El tiempo lo cura todo, incluso ser plantado por Julia Roberts días antes de la boda

El actor Kiefer Sutherland y la actriz Julia Roberts asisten al estreno de 'Flatliners' en Hollywood el 6 de agosto de 1990 en el Teatro Chino Mann's en Hollywood, California. (Foto de Ron Galella, Ltd./Colección Ron Galella a través de Getty Images)
El actor Kiefer Sutherland y la actriz Julia Roberts asisten al estreno de 'Flatliners' en Hollywood el 6 de agosto de 1990 en el Teatro Chino Mann's en Hollywood, California. (Foto de Ron Galella, Ltd./Colección Ron Galella a través de Getty Images)

Por Miguel Ángel Pizarro.- A pesar de haber pasado más de treinta años, la no-boda de Julia Roberts y Kiefer Sutherland sigue siendo uno de los momentos hollywoodenses más recordados y polémicos de las últimas décadas. Una relación presente en todos los tabloides habidos y por haber, que parecía tener un final feliz, de esos a los que la novia de América nos acostumbró en películas como Pretty Woman o Notting Hill.

Sin embargo, el 8 de junio de 1991, fecha en la que debía tener lugar el enlace, él estaba empacando sus cosas para abandonar el piso de la actriz y mudarse a su propio apartamento. Ella, por su parte, pasaba unos días de asueto y pasión en Irlanda con Jason Patric, uno de los mejores amigos de Kiefer Sutherland. Apenas tres días antes del casorio, ella canceló la boda, dejando perplejo tanto al novio como a la opinión pública, que había seguido minuto a minuto una relación que había estado sobreexpuesta a los medios de comunicación.

Aunque ahora se ve como una mera anécdota, lo cierto es que fue uno de los grandes escándalos hollywoodenses de los 90. Dicho resumidamente, Julia Roberts, novia de América tras triunfar un año antes en la mítica Pretty Woman, por la que fue nominada al Óscar, rompía con Kiefer Sutherland, a quien conoció en Línea mortal, a solo tres días de su boda, prevista en el estudio de sonido de 20th Century Fox, el cual había sido reconvertido para emular a un jardín ideal para un enlace.

Todo estaba preparado, las damas de honor ya habían recogido sus zapatos de Manolo Blahnik, de color verde aguamarina y de 425 dólares por par. Iban en sintonía con la tarta del mismo color, la cual tenía forma de pavo del Día de Acción de Gracias, a pedido expreso de Sutherland, dado que él quería servir dicho plato en la famosa efeméride un año antes, pero ella se negó. El diseño del vestido ya se había filtrado a la prensa, una prenda de dos piezas de 8.000 dólares, con una chaqueta larga que podía convertirse en vestido con minifalda para la fiesta posterior.

Estaba todo listo para el gran día… hasta que Julia Roberts decidió convertirse en una ‘novia a la fuga’, tal y como, posteriormente, hizo en el cine con Richard Gere. Aunque pilló por sorpresa a todo el mundo, lo cierto es que hubo señales meses antes de que la cosa no iba muy bien. Cabe recordar que, en febrero de ese año, Sutherland se mudó temporalmente a un motel para, supuestamente, preparar un personaje, lo que implicó que presuntamente se convirtiera en un habitual del club de striptease Crazy Girl, donde formó una amistad con una bailarina llamada Amanda Rice. Según los rumores de aquel entonces llegaron a viajar juntos a Disneyland con el hijo de ella y la niña de él. Mediáticamente el asunto se complicó tres meses más tarde cuando Rice habló con los tabloides, contando que Kiefer le había hablado de la inseguridad de Julia, que era posesiva y que, desde Pretty Woman, era una “princesa de hielo” (People).

Sin embargo, Kiefer siempre negó haber tenido una relación íntima con la mujer y a pesar de todo el lío en la prensa rosa, él y Roberts celebraron su compromiso poco después. Se puso fecha para la boda y lo demás es historia.

111288 21: Actor Jason Patric and actress Julia Roberts arrive at the premiere of
111288 21: Actor Jason Patric and actress Julia Roberts arrive at the premiere of "Rush" in Los Angeles, CA., December 18, 1991. (Photo by Barry King/Liaison)

A pesar de lo abrupto de la ruptura y del escándalo que provocó, se han convertido en ejemplo viviente de ese refrán que dice que ‘el tiempo lo cura todo’, inclusive un hecho tan bochornoso. Y Kiefer Sutherland y Jason Patric son prueba de ello. Ambos se reconciliaron y volvieron a trabajar juntos en teatro allá por 2011. Precisamente ellos dos hablaron en el podcast de Michael Rosenbaum, Inside of You, en 2021 mostrando que podían recordar el suceso sin rencor alguno, incluso admitiendo que, visto ahora, la decisión de Roberts fue la más acertada.

Cuando Rosenbaum abordó el tema, Patric comenzó a explicarse. “Bueno, quiero decir, eso fue todo, todo lo que dijo la prensa. El caso que yo me fui…”, comenzó a declarar antes de que Sutherland le interrumpiese para decir el destino, “Irlanda”.

Sí, fui a Irlanda. La cuestión es que [ella] no está aquí presente. Así que me siento extraño al hablar sobre lo que me dijo o lo que le dijo a Kiefer, porque no está y no puede hablar por sí misma”, continuó.

Pero los temas grandes, [de los que informó] la prensa, sobre la invitación a la boda o la fuga con la novia, todas esas tonterías. La relación que tuvo con Kiefer y como estaban en ese momento, es cosa de ellos”, añadió Patric, dejando claro que solo hablaría de lo que él vivió. “Sinceramente, de donde vengo, te enamoras y ya, no hay nada que puedas hacer al respecto”, declaró Sutherland. “Ella es una persona extraordinaria y él también. El tiempo era el que era y todo el mundo siguió su camino”, zanjó.

Esas declaraciones se sumaron a las que el propio Sutherland dio a People en 2016, donde reconoció que Julia Roberts fue valiente al atreverse a cancelar el enlace, a pesar de quedar pocos días para su celebración. “Ambos éramos jóvenes, y estábamos muy enamorados, habíamos decidido que queríamos casarnos, pero luego esta otra cosa se hizo cargo", dijo. "Podría decirse que era la mujer más famosa del mundo, y esta boda, que se suponía que sería algo entre nosotros dos, se convirtió en algo tan grande".

“En medio de todo eso creo que ella tuvo coraje. Al final, no era lo que quería hacer. Y creo que se necesita mucho coraje para poder decir: 'No puedo hacer esto'” confesó.

La verdad, no podemos estar más de acuerdo con los comentarios del hijo de Donald Sutherland. Es más, lo vemos hasta lógico. A pesar de ser la gran pareja de los tabloides y estrellas del momento, no podemos olvidar que Julia tenía apenas 23 y Kiefer 24. A ello se suma que llevaban apenas un año de relación, que ella estaba viviendo muy intensamente la reciente popularidad (estuvo antes prometida con Dylan McDermot, su marido en Magnolias de acero y antes salió con Liam Neeson, con quien trabajó en Satisfacción) y él acababa de salir de un tormentoso divorcio con Camelia Kath y, además, lidiaba personalmente con problemas con el alcohol.

Ambos eran demasiado jóvenes y Julia hizo bien en preferir un escándalo como novia a la fuga que enfrentarse a un burocrático divorcio que hubiera provocado que, quizás, ambos terminasen odiándose. Mejor prevenir que curar, que por algo lo dice el refrán. Los dos lograron sobreponerse y continuaron triunfando. Él siguió siendo el tipo duro de Hollywood en los 90 con Algunos hombres buenos y Tiempo de matar parta luego vivir una segunda etapa de fama a través de la serie 24. Y ella fue la novia de América, la reina de las comedias románticas con La boda de mi mejor amigo o Notting Hill.

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Los dos también rehicieron su vida sentimental. Ella rompió un año después con Jason Patric y se casó en 1993 con el músico Lyle Lovett, del que se divorció en 1995. Se casó en 2002 con el cámara Daniel Moder, con quien tuvo a sus tres hijos y con quien aún vive plácidamente. Él se casó con Elizabeth Kelly Winn en 1996 y se divorciaron en 2004, además de estar prometido con la actriz Cindy Vela desde 2014. Final feliz para ambos que, además, demuestra que es mejor ser plantado por Julia Roberts en el altar que vivir un tormentoso divorcio con ella.

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