Traer el mar a Madrid desde Cuba a través de un ritual a la diosa Yemayá

Madrid, 15 feb (EFE).- La artista cubana Alejandra Glez ha acercado "el océano a una tierra sin mar" como es Madrid, según explica tras su performance titulada "Volver a nacer", que ha llevado a cabo en el Museo Thyssen de la capital.

"El mar es fuente de vida", asegura la artista, que participa dentro del ciclo de performances Visión y Presencias, organizado por la Fundación Tara For Women, que apoya el emprendimiento femenino en todo el mundo.

La actuación consiste en un ritual que forma parte de la religión Yoruba, de origen africano pero que "se mezcla con la cultura cubana y se crea la religión afrocubana", que "habla de los potenciales de la naturaleza", explica Alejandra Glez en una entrevista con EFE.

LA ENERGÍA DEL RITUAL

La performance es una mezcla de baile, cánticos y rezos en lengua Yoruba y música en directo proveniente de tambores llamados batá.

Como ella misma describe, mientras baila y pronuncia los rezos se desprende de su propio espíritu, "te das cuenta de que ya no estás tú, te desconectas totalmente", y afirma que pudo tener control de sus movimientos esta vez "gracias a los ensayos".

Durante el ritual, a través del tambor llama a la fuerza del agua para que "nos limpie y nos acompañe".

"Hemos hecho una adaptación de lo que realmente es el ritual a un espacio público", afirma mientras cuenta que en Cuba puede llegar a durar hasta una hora y media.

Al final de cada ritual "se te queda el cuerpo tembloroso, y depende de la intensidad con la que baje la diosa (Yemayá) se puede sentir algún síndrome de confusión con tu propia identidad, yo he tenido que pasar por mucha terapia para este día y poder tener control de mi cuerpo", afirma.

Tanto ella como las otras artistas que la acompañaron en el espectáculo vestían una larga falda azul confeccionada por una artista mexicana con materiales reciclados y en el brazo izquierdo llevaban una red de pescadores que "son recogidas por (los miembros de) The Gravity Wave en las limpiezas que hacen de los mares y océanos".

"La mayoría de las personas que participan en la performance no creen en la religión, pero la conocen y la respetan", insiste , "pero a la vez hoy terminaron llorando porque sintieron la presencia de Yemayá en su cuerpo".

ARTISTA MULTIDISCIPLINAR

Alejandra Glez se define como "artista multidisciplinar", y esta performance es la tercera que realiza en su vida, tras un Homenaje a la artista Ana Mendieta, a la que también dedicó una exposición de fotografía, y la performance Jaula de Cristal en Barcelona, en la que "estaba encerrada entre paneles translúcidos".

Afirma contenta que tiene muchos proyectos profesionales para este año, "tengo todo el año cerrado, ahora me voy a Río de Janeiro a hacer otra performance diferente sobre Yemayá, luego a Tel Aviv y por último me han contactado del Museo Dalí (Figueras, España) para que participe en una mesa redonda".

La artista nació en La Habana pero ya está asentada en Madrid. Explica que tuvo que dejar atrás su casa y su país para "enfrentarse a una sociedad totalmente diferente. Yo vengo de un comunismo, y hoy lo que he hecho aquí ha sido soltar lo que soy yo en una tierra ajena en la que no hay mar", confiesa.

Paula Cabaleiro

(c) Agencia EFE