Tini en el Hipódromo de Palermo: del poder de la Triple T a L-gante de invitado

Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo con L-Gante de invitado
Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo con L-Gante de invitado

El efecto Tini se siente en las filas adentro del Hipódromo de Palermo, donde nenas de 7 años apuran a sus madres y las retan porque no quieren llegar tarde. Hay vinchas fucsias, buzos, remeras... En el predio no entra un alfiler, está absolutamente repleto. La euforia se siente también en las adolescentes que crecieron con ella, con Violetta, y hoy se saben todos sus temas y los cantan uno detrás del otro, no importa que “Carne y hueso” tenga solamente dos días de haber sido lanzado, ellas ya lo saben. La espera, que no va a ser tan larga como la primera jornada del ciclo de conciertos [arrancó una y hora y media más tarde], sigue el pulso de las figuras que son reconocidas por la gente. “Ahí está Horacio Larreta”, “Miren ahí pasaron el papá de Tini y el hermano”, “Allá están Paula Chaves y Zaira Nara”. Los hijos son el motivo por el que muchas celebridades están ahí, en el Hipódromo, pero lo cierto es que los grandes cantan los temas con la misma energía que los más chicos. Hace tiempo que Martina encontró la forma de atravesar generaciones con sus canciones. Pasó de ser la nena dulce de Disney a una mujer sexy que anima la fiesta, con sus letras y melodías pegadizas, en las que habla de tragos, de fiestas, y también enfrenta al qué dirán en su último hit “La triple T”.

Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo
Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo


Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo

Son las 21:35 y las pantallas muestran un cuarto con un reloj que arranca la cuenta regresiva. Antes repiten que no está permitido pararse en las sillas, ayer hubo muchas quejas de la gente del campo que no tenía visual. Tini aparece en una tarima elevada haciendo fuego con los palillos de la batería. Si el efecto que se busca es una salida triunfal, sí que lo tiene. Con el primero de sus 4 vestuarios, la ídola teen se convierte en una colegiala pop, con pollera corta, bucaneras, guantes y top haciendo juego. Entre el fucsia, el escocés, los corazones y un abrigo a tono de piel, hace su primer acto. Es rockera por unos segundos para después dejar que sus bailarines hagan su despliegue. Para el show, se sumaron 8 varones al equipo, que antes estaba solo compuesto por las 8 bailarinas que la acompañan desde hace tiempo. Parece una danza tribal: ellos con pantalones plateados y remeras violetas, ellas con tops fucsias y polleras plateadas. Arriba una aureola gigante que va cambiando de color se impone. Suenan las primeras 3 de las 22 canciones que son parte del set: “Te quiero más”, “Quiero volver” y “Suéltate el pelo”. La energía es de fuego, Tini canta, baila, sonríe, de una forma en que todo parece perfecto. Tiene dominio del escenario y mucha química con sus bailarines, brilla y deja que ellos lo hagan también. Hay juegos lumínicos, plataformas móviles, grandes pantallas y pirotecnia.

Tini Stoessel en pleno show
Tini Stoessel en pleno show


Tini Stoessel en pleno show

De rockera, y tras apretar una rosa y dejar correr sangre azul en una de las pantallas, donde los videos que prepararon para el show acompañan de forma orgánica la propuesta, Tini se convierte en bailarina de tango. Practica unos pasos con una de las chicas y llega “Duele”. Salen chispas de la guitarra, la banda está metida para abajo, como escondida. Los actos se siguen sucediendo: Tini canta desde adentro de una concha rosa, habla de esa “maldita foto” que hace recordar a un examor y llegan los primeros invitados de la noche: los MyA para hacer el remix de “2:50″. “Buenas noches. Qué felicidad. Gracias a todos. Qué linda energía que están brindando, qué hermoso. Ayer también lo dije y, nada, pasó tanto tiempo de volver con un tour acá a Buenos Aires, casi 2 años, y volver con este show, con este energía, con estas nuevas canciones... para mí es literal un sueño hecho verdad”, dice promediando el show que durará una hora y media. Antes, los bailarines jugaron a los toreros con una suerte de pañuelos que servían de pollera para sus compañeras y ella terminó siendo elevada por los muchachos como la estrella de un musical.

Tini desaparece y se escucha su voz como guía. En una pasarela ubicada en el campo, entre el público, y vestida de princesa, podría ser Elsa de Frozen, saca sus baladas. Canta a capella algunas estrofas, se saca la capa celeste para quedar en un vestido del mismo color y con brillos, también tiene guantes. Pide a todos que enciendan las linternas de sus teléfonos y aparecen esas luces que en la pantalla se ven como estrellas. Es que ella no es solamente la chica que canta reggaetón y música urbana, también tiene temas desgarradores que hace hipnóticos con su dulce voz. Y es en ese bloque cuando elige hablar del peor momento de su vida, cuando su padre y manager estuvo en terapia intensiva y tuvo que suspender los conciertos que está dando ahora. Tiene unas botas altas y el micrófono combina con el pie, fucsia y brillante.

Sin poder contener las lágrimas, dice: “Quiero agradecerles por haber entendido todo lo que pasó y estar hoy acompañándome. Es muy loco como la vida no para de enseñarnos y de ponernos a prueba. Cuando uno piensa que tiene las cosas bajo control, viene la vida a decirte que no. Es así, es dura, pero se trata de aprender”.

Y suma: “Les aseguro que como familia, como equipo... con mis amigas que me estuvieron bancando literalmente todos los días y mi hermano Fran, creo que también está por ahí. Ahí también está papá, está Nano, mamá creo que está allá adelante. Está todo mi equipo que quiero agradecerles una vez más por haberme acompañado en el peor momento de mi vida. Y también a ustedes porque sé que pidieron por papá, sé que le mandaron la energía más linda del mundo y les aseguro que todo eso llegó para que hoy esté acá mirándome nuevamente cantar. Te amo viejo, mucho”, dice antes de dedicarle “Acercate”, el tema preferido de Alejandro. La vuelta al escenario es para hacer otra magia, darle lugar a sus músicos y presentar “Carne y hueso”, la balada que lanzó el jueves pasado.

Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo
Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo


Tini Stoessel en el Hipódromo de Palermo

El bloque emotivo termina y Tini aparece en el escenario desde abajo, mientras que la aureola es replicada por otra, donde un DJ dirige las bandejas y monta una fiesta electrónica. “¿Tienen energía?”, pregunta. Y ahí viene la rave: temas hechos remix, bailes psicodélicos, vestuario fosforescente, luces y agite. “Fresa” es el tema que la da pie a lo que viene: las canciones que todos quieren cantar, el final de la fiesta. Después de proyectar un video, donde mariposas celestes cobran vida y ella muestra como las cámaras la aman, llega el último outfit.

Las diferentes tonalidades de rosa vuelven a ser protagonistas, ella con un pantalón ancho y un top con guantes trae su “Fantasi”, canción que lanzó en marzo pasado. Para pegar al lado su último hit, que lideró todos los charts a poco de ser lanzado, “La triple T”. “¿Están hartos de la mirada del otro? Ser lo que uno quiere ser, eso es La triple T”, dice antes de poner a todos a bailar y pedir “un traguito más”. El Hipódromo se convierte en un himno generalizado. “La triple T, triple T, triple T” cantan todas las fans. Y si le faltaban sorpresas al show: llega el segundo invitado de la noche, L-Gante para hacer juntos “Bar”, otro de los hits de Tini en los últimos meses que hizo con la colaboración del referente de la cumbia. La noche está terminando, pero todavía quedan “22″ y “Miénteme”.

Es el segundo de los 5 shows en el Hipódromo, esta noche, el viernes y sábado que viene, Tini tiene más citas programadas con sus fans. Lo cierto es que más allá de las cuidadas coreografías, los invitados y la expansiva puesta, lo que logra esta artista de 25 años hace recordar a artistas pop internacionales. Tiene la voz, los hits, la actitud y la energía que se necesita para sostener ese mote, y este concierto es solo una muestra más de lo encaminada que está en ese proyecto.