Tos con sangre: ¿es signo de un problema grave?
A primera vista, asusta porque es muy llamativo, pero ante la ‘hemoptisis’ o expectoración de sangre hay que actuar con calma y acudir al médico de cabecera
La tos con sangre, técnicamente llamada hemoptisis, no siempre es signo de un problema grave, pudiendo surgir sólo debido a una pequeña herida en la nariz o en la garganta que sangra al toser.
Sin embargo, la tos con sangre roja viva también puede ser signo de problemas de salud más graves como neumonía, tuberculosis, epoc (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o cáncer de pulmón, especialmente en casos de sangrado excesivo o prolongado.
“Puede tener su origen en enfermedades de las vías respiratorias (de los pulmones, nariz, laringe, tráquea y bronquios), pero también puede ser causada por enfermedades de la boca y del aparato digestivo”, explican los doctores Manuel Lobo y Antonio Sebastián Ariño, del servicio de Neumología del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.
Aunque es un síntoma inespecífico que puede aparecer en múltiples enfermedades respiratorias y no respiratorias, en más del 90 por ciento de los casos su origen es del pulmón. Su intensidad varía desde un esputo o flema manchada de sangre hasta la expectoración de gran cantidad. “Debe tomarse siempre en serio porque puede tratarse del primer síntoma de una enfermedad que puede llegar a ser grave, por ejemplo el cáncer de pulmón, o bien porque por sí misma puede poner en riesgo la vida del paciente”, advierten los expertos.
¿Puede ser tuberculosis?
Si además de toser mucho, expulsar flemas o sangre y sentir dolor en el pecho, sientes un cansancio generalizado, pérdida de apetito y sudores nocturnos, podrías hacer contraído tuberculosis.
Se estima que una cuarta parte de la población mundial tiene infección latente por Mycobacterium tuberculosis y que aproximadamente el 10 por ciento presentarán en el futuro tuberculosis pulmonar activa. En la actualidad están surgiendo cepas de tuberculosis resistentes a múltiples fármacos, las cuales se están propagando por todo el mundo.
Además, la única vacuna disponible contra la tuberculosis, la BCG, no proporciona una protección demostrada y consistente en los adultos que viven en países donde la tuberculosis es endémica.
Sin una vacuna más eficaz, no será posible alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reducir el número de nuevos casos de tuberculosis en un 90 por ciento y el número de muertes por tuberculosis en un 95 por ciento entre 2015 y 2035.
Cómo se propaga
La tuberculosis o TB, como se le conoce en inglés, es una enfermedad que se propaga de una persona a otra a través del aire. Los microbios de la tuberculosis se transportan por el aire cuando una persona enferma de tuberculosis en los pulmones o la garganta tose, habla, ríe, canta o estornuda. Las personas que están cerca de alguien enfermo de tuberculosis pueden inhalar los microbios, que a su vez pasarán a los pulmones.
Los microbios de la tuberculosis pueden residir en tu cuerpo sin que enfermes. Esto se denomina infección de tuberculosis latente. Es decir, los microbios de la tuberculosis están inactivos o dormidos. En este caso no se pueden contagiar a otras personas. Sin embargo, si estos microbios se despiertan o se activan y comienzan a multiplicarse, podrías contraer la enfermedad de tuberculosis.
“Una vacuna eficaz frente la tuberculosis administrada a adolescentes y adultos tendría consecuencias positivas considerables sobre el control de la tuberculosis (incluida la farmacoresistente) al interrumpir la transmisión de la enfermedad 8,9 y contribuiría a alcanzar el objetivo de la OMS de eliminar la tuberculosis en 2035”, nos explican desde IAVI, una organización de investigación científica sin ánimo de lucro que se dedica a buscar soluciones para problemas mundiales urgentes de salud, como la infección por el VIH y la tuberculosis.
Por lo general, estos microbios atacan los pulmones pero la tuberculosis también pueden atacar otras partes del cuerpo, como los riñones, el cerebro o la columna vertebral. Una persona que contrae tuberculosis se sentirá débil, perderá el apetito, bajará de peso, tendrá fiebre y posiblemente sudará mucho por la noche.
Cómo hay que actuar
No obstante, lo habitual es que la hemoptisis aparezca en el contexto de un cuadro catarral y en un paciente que ya tenga una enfermedad crónica de los pulmones, conocida o no, como son la bronquitis crónica o una EPOC, cuya causa más común es el tabaco.
Para salir de dudas es necesario acudir al médico habitual quien realizará las pruebas oportunas, entre las que estarán una radiografía del pecho y un análisis de sangre. Tras la valoración inicial podrá recomendar la visita al neumólogo si lo cree conveniente, e incluso al otrorrinolaringólogo para completar el estudio.
Si tras el estudio neumológico el diagnóstico obtenido tiene tratamiento causal, por ejemplo, tuberculosis pulmonar activa, tromboembolismo pulmonar etc., el problema hadrá quedado resuelto y la hemoptisis sólo ha sido un síntoma más de la enfermedad causante.
En caso de que el sangrado sea abundante, los neumólogos de la Sociedad Aragonesa de Aparato Respiratorio (SADAR) aconsejan “llamar a urgencias y guardar reposo tumbado en la cama con el cuerpo de cintura para abajo en posición más elevada que la parte superior para facilitar la salida de sangre de los pulmones por la boca si el sangrado persistiese espontáneamente”.
Por último, recuerdan que la prevención es la herramienta más eficaz para evitar estas patologías con medidas básicas como no fumar, reducir la exposición a la contaminación y promover la vacunación y el ejercicio físico.
¿Alguna vez te ha pasado? ¿Cuál fue el motivo?
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