Las tramas televisivas de Ana María Aldón parecen estar llegando a su final

Ana María Aldón en la 'Sálvame Fashion Week' (Mediaset)
Ana María Aldón en la 'Sálvame Fashion Week' (Mediaset)

En el año 2020, la diseñadora andaluza Ana María Aldón aceptó una oferta de Telecinco para convertirse en concursante de Supervivientes. Llegó a la televisión con fuerza, y lo hizo para quedarse. La prueba es que dos años después seguimos hablando de ella, viéndola cada semana en nuestras casas en programas como Fiesta o Sálvame. Sin embargo, es posible que, tras los últimos acontecimientos, las tramas que Ana María puede protagonizar están llegando a su final, se agotan. O al menos, esa es la sensación que se proyectó ayer por la tarde.

Huelga decir que, cuando se fue a Supervivientes, Ana María no era conocida nada más que por ser pareja deJosé Ortega Cano, la madre de su último hijo. Sin embargo, ya es un personaje por sí misma que da entrevistas, colabora en programas, capta la atención de los medios. Muchos de los contenidos que nos ha ofrecido iban relacionados, precisamente, con el torero que un día se casó con Rocío Jurado. Que si en su pareja hay crisis, que si no la hay. Que si su relación con Gloria Camila Ortega, la hija del torero, es muy mala, y no se hablan y han tenido desplantes. Y así, un largo etcétera. A veces, solo muy de vez en cuando, los veíamos juntos en algún plató, como el de la Sálvame Fashion Week, o en el programa Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition. Pero normalmente parecían personajes independientes, que cada cual iba por su lado, a sus platós, sus entrevistas y sus cosas.

Este verano saltaba la liebre de una crisis entre José y Ana María. No había semana que no se hiciera varias referencias a este tema en los programas del universo de Mediaset, como Sálvame, o el ya desaparecido Viva la vida. La Aldón avivaba el fuego, relatando cosas como que su pareja no ha olvidado a Rocío Jurado, que no le da su lugar dentro del hogar y de la familia. Que no lucha por su matrimonio.

Como muchos recordarán, hace escasamente tres semanas su marido José Ortega Cano dio una entrevista en El Programa de Ana Rosa, donde le pedía a su mujer una nueva oportunidad, y le proponía ampliar la familia, porque “su semen aún es de fuerza”. Ella recogía el guante, aseguraba que deseaba ser madre… Y entonces se confirmó la separación y el divorcio entre ellos. No había más hilo del que tirar entre ellos, la magia se había acabado y había que empezar a vivir cada uno su vida por separado.

Tras varias entrevistas hablando de la separación, Ana María Aldón parece que ya no tiene mucho que aportar en televisión. Ya lo ha contado todo, no puede jugar con la carta de la duda de en qué punto se encuentra su matrimonio, ni nada que se le parezca. Y si no hay tramas, entonces, habrá que buscárselas.

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En la entrega de este martes de Fiesta (que se emitió en lugar de Sálvame, por ser día festivo) Ana María protagonizó un reportaje en el que acudía a una clínica de fertilidad. El objetivo, como ya contó, informarse para volver a ser madre de nuevo, ya sin Ortega Cano a su lado. “Yo quería una hermana de padre y madre de mi hijo”, reconocía la diseñadora entonces, a quien los expertos le recomendaban utilizar óvulos donados para evitar riesgos. “Creo que me he equivocado de sitio”,explicaba la colaboradora entonces, añadiendo que no ve viable tener un nuevo hijo con Ortega Cano, a pesar de que el que tiene con el torero “ha salido muy bien”.

No quedó ahí la cosa. En el plató, Ana María interactuó con un bebé reborn, esto es, un muñeco que tiene aspecto de ser un recién nacido. Ella se puso a jugar con él como si fuese un niño de verdad, a hablarle, como si fuese su hija de carne y hueso.

Dándonos un paseo por las redes sociales, comprobamos cómo a los espectadores no les gustó nada de esta historia. Tenían la sensación de que Ana María está estirando el chicle de la fama queriendo tener una hija. Algunos vaticinan que todo lo que ofrecerá a partir de ahora es que si se queda o no embarazada.

Habrá que esperar un poco para comprobar por qué derroteros va a tomar Ana María a partir de ahora en Fiesta y programas derivados. Pero eso de ir a una clínica y hablar con un muñeco como si realmente fuese su hija suena a desesperación, a querer generar noticias e interés donde realmente no lo hay. Como si todas las tramas que podía ofrecer, una vez confirmado el divorcio de Ortega, hubiesen llegado a su final.

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