Todos los lobos del cuento de hadas de Máxima de Holanda

La celebración del aniversario de boda de Máxima de Holanda nos lleva de la mano a repasar lo que ha sido el cuento de hadas en el que ha convertido su vida. Un cuento de hadas que ha tenido, y tiene, varios lobos feroces. Máxima y Guillermo Alejandro se casaron hace ahora 17 años. Máxima era argentina, economista y vivía en Nueva York. Y nada hacía presagiar que se convertiría en la Reina de los Países Bajos. Sin embargo, España le cambió la vida a Máxima

Máxima Zorreguieta es de ascendencia vasca por parte de padre y a menudo viajaba a nuestro país. En 1999 Máxima acude a la Feria de Sevilla. Le gusta mucho bailar y vestirse de gitana. Allí coincide con el príncipe Guillermo de Orange, que estaba de visita no oficial en Sevilla. Una amiga común les presenta y su amor nació con un flechazo. El 30 de marzo de 2001 Máxima y Guillermo se comprometieron. Empezaba el cuento de hadas para Máxima. Y también empezaron a llegar los lobos. Guillermo era protestante y Máxima era católica, el Parlamento neerlandés empezó a poner problemas para una futura boda. Sin embargo, Máxima se ganó tan rápidamente el cariño de la Reina Beatriz y del pueblo holandés, que el Gobierno no tuvo más remedio que aprobar una ley que permitiera el matrimonio entre los jóvenes enamorados.

Y llegó el feliz día de la boda Real. El punto álgido del cuento de hadas. El 2 de febrero de 2002 el reverendo Carel ter Linden ofició la ceremonia religiosa de matrimonio en Nieuwe Kerk. Máxima estaba bellísima. El vestido de Valentino era sencillo y espectacular, dos cualidades que han hecho de la propia Máxima una de las royals más queridas: Máxima es tan sencilla como espectacular. El día era radiante y casi 100.000 personas estuvieron esperando a las puertas del Palacio para ver a los novios. A la ceremonia acudieron todos los príncipes y Reyes europeos. El acontecimiento era espectacular.

Pero ya en la boda Máxima tuvo su propio lobo. La novia tuvo que acudir sola al altar. A Jorge Zorreguieta, padre de Máxima, no se le permitió acudir a la ceremonia. El Parlamento holandés consideró que no era apropiado que estuviera presente en una Boda Real por haber ocupado un alto cargo durante la dictadura en Argentina. En la ceremonia a Máxima le costó muchísimo controlar las lágrimas cuando el reverendo Linden hizo referencia a sus padres. Pero, en el momento en el que la música del bandoneón argentino comenzó a sonar, Máxima no puedo más y rompió a llorar desconsoladamente.

La Reina Beatriz abdicó en 2013 y Guillermo se convirtió en Rey y Máxima en Reina consorte. Guillermo y Máxima han formado una bella familia con sus tres preciosas Hijas Amalia, Alexia y Ariana. Pero, a pesar de que el cuento de hadas parecía haber superado todos los lobos, no fue así. Máxima sufrió mucho por la muerte de su padre, al que le unía un cariño importantísimo. Pero era un hombre de 89 años, la necesaria despedida no era una sorpresa. Sin embargo, lo que fue una trágica sorpresa, lo que fue el peor lobo de la vida de Máxima fue la posterior muerte de su hermana pequeña. Inés Zorreguieta sufría depresión y fue hallada muerta en su apartamento del barrio porteño de Caballito, el mes de junio del año pasado. Y no hay cuento de hadas que suavice el gran dolor que la muerte de su hermana menor le produjo a Máxima. Desde entones, a Máxima le ha faltado en más de una ocasión su espectacular sonrisa. Esa sincera, cercana y simpática sonrisa que la ha convertido en la Reina más querida de Europa.

Pero, Máxima es una luchadora. La Reina de los holandeses se ha agarrado a su marido y a sus hijas para volver a ser feliz. El cuento de hadas sigue para Máxima. Aunque, los lobos siempre están ahí, acechando. Ahora, en un medio de comunicación argentino, señalan a Máxima por presunto fraude fiscal en Argentina. Máxima lo desmiente. Veremos en qué queda este nuevo lobo.