Aquí tienes la guía definitiva para limpiar el polvo de toda la casa y conseguir que tarde más en aparecer

Salón moderno
(Westwing)

En la vida hay pocas certezas de las que poder estar totalmente seguros, pero una de ellas es, sin duda, el hecho cierto de que, por mucho que trates de limpiar el polvo de tu casa, este volverá a aparecer más pronto que tarde. Es inevitable y, por tanto, lo mejor es asumirlo y aprender la mejor forma de lidiar con tan desagradable elemento. Te contamos la manera más efectiva de eliminarlo de muebles y otras superficies, así como las claves para tratar de que no aparezca demasiado pronto. ¡Toma nota!

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Limpiar el polvo
(Adobe Stock)

Limpiar el polvo, una tarea esencial

Seguro que no es tu actividad favorita, la tarea que más te gusta realizar cuando estás en casa, pero es totalmente necesario llevarla a cabo con frecuencia: quitar el polvo de las superficies que forman parte de nuestros espacios es muy tedioso, sobre todo por lo pronto que vuelve a hacer acto de presencia. Pero, por mucho que esto nos moleste, no podemos dejar que el polvo se acumule en nuestra casa: eliminarlo mejora la calidad del aire que respiramos y reduce los alérgenos presentes en el ambiente. Esto último es esencial si en casa hay personas alérgicas a los ácaros, o enfermos con afecciones respiratorias.

Además, la frecuencia con la que debemos limpiar el polvo también es importante. Esta dependerá de la cantidad de personas que viven en la casa, de si hay mascotas o no, de si hay alérgicos a los ácaros, etc. En general, una vez a la semana sería la frecuencia mínima con la que deberíamos acometer esta tarea doméstica.

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Mujer en un sofá
(Sklum)

Pero, ¿qué es el polvo?

El polvo que hay en nuestra casa, que nos parece algo simple y cotidiano, en realidad es una sustancia única y diferente al polvo que puede haber en otras casas. Según afirma la química y escritora América Valenzuela en su libro 'La vida secreta de tu alcachofa de ducha' (Ed. geoPlaneta), en el que explica detalles científicos de diversas cuestiones domésticas, "el polvo es una mezcla de fibras de ropa, piel muerta, pelos, arena, polen, un sinfín de bacterias, esporas de hongos, virus, restos de insectos, de alimentos, de plantas, y un porrón de productos procedentes de la polución exterior. Ah, y ácaros: en una cucharadita de café de polvo hay unos 2.000 ácaros. Son arácnidos minúsculos, miden menos de medio milímetro. Los ácaros son habitantes naturales de nuestro hogar y su presencia no equivale a falta de limpieza". Asumir que existen es importante para tratar de minimizarlos en lo posible.

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Dormitorio
(Tikamoon)

La técnica más efectiva

Para acabar con el polvo, aunque sea de manera temporal, es importante seguir una técnica o método establecido. De nada servirá que empecemos a pasar el trapo o el plumero por los muebles si no lo hacemos de una forma organizada. Ten en cuenta que las rutinas de limpieza son importantes para optimizar el tiempo y el esfuerzo que invertimos en las tareas domésticas.

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que debemos comenzar a limpiar por la parte superior de muebles y paredes, para continuar hacia abajo. De esta forma no tendremos que trabajar más de la cuenta. Si comienzas por la parte inferior, esta se ensuciara de nuevo cuando limpies la parte superior y el polvo caiga hacia abajo.

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Comedor luminoso
(Sklum)

El aspirador, tu mejor arma

Este aspecto es importante a la hora de limpiar el polvo para hacerlo correctamente y para proteger superficies y materiales. Si no prestamos atención a los utensilios que utilizamos, puede que estropeemos determinados muebles con productos agresivos, además de no lograr el resultado esperado.

La primera herramienta que necesitamos para acabar con el polvo de toda la casa es el aspirador. Es indispensable ya que atrapa las partículas de polvo en lugar de trasladarlas de un lugar a otro como sí hace el cepillo de barrer. Eso sí, es importante elegir un aspirador potente y que esté equipado, a ser posible, con un filtro HEPA (de alta eficiencia). Este último requisito es indispensable si eres alérgico a los ácaros, o vives con alguien que lo es. Busca el modelo que más se ajuste a tus necesidades (de trineo, de escoba, sin cable, etc.) y utilízalo a diario.


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Aparador en el salón
(Westwing)

La microfibra es tu aliada

Además del aspirador necesitarás otros utensilios de limpieza, como trapos que te ayuden a limpiar el polvo. Elige siempre bayetas de microfibra, ya que este material es capaz de retener el polvo mejor que cualquier otro tejido. Sobre todo si humedeces ligeramente las bayetas con agua. Si quieres usar un plumero para las zonas más altas, mejor que sea también de microfibra, ya que de lo contrario no retendrá el polvo y solamente los dispersará por la habitación.

Un truco que funciona: además de utensilios de microfibra, hazte con un rodillo quitapelusas; es el mejor utensilio para quitar el polvo de las pantallas de tela de las lámparas. Pásalo y las partículas se quedarán pegadas. No tardarás nada en limpiarlas y te quedarán impecables.

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Salón con sofá
(Ikea)

¿Dónde se acumula más el polvo?

Aunque en nuestro hogar el polvo puede estar en todas partes, hay ciertos rincones en los que se acumula en mayor medida. Si sabes cuáles son estos lugares y elementos que parecen atraer el polvo como un imán será más fácil eliminarlo y tener tu casa impoluta durante más tiempo.

  • Los aparatos electrónicos acumulan mucho polvo debido a las cargas estáticas que tienen. Para limpiarlos adecuadamente apaga los aparatos y usa un paño de microfibra para limpiarlos. No utilices ningún limpiador comercial. Si la pantalla de la TV o del ordenador está muy sucia, humedece con un poco de agua la bayeta y pásala sin presionar demasiado.

  • Los librostambién actúan como un imán para el polvo. Además, no solemos detenernos mucho a limpiarlos, especialmente si tenemos muchos en la librería del salón o del estudio. Lo mejor es dedicar un rato cada cierto tiempo a eliminar el polvo concienzudamente con un paño (de microfibra, ya sabes).

  • Debajo de los muebles: un espacio en el que, por ser difícil de limpiar, suele acumularse el polvo. Son zonas no visibles como debajo el sofá, de la cama o de otros muebles voluminosos que no solemos mover de sitio. Además de polvo como tal, suelen acumularse las pelusas.

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Salón con ventanal y sofá
(Kave Home)

Presta atención a tus ventanas

Las ventanas de tu casa son el blanco más fácil de todo el polvo que llega del exterior. Se deposita en cristales, en el marco de la propia ventana, en las persianas, cortinas, etc. Para mantenerlas en buen estado es necesario dedicarles tiempo y atención. Hay que limpiar los marcos con cierta frecuencia, las persianas y los soportes y barras de cortinas. La dificultad se incrementa debido al difícil acceso de estas superficies, como las persianas o los cristales de ventanas correderas, por ejemplo.

Para acometer la tarea de forma correcta, sigue un orden establecido a la hora delimpiar las ventanas:comienza por los marcos y las persianas, siguiendo por los cristales y terminando por las cortinas. Quizás este último elemento no requiera la misma frecuencia de limpieza. Las cortinas se lavan en la lavadora, si es posible, en agua fría y con un programa corto. Una vez termine la lavadora, cuélgalas mojadas en su sitio para que no se arruguen. Se secarán enseguida.

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Aparador de madera
(Kave Home)

¿Conviene usar productos para limpiar los muebles?

Quizás creas que utilizar un limpiador para el polvo es efectivo y que te ayudará a dejar tus muebles más limpios y a cuidarlos. En realidad no es así. Este tipo de productos de limpieza suelen llevar aceites, al parecer, nutren la madera y dejan un brillo muy especial que acentúa su belleza. Sin embargo, a medio plazo los resultados no son tan buenos. Son productos en spray que, utilizados de forma continuada, van añadiendo a la superficie de los muebles una capa aceitosa que consigue ensuciarlos y hacer que el polvo se adhiera a ellos todavía en mayor medida. Lo mejor para eliminar el polvo de tus muebles y superficies de madera es usar una bayeta de microfibra ligeramente humedecida con agua (sin mojar demasiado la madera).

Una fórmula para usar de vez en cuando: si quieres limpiar en profundidad tus muebles puedes usar un limpiador casero elaborado con una cucharada de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre de limpieza y 500 ml de agua. Esta fórmula no estropea tus muebles, aleja el polvo y evita que vuelva aparecer durante un tiempo.

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Salón con ventilador de techo
(Lightology)

Presta atención a las zonas de difícil acceso

Ten en cuenta estos puntos a la hora de limpiar el polvo, si no siempre que lo hagas, sí con cierta frecuencia. Son los lugares más altos de los muebles (o debajo de los más grandes), las aspas de los ventiladores de techo, los rodapies de toda la casa, las rejillas del circuito del aire acondicionado, etc. Para limpiarlos utiliza plumeros o mopas de microfibra con mango telescópico, o una aspiradora de mano que te facilitará la tarea.

Un truco: puedes limpiar el polvo de los recovecos y rincones pequeños en los que se acumula el polvo con ayuda de una brocha o un pincel.

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Salón moderno
(El Corte Inglés)

Cómo limpiar el polvo si hay un alérgico a los ácaros en casa

Cuando tú o algún miembro de tu familia sufre de afecciones respiratorias o de una alergia a los ácaros es esencial tenerlo en cuenta a la hora de limpiar el polvo. Debes hacerlo a fondo y con una frecuencia adecuada para minimizar los riesgos que puedan sufrir las personas afectadas. Trata de eliminar el polvo muy a menudo, dos o tres veces a la semana si es posible, haciendo especial hincapié en el dormitorio de los alérgicos y en las zonas comunes.

A la hora de limpiar el dormitorio,aspira el canapé y el colchón una vez a la semana, al igual que la alfombra, si la hay. Procura lavar las sábanas y la ropa de cama a 60º C para eliminar los ácaros. Evita los adornos y complementos en este espacio de la casa, en la medida de lo posible, ya que atraerán más polvo y empeorarán el problema. De vez en cuando, puedes pasar una bayeta impregnada con alcohol en las superficies en las que se acumule más el polvo (siempre que no se estropeen por ello). Limpia las paredes del dormitorio con cierta frecuencia pasando un plumero o una mopa de microfibra.