piezas que pertenecen al Estado, son las  joyas de la Corona y pasan automáticamente a la reina Mary; otras pertenecen a Løsørefideikommis, un fideicomiso de la Familia Real que se hereda de rey a rey; y otras joyas son de la colección privada de Margarita II y, por tanto, no tendría que ceder su uso. Ahora, con la abdicación de Margarita II, la nueva reina Mary tendrá a su disposición las tiaras y otras joyas que, por tradición o por testamento, solo llevan las reinas. Una colección que se suma a las tiaras cuyo uso ya estaba reservado solo para ella.

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La de la boda: una pieza menor

La tiara que Mary llevó el 14 de mayo de 2004 para casarse con el príncipe heredero es de gran valor porque es una diadema de diamantes pero no deja de ser una pieza "menor"; no es una de las grandes joyas de la Casa Real danesa. La reina Margarita había aprendido la lección de la boda de su hijo el príncipe Joaquín, entonces la soberana "regaló" a la condesa Alexandra una tiara antigua que llevaba en su familia siglos y tras el divorcio (y un amargo litigio) la joya quedó en manos de la ex mujer del príncipe.

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Así que para Mary Donaldson, Margarita II adquirió (se cree que en una subasta) una pieza nueva y sencilla, aun con todo dejó por escrito que esta vez no era un "regalo", era un "préstamo" que nunca saldría de la Familia Real danesa en caso de divorcio. Esta decisión fue llamativa, ya que se esperaba una pieza más espectacular para la que iba a convertirse en princesa heredera. Con el paso de los años, diez en concreto, Mary de Dinamarca enriqueció su tiara de boda añadiéndole una fila de perlas con la que ganó vistosidad.

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La heredera: la más valiosa

De las cuatro tiaras que ha llevado Mary de Dinamarca hasta ahora hay una que sobresale por su gran valor económico, histórico y sentimental. La tiara de rubíes que fue testigo de la coronación de Napoleón el 2 de diciembre de 1804 en la Notre-Dame, París, y que la reina Ingrid (madre de Margarita II) legó a su nieto Federico, para que este, entonces un príncipe heredero que todavía estaba soltero, pudiera cedérsela a su mujer algún día.

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La historia es un poco triste, ya que la reina Ingrid, que para Federico era un pilar fundamental, murió en el año 200 sin conocer a Mary, que entonces acaba de conocer al heredero. La tiara es una pieza muy llamativa que se completa con un conjunto de collar y pendientes muy versátile que la reina Ingrid llevó con mucha frecuencia. La primera vez que la reina Mary se puso esta tiara fue para gala que se celebró en el teatro real de Copenhague para su preboda.

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La prestada: un diseño inspirado en Australia

Se conoce como la Tiara de la Medianoche y es una de esas diademas únicas, es decir, todas las casas reales tienen algunas piezas que se parecen, ya que fueron creadas siguiendo los gustos de la época, es el caso de las kokoshnik, las florales o las que contienen perlas colgantes. Sin embargo, hay algunas tiaras inconfundibles y esta lo es, ya que está hecha con plata negra, piedras lunares y más de mil brillantes sobre oro rosa y blanco. Fue creada por una firma de joyería danesa (Ole Lynggard) inspirándose en la tierra natal de la princesa, Australia. Estuvo expuesta durante un tiempo y luego llegaron a un acuerdo con la princesa heredera de que sería ella la que tendría el uso exclusivo a largo plazo de esta tiara, pero que la propiedad la conserva la firma de joyería, es decir, como las tres anteriores es solo un préstamo.

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La suya: un autorregalo de subasta

Durante un tiempo el origen de esta tiara convertible en collar que los expertos calificaron como un diseño de estilo "eduardiano" fue un misterio. Al principio se dijo que podría ser un regalo de su marido, pero con el tiempo un medio danés, Billed-Bladet, desveló el secreto: la había comprado ella misma, algo que confirmó la propia Casa Real danesa. Mary de Dinamarca la adquirió en mayo de 2012 en Bruun Rasmussen, una casa de subastas de Copenhague que la sacó con un precio inicial de cuatro mil euros (según el citado medio danés en la subasta se duplicó la cantidad) y que tenía que ser reparada ya que había perdido piedras. Esta hecha de diamantes, rubíes y espinelas y está sí, es propiedad de Mary.

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Ahora con la llegada de su marido al trono, como Federico X, convertirá a Mary en reina consorte de Dinamarca y como tal podrá acceder a las joyas de la Corona, donde hay piezas como la espectacular tiara de esmeraldas que pertenece a un conjunto completo con gargantilla, pendientes y broche. Para su realización se usaron 67 esmeraldas y 2.650 diamantes y data de 1840.

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Además, dentro de las Joyas de Corona, hay tres conjuntos más: uno de perlas, rubíes y diamantes; uno de brillantes compuesto por un collar con siete colgantes, ramo de pecho y pendientes; y los adornos de piedra rosa se conocen como el conjunto de Rosenstei.

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Con estos cuatro conjuntos se cierran las Joyas de la Corona danesa y pasamos a la siguiente categoría: el fideicomiso de la Familia Real, creado por el rey Federico VIII en 1910 con el propósito de que ningún objeto de valor quedara fuera de la casa. Estas joyas (aunque dentro de esa categoría debe haber otros objetos de valor) pasan de rey a rey y no es posible venderlas ni hipotecarlas. En esta categoría se encuentra, entre otros, el conjunto Perlepoire de tiara, collar, pendientes y broches, una de las tiaras características de la Casa Real danesa, la que ha eligió la reina Margarita para la mayoría de sus retratos oficiales y la que llevó para su despedida como soberana en la última recepción de Año Nuevo. Dentro de esta colección también hay un gran collar de diamentes, tipo rivière, similar al que se encuentra en el joyero de otras reinas de Europa.

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El resto de tiaras que tenemos asociadas a la imagen de la reina Margarita, como la tiara de palmeras o diadema de oro groenlandesa pertenecen a la colección privada de la hasta ahora soberana, por tanto, habrá que esperar para descubrir el destino de esas piezas.